ECONOMíA

Contrato de provisión de gas boliviano para 2006

Los cancilleres de Argentina y Bolivia suscribieron ayer en Mar del Plata el convenio que garantizará el abastecimiento de gas para el año próximo. Aumenta el suministro diario.

El canciller Rafael Bielsa y su par boliviano, Armando Loaiza, ratificaron el compromiso del país vecino de proveer 7,7 millones de metros cúbicos diarios de gas durante todo 2006. El pacto fue renovado durante un encuentro que tuvo lugar ayer en Mar del Plata, en el marco de la Cumbre de las Américas. Con este horizonte, cobra cuerpo el proyecto de construir finalmente el gasoducto del Nordeste, obra que estará a cargo de Techint.
Para que esta iniciativa prospere, la provisión desde aquella nación no debería bajar de los 22 millones de metros cúbicos por día, meta que quedó en stand by luego de la última crisis política desatada en Bolivia, tras la cual se sancionó una nueva ley de Hidrocarburos. A partir de ese momento, la duda era si podría seguir atendiendo los crecientes requerimientos de la Argentina. Frente a esta incertidumbre, el propio holding de los Rocca comenzó a fogonear la iniciativa de Camisea, que implicaría traer el gas desde esa localidad de Perú, extendiendo el gasoducto que el grupo opera junto a la belga Tractebel. Así, el gas peruano podría sustituir eventualmente al boliviano.
Pero el horizonte comenzó a ser más promisorio cuando Julio De Vido y el encargado del área de Hidrocarburos de Bolivia, Jaime Duna, firmaron un entendimiento que permitió aumentar la provisión desde ese país de 4 a 6,5 millones por día, cantidad que acaba de subir a 7,7 por el próximo año, según el acuerdo que firmaron los dos cancilleres.
El encuentro entre los cancilleres tuvo lugar en el hotel Costa Galana durante un receso de las reuniones que llevan adelante en Mar del Plata los 34 jefes de la diplomacia de los países del continente, junto con representantes de la sociedad civil y el sector privado, previo al inicio de la cumbre de presidentes que se desarrollará entre mañana y el sábado.
Bolivia tiene una situación institucional muy precaria, que podría regularizarse tras los comicios generales anunciados para el 18 de diciembre. Lo cierto es que los cambios de presidentes que tuvieron lugar en este tiempo finalmente no se tradujeron en una interrupción del suministro. Por el contrario, éste fue aumentando, casi como una prueba de que las administraciones del Altiplano intentar priorizar su buen vínculo con la Argentina.
Si la nueva situación institucional permitiera reafirmar esa vocación, es posible que en las próximas semanas se anuncie que finalmente comenzará la construcción del gasoducto del Nordeste, obra de alto costo que cofinanciaría el grupo Techint y el Estado, con avales íntegramente públicos. La obra es impulsada por el gobierno argentino como un modo de garantizar el abastecimiento energético a todo el nordeste argentino, gran parte del cual hoy no está conectado a ese suministro, y llegar con una oferta extra al cinturón metropolitano. De esa manera, el país podría seguir cumpliendo los contratos de exportación comprometidos con Chile.
Después de Venezuela, Bolivia posee la segunda mayor reserva de gas natural de Sudamérica. Para la Argentina, tener alguna garantía de que podrá seguir contando con la provisión desde esa nutrida fuente es fundamental para aventar el fantasma de una crisis. Al menos hasta que consigan reponerse las reservas argentinas que, de no incrementarse, se agotarían dentro de nueve años.

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El gas boliviano volverá a ser en 2006 el reaseguro del suministro para los argentinos.
 
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