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La difusión del Indice de Precios al Consumidor de diciembre coincidirá hoy con la primera reunión del cuerpo especial que creó el Gobierno para procurar una rebaja de los precios de la canasta básica de alimentos. Los ministros o funcionarios de las carteras de Economía, Producción, Trabajo y Relaciones Exteriores serán recibidos por Alfredo Atanasof en la Jefatura de Gabinete. Este último aclaró ayer que la intención del Poder Ejecutivo es trabajar sobre los costos de aquellos productos para inducir una recuperación del salario real por caída de precios, pero que de ningún modo está preocupado por un rebrote inflacionario. Es más, tanto Atanasof como Aníbal Fernández, de Producción, anticiparon que el IPC dará por debajo del 0,5 por ciento de noviembre. En Economía arriesgan que la inflación de diciembre no fue más que de 0,2 o 0,3 por ciento.
“No estamos frente a ninguna escalada de precios”, remarcó Atanasof, e insistió con la idea de que “lo que está haciendo el Gobierno es actuar en forma precavida”. La suba de la leche del último viernes es un ejemplo de por qué el Gobierno quiere sentar a los empresarios a una mesa para evitar retoques de precios constantes, producto por producto, que a la larga repercuten en el costo total de la canasta de alimentos. Esos ajustes alejan a los sectores de menores ingresos de la línea que deben alcanzar para librarse de la categoría de pobres o indigentes.
La restricción fiscal para elevar la ayuda social –a pesar de que en el Presupuesto se incluyeron partidas por 14.983 millones de pesos, equivalentes al 24 por ciento de los gastos totales, para pagar intereses de la deuda– deja como único camino para achicar los índices de pobreza la caída de los precios. La otra alternativa sería una recuperación del empleo y del salario, pero el actual escenario laboral no genera demasiadas expectativas de que eso pueda ocurrir rápidamente.
A la vuelta de sus vacaciones, Roberto Lavagna visitará hoy a Eduardo Duhalde para analizar estos temas. El ministro quiere saber hasta qué punto el Presidente está dispuesto a jugar en la pulseada con los empresarios, básicamente por el aumento de las retenciones. Por ahora, Duhalde guardó distancia de las opiniones contradictorias de sus subordinados. Mientras el Ministerio de Economía mencionaba la posibilidad de subir retenciones, el secretario de Agricultura, Haroldo Lebed, negaba frente a dirigentes ruralistas esa medida. Lavagna intervino personalmente en la disputa y el viernes salió a ratificar que, además de rebajas impositivas, existe la idea de retocar las retenciones. El ministro hablará sobre la cuestión con Duhalde y delegará en uno de sus colaboradores la participación de Economía en la reunión con los otros ministerios.
En medio del debate, los comerciantes salieron a despegarse de la responsabilidad por algunos incrementos. El gerente general de la Cámara de Supermercados, Ricardo Basualdo, manifestó que “salvo en el caso de los lácteos, el cual fue aplicado por las empresas, no hay aumento de precios puntuales o por sectores”. Luego afirmó que “los supermercados toman el precio de su proveedor, pero no hay por parte del sector ni un capricho ni una avivada”. Esto fue en respuesta a Lavagna, quien advirtió por “la clásica avivada argentina de querer recuperar márgenes de rentabilidad en pocos meses”.
Basualdo insistió en que “hay industrias que tienen mayor incidencia en insumos y esto detona un aumento en los costos, y hay otras que tienen buena salida al comercio exterior”. Para el supermercadista, “son las reglas del mercado, si se exporta bien la carne, esto incide en el costo interno”. Lo que Basualdo no explicó es por qué cortes como el asado, la falda, la carnaza o la paleta, que no se exportan, se venden en el mercado local a un precio equivalente al de otros cortes que sí se exportan.