ECONOMíA

La industria avanza, pero mientras unos corren, otros apenas gatean

Se registró otro fuerte avance en la actividad industrial, cuyo principal empuje sigue siendo la devaluación. Los sectores que sólo dependen del poder adquisitivo de los consumidores van más lento.

 Por Raúl Dellatorre

La actividad industrial retomó en octubre el ritmo de crecimiento que evidenciaba desde principios de año pero que se había interrumpido en septiembre. Según las cifras del Indec, el salto con respecto al mismo mes del año anterior es del 16 por ciento (desestacionalizado), con los rubros Metalmecánica, Materiales para la construcción, Imprenta y Textil a la cabeza, que exhiben incrementos del orden del 35 al 45 por ciento. La industria alimentaria muestra mejoras respecto de 2002 aunque desparejas: aumenta fuerte la producción de carnes rojas y blancas pero retrocede la de lácteos, por efecto de las recomposiciones sectoriales que se están dando tras la devaluación y el diferente grado de inserción en el mercado externo.
Según destacó el director de Políticas Macroeconómicas, José Luis Maia, el crecimiento del Estimador Mensual Industrial de octubre y los signos de reactivación económica “superan las expectativas”. El funcionario admitió que el cambio de precios relativos producido por la devaluación estaba provocando un efecto mayor al previsto por el Gobierno. De acuerdo con las evaluaciones del Palacio de Hacienda transmitidas por Maia, se está observando que el aumento de la demanda agregada no sólo se asienta en el consumo sino que “apareció la inversión y está creciendo muy fuerte”.
Un aspecto que tuvo un peso importante en la evolución de los distintos sectores fue el costo de los insumos. Las ramas con mayor dependencia de insumos importados acusaron el impacto de la devaluación, reflejando un crecimiento más lento o desenganchándose, directamente, de los vientos favorables. Así, por ejemplo, pese al repunte general en la demanda de textiles sobre productos elaborados localmente, mientras que los hilados de algodón y los tejidos observaron incrementos en los primeros diez meses del año del 65 al 90 por ciento contra el año pasado, en fibras sintéticas y artificiales se observó una retracción del 2,2 por ciento. En productos de editoriales e imprenta, igualmente, se ha puesto de manifiesto el vuelco de la edición de libros y revistas en favor de los establecimientos locales, cuando antes se mandaban a imprimir afuera.
En lo que respecta a la industria de la alimentación, pudo observarse un importante incremento en la producción de carnes rojas (20 por ciento) y carnes blancas (16) en octubre de este año respecto de doce meses atrás. Ello está directamente vinculado, en el primer caso, con la reapertura de mercados extranjeros tras la declaración de “país libre de aftosa”, y en el segundo con la sustitución de las importaciones antes provenientes de Brasil. En ambos casos, además, se verifica el efecto de un cierto repunte en el consumo interno.
Una realidad distinta se vive en la industria láctea. El sector fue testigo de un importante crecimiento durante la década del 90, que le permitió más que duplicar los volúmenes de leche procesados. Sin embargo, en épocas más recientes comenzó a sufrir las consecuencias de una sobreproducción que no encontró destino en los mercados externos y se vio agravada, entre el año pasado y el actual, con la baja en el consumo interno. Debido a las fuertes inversiones en tecnología durante la década pasada, el sector lácteo debe ser, hoy, uno de los más castigados por el grado de capacidad ociosa. La producción mostró en octubre una caída del 2,7 por ciento respecto del año anterior y en los primeros diez meses del año una baja del 11,2 por ciento en relación con el mismo período de 2002.
Los renglones ligados más directamente con el consumo interno –con escasa o nula participación en las exportaciones– reflejan niveles más moderados de recuperación. Así sucede con el rubro Bebidas, con un incremento del 4,3 por ciento en el mes y 5 por ciento en los primeros diez meses del año, siempre en relación con igual período del año anterior. Las producciones de cervezas y gaseosas sufrieron el impacto de la devaluación por el aumento del costo de sus insumos importados o comercializados a valores dolarizados, como la malta. En cambio, no recibieron ningún beneficio en materia de demanda externa o porsustitución de importación (o sólo marginalmente). Su evolución está atada al poder adquisitivo de la población y, en este sentido, tuvieron pocas noticias favorables en el último año.
Por otra parte, el Indec informó que la utilización de la capacidad instalada en la industria alcanzó al 69,1 por ciento, el nivel más alto de los últimos dos años. El repunte se puso en evidencia a partir del segundo trimestre del año pasado, luego de los bajísimos niveles registrados a principios de aquel año. En esos primeros meses, la economía acusó el impacto de la salida de la convertibilidad y navegaba en un mar de incertidumbres.
Según señaló el Indec en el informe difundido ayer, los sectores que mostraron una más rápida recuperación en el uso de sus instalaciones “fueron aquellos cuyas producciones son mayoritariamente colocadas en los mercados externos”. Los sectores industriales relacionados con el mercado interno, como la producción textil, también incrementaron sus niveles productivos dentro de un proceso de sustitución de importaciones.
“Los mayores pedidos efectuados principalmente por el mercado local derivaron en un aumento de la utilización de las capacidades productivas y en una mayor incorporación de mano de obra, situación que continúa hasta el presente”, asegura el informe oficial. En octubre pasado, las ramas manufactureras con mayor utilización de su capacidad instalada fueron Metálicas básicas, Papel y cartón, y Refinación de petróleo.

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Los insumos para la construcción están entre los sectores que observan el más fuerte repunte.
 
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