ECONOMíA › LA DERECHA ELIGE EL DISCURSO PARA PEGARLE A KIRCHNER

Nostálgico de los ’70 o hábil pragmático

 Por David Cufré

Desde hace ocho años la Universidad de Tel Aviv organiza para esta fecha un simposio sobre economía nacional e internacional. Los disertantes son siempre economistas de FIEL, CEMA y la Fundación Mediterránea más algún invitado extranjero, generalmente graduado en la Universidad de Chicago. El evento se desarrolla en un salón muy amplio, con arcadas coloniales y una terraza vidriada que asoma a la Recoleta, ubicado en el décimo piso del Hotel Alvear. Ayer había unas cuatrocientas personas, que siguieron con atención un debate inesperado entre Ricardo López Murphy y el ex secretario de Política Económica de Domingo Cavallo, Federico Sturzenegger. El tema fue si Néstor Kirchner es un nostálgico de los ‘70 que defiende ideas perimidas o un pragmático muy hábil, que se apoya en un discurso progresista para mantener y perfeccionar las políticas de los ‘90.
“Todos sabemos que la marcha peronista llamaba a combatir al capital, pero yo me pregunto si Kirchner lo está combatiendo o está ayudando a legitimarlo”, arrancó Sturzenegger, convocando al auditorio a la reflexión. “Me pregunto qué presidente tenemos, si a un nostálgico o a un pragmático”, insistió. Y allí dio una serie de argumentos que lo llevaron a inclinar la balanza hacia la segunda opción. Dijo, en primer lugar, que Kirchner tenía la oportunidad de cuestionar las privatizaciones y encarar la reestatización de las empresas de servicios públicos, pero en lugar de eso, decidió establecer límites “más racionales” a la rentabilidad de los concesionarios.
Ningún panelista, ni siquiera López Murphy que a su turno discrepó duramente con Sturzenegger, cuestionó el hecho de que hasta ahora la ganancia haya sido irracional. “El Gobierno finalmente llegará a un acuerdo (con las privatizadas) que incluso puede corregir las deficiencias” de la década pasada, como una rentabilidad exagerada, agregó el ex colaborador de Cavallo. “Hay una chance de construir sobre los ‘90. Kirchner está legitimando ante la sociedad aquellas políticas”, continuó. Por izquierda, algunos dicen lo mismo, y mencionan como ejemplos los casos de renegociación con los concesionarios de trenes y de rutas y la falta de decisión para que los laboratorios del Estado fabriquen remedios esenciales.
Sturzenegger elogió igualmente la “racionalidad” de la política fiscal, la continuidad de la apertura comercial y que se mantenga la desregulación de la economía. En conclusión, estimó que Kirchner puede ser “un pragmático que busca crear un capitalismo transparente y sano”, que avance sobre lo hecho por el menemismo, pero sin atacarlo. Tras ello, pidió a la audiencia que haga una autocrítica. “Compárense con el empresariado brasileño, que es ágil, que crea riqueza y que no está buscando todo el tiempo prebendas del Estado”, señaló. “El empresariado argentino tiene una agenda importante por encarar, tanto como la del Gobierno”, dijo este ex funcionario cavallista, actual profesor de la Universidad Di Tella, que trata a diario con empresarios.
“No puedo creer que uno de los intelectuales más brillantes de la Argentina se pregunte si el presidente es un nostálgico o un pragmático”, exclamó López Murphy en cuanto lo reemplazó en el estrado. “Es increíble que alguien haga esta pregunta después de varios meses de gestión y de largos meses de campaña”, remarcó. Y allí introdujo una de sus habituales metáforas: “Si alguien tiene que ir a Mar del Plata y toma la ruta 9, cuando llegue a San Nicolás no se haga más preguntas. Está equivocado”. El público celebró y devolvió un fuerte aplauso. “Yo no tengo nada que ver con lo que se está haciendo. Nosotros para ir a Mar del Plata tomamos la ruta 2”. Eso sería pragmatismo.
López Murphy hizo hincapié en la falta de un plan económico coherente, evaluó que la economía crece porque hay circunstancias externas muy favorables y se quejó de la falta de reglas claras. “Necesito saber quelas reglas de hoy no me las van a cambiar mañana con carácter retroactivo”, mencionó, en una tácita referencia a la anulación de las leyes de impunidad. “La deuda es impagable y por eso emitimos 30 mil millones de pesos. Imagínense la confianza que eso genera”, aseguró.
El ex candidato a presidente chilló contra las retenciones y se indignó porque “nos parece normal que un grupo de enmascarados acampe en Plaza de Mayo y se robe las placas de bronce”. Para terminar, volvió sobre la metáfora. “Diría que el Gobierno no tomó la ruta 9, sino que agarró para el lado del río.”

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