ECONOMíA

Más medidas para espantar a las molestas golondrinas

El Gobierno adoptará medidas adicionales para limitar la entrada de capitales y sostener el tipo de cambio en 2,90. El dólar seguirá planchado hasta fines de junio. Después podría remontar.

 Por Maximiliano Montenegro

Además de extender a un año el plazo mínimo que deberán permanecer los capitales financieros que ingresen al país, el Gobierno adoptará en los próximos días otras dos medidas para limitar la entrada de capitales especulativos y fortalecer así la estrategia de sostener el tipo de cambio por encima de 2,90 pesos. Por un lado, se exigirá un registro de capitales ante el Banco Central –“es una traba burocrática más”, explican los funcionarios– un requisito que suele poner nerviosos a los inversores golondrina, reacios a declarar el origen de los fondos. Por otro lado, se aplicaría un encaje –del orden del 20 por ciento– sobre los dólares financieros que ingresen al país, fondos que quedarán inmovilizados por un año en una cuenta especial del Central.
Todas estas medidas apuntan a evitar una caída en la paridad cambiaria. Tanto en Economía como en el Central ven con preocupación a Brasil, donde el último año el dólar se deslizó por el tobogán y esta semana se hundió debajo de los 2,40 reales. En el caso argentino, las presiones descendentes sobre la divisa se explican por tres motivos:
- La liquidación de dólares de la cosecha gruesa, que se prolongará hasta fines de junio. En el equipo económico esperaban que las cerealeras ingresaran al país entre 40 y 60 millones de dólares diarios, pero esa previsión quedó largamente superada por la realidad: en las últimas semanas, las liquidaciones de los exportadores agrícolas rondaron entre los 80 y 100 millones. La cosecha record y la mejora de precios internacionales explican en buena medida esa situación.
- La venta de dólares de las empresas mineras y petroleras, que no están obligadas a liquidar sus exportaciones en el país, y que trocaron verdes por pesos en las últimas semanas para hacer frente a los vencimientos del impuesto a las Ganancias. Al respecto, el caso paradigmático que se menciona en despachos oficiales es el de Bajo la Lumbrera, que en un día puso en alerta al Central, al vender más de 100 millones de dólares para pagarle a la AFIP, por la otra ventanilla, más de 300 millones de pesos en impuestos.
- El “dinero caliente” que en las últimas semanas entró al país para aprovechar los rendimientos de los bonos en pesos indexados por la inflación, la colocación financiera más atractiva a nivel local e internacional. En Economía admiten que, por ahora, los capitales financieros ingresados al país son irrelevantes a la hora de determinar la paridad cambiaria en comparación con los dos factores mencionados anteriormente. Sin embargo, creen que la tendencia se profundizaría a partir de la semana próxima, una vez cerrado definitivamente el canje de la deuda.
Las políticas de control a la entrada de capitales buscan disminuir la volatilidad futura del mercado cambiario. Las dos medidas que se planea aplicar la semana próxima (registro de capitales e inmovilización de una parte de los fondos) están calcadas de las que instrumentó Chile desde principios de los noventa.
“Hay que aguantar hasta fines de junio”, confió a este diario un encumbrado integrante del equipo económico. La idea es que para entonces se extinguirían los dos factores estacionales (cosecha gruesa y vencimientos de Ganancias) que aplastan al dólar, mientras que se equilibraría el mercado financiero.
Más aún, en el Gobierno creen que después de julio las compras record de dólares del Central podrían aminorar y el tipo de cambio, levantar algo de vuelo. La razón es simple. En despachos oficiales ya se da por seguro que no habrá acuerdo con el Fondo Monetario hasta después de las elecciones de octubre. Esto de por sí sería, en teoría, un elemento disuasivo para los capitales financieros que olfatean ganancias fáciles.
Pero además deberá echarse mano a las reservas del Central para afrontar vencimientos, sólo con el FMI, por unos 2000 millones de dólares. Para”comprar” esas reservas el Tesoro podría utilizar parte del superávit fiscal o bien emitir un título que quedaría en cartera de la autoridad monetaria. De cualquier manera, la demanda de dólares para transferir al exterior contribuiría a “administrar” sin tanto esfuerzo el tipo de cambio en una banda de entre 2,90 y 3 pesos. Ese es el esquema en los papeles de Lavagna y Redrado. Pero la realidad siempre te da sorpresas.

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Hasta fines de junio seguirán las presiones a la baja del dólar.
 
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