ECONOMíA › ALIANZA ESTRATEGICA ENTRE QUILMES Y BRAHMA

Primer desembarco brasileño

“En una Argentina que se está cayendo a pedazos, poder anunciar una transacción como ésta tiene su mérito”, se consoló el director ejecutivo de Quilmes, Agustín García Mansilla, al anunciar ayer un acuerdo con Brahma por el cual la compañía brasileña se queda con el 37,5 por ciento del capital y el 36 por ciento de los votos de la cervecera argentina, a cambio de la contribución de sus plantas productoras de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y un aporte de 346,4 millones de dólares. Si bien es cierto que el Grupo Bemberg, controlante de Quilmes, estaba en busca de un socio estratégico desde hace dos años, la operación debe leerse como el primer gran desembarco de una compañía extranjera atraída por el abaratamiento de activos locales tras la devaluación.
El propio García Mansilla reconoció que hace dos años Brahma no hubiera podido comprar una porción de Quilmes por el alto costo de la operación. “Un acuerdo se hace cuando a los dos les conviene”, resumió el ejecutivo, quien admitió que uno de los motivos que llevaron a los accionistas de Quilmes a aceptar la oferta ahora y no antes es la profundidad que alcanzó la crisis local.
Quilmes temía perder mercado, tanto en Argentina como en otros países de Latinoamérica donde está instalada, a raíz de la debilidad financiera que le produjo la devaluación. Prefirió cubrirse detrás de las espaldas de un gigante como Brahma, con un acuerdo que “entraña algún sacrificio”, según reconoció García Mansilla, antes que arriesgarse a la eventualidad de tener que ceder más dentro de algún tiempo. La deuda de Quilmes asciende a 368 millones de dólares. Este año debe afrontar vencimientos por algo más de 100 millones, que se estiran a 140 millones en 2003. García Mansilla enfatizó que la empresa hubiera podido pagar los compromisos de este año, sin caer en “default financiero”. Sin embargo, el esfuerzo la hubiera dejado en una posición vulnerable ante cualquier eventualidad. Podía convertirse en una presa fácil para ser adquirida por sus competidores.
Otra hecho importante que surge del acuerdo es que se consolida en el país una empresa que controla el 82,3 por ciento del mercado de la cerveza. En 2001 hubo una guerra de precios entre Quilmes y Brahma. Ahora que trabajarán juntas, parece difícil que esa disputa continúe. Frente a esta especulación, tanto García Mansilla como su par de Brahma, Victorio de Marchi, señalaron que “las áreas de ventas y marketing, así como las campañas publicitarias, permanecerán separadas para preservar la competencia entre las marcas”. De todos modos, la secretaría de Defensa de la Competencia deberá dar su aprobación para que la operación se concrete. El acuerdo también implica que el directorio de Quinsa, empresa que engloba a Quilmes, la licencia de Pepsi en Argentina –incluyendo Gatorade y Tropicana– y las aguas Eco de los Andes y Glaciar, estará integrado por igual cantidad de miembros argentinos y brasileños. Para AmBev, grupo que surgió de la fusión de Brahma y Antártica, esta adquisición la convierte en la tercera compañía cervecera del mundo por facturación y producción.

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