ECONOMíA › INQUIETUD POR LA INFLACION.
IMPULSAN ACUERDOS SECTORIALES

Libres pero bajo una atenta mirada

En Economía están preocupados por la evolución de los precios, y por ese motivo quieren renovar los pactos de estabilidad en carne, lácteos y pollos. E incorporar las harinas y el agua mineral en esa estrategia de controlar el repunte de la inflación.

 Por Claudio Zlotnik

A pesar del modesto resultado que tuvo la última experiencia, el Gobierno no sólo busca ahora la renovación de los acuerdos de precios, sino que, además, quiere ampliarlos a otros sectores. Además de sentar a la mesa de negociaciones a los representantes de los rubros de la carne, lácteos y pollos, la convocatoria incluirá a los productores de harinas y a los fabricantes de aguas minerales. La idea es sellar convenios para mantener los precios en los actuales niveles y con eso evitar que se generen expectativas inflacionarias. “Se detectó una pequeña tendencia al alza” de los precios, admitió la subsecretaria de Defensa de la Competencia, Patricia Vaca Narvaja.
La obligada reacción del Gobierno se produce luego de que los propios funcionarios se sorprendieran con el salto del 0,9 por ciento que los precios registraron en junio. Y si bien en Economía ya saben que la inflación de este mes superará el 1 por ciento, el objetivo pasa por disipar las expectativas de inflación generalizada y aclarar que no existe ningún motivo para pensar en una estampida de precios.
Con la mirada puesta en las elecciones de octubre, el equipo económico trabaja en acuerdos de largo plazo, que tengan vigencia hasta fin de año. Así se planteó en las reuniones que los funcionarios vienen manteniendo con los distintos sectores.
Más allá de la orden que impartió Roberto Lavagna a sus colaboradores desde China –monitorear los convenios salariales–, lo cierto es que en el equipo económico entienden que los últimos aumentos respondieron a dos cuestiones centrales:
- Un nivel de consumo que, en algunos casos puntuales, se encuentra por encima de la oferta. Y que esa situación genera presiones inflacionarias.
- Ajustes de precios relativos que vienen rezagados desde la devaluación. Muestra de ello –afirman en Economía–, los aumentos se vienen dando en distintos sectores de servicios: prepagas, turismo, expensas, taxis. En el caso de los alimentos, las causas son de otra naturaleza, y es por ese motivo que se están buscando acuerdos sectoriales.
- Lácteos: pasado mañana habrá una nueva reunión en Rosario con los principales industriales y productores, nucleados en el “Foro de la leche”. Por ahora, los empresarios se niegan a renovar el acuerdo que se vence el 22 de agosto. Dicen que no pueden sostener los precios actuales. En el Palacio de Hacienda ya les advirtieron que podrían castigarlos con un incremento de las retenciones a las exportaciones (actualmente en el 5 por ciento) o bien con quitarles beneficios. Por cada venta al exterior, el Estado reintegra entre 2 y 3 puntos del IVA. Una de las trabas para el acuerdo es que se detectaron operaciones en negro en la cuenca lechera de Córdoba. El hecho de que algunas empresas trabajen en la informalidad les permite asegurarse los escasos insumos pagándolos más caros, lo que infla los valores en toda la cadena.
- Carne. Anteayer hubo un encuentro con las cinco cámaras del sector. El Gobierno quiere el compromiso de que no habrá incrementos hasta fin de año. Por motivos estacionales, la carne suele aumentar en septiembre/octubre. ¿La razón? Los productores retienen cabezas a la espera de que los nuevos pastos engorden el ganado.
- Pollos. Es un rubro sensible: el mes pasado aumentaron 7,5 por ciento. El acuerdo anterior había fijado un precio minorista de 3,80 pesos por kilo, pero ese valor ya fue superado. Ahora está en 3,95 pesos, aunque en algunas cadenas de supermercados lo venden a 4,30. En Economía advierten que, frente a la mayor demanda, las cadenas buscan mejorar sus márgenes de rentabilidad. Es por ese motivo que los funcionarios quieren sentar a los empresarios a la mesa de negociaciones.
- Agua mineral. La francesa Danone controla el 60 por ciento del mercado a través de las marcas Villavicencio y Villa del Sur. El grupo Nestlé-Bemberg maneja otro 29,2 por ciento (Glaciar, Eco de los Andes, PurezaVital). En un mercado concentrado se quieren evitar maniobras anticompetitivas que sigan elevando los precios del producto.
- Harina de trigo. Ayer, Vaca Narvaja explicó que “los insumos a granel no registraron movimientos, sí lo hizo el paquete de harina en los supermercados”. La harina subió 5,5 por ciento en junio y el paquete ya está en 96 centavos.

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El agua mineral será un nuevo sector en que Economía fijará un acuerdo de precios con los productores.
 
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