ECONOMíA › PESIFICACION VOLUNTARIA, TRANSFERENCIAS ENTRE CUENTAS Y BANCOS

Nuevas reglas para el corralito

A más tardar el jueves, Economía anunciará los cambios para evitar que se profundice la recesión. Todo depende de a cuánto cotice el dólar. Se podrá optar entre esperar el cronograma o sacar los dólares pesificándolos a 1,40.

 Por David Cufré

En un mar de indefiniciones, el Gobierno tiene al menos una certeza: el corralito versión 2.0 que anunció la semana pasada está a punto de cumplir con su misión y habrá que tirarlo a la basura. Pasado mañana, el miércoles o a más tardar el jueves se anunciará un nuevo esquema con restricciones para extraer dinero o moverlo entre bancos, distintas a las que regían bajo el diseño de Domingo Cavallo y al que está vigente.
Los primeros días de esta semana el equipo económico observará cómo evoluciona el tipo de cambio en el mercado libre. Si se mantiene en torno a 1,70 peso por dólar, como espera el Ejecutivo, Remes Lenicov hará el anunció del corralito “flexibilizado”. Si el dólar se dispara, se revisará toda esta estrategia que ayer se definió en la Quinta de Olivos, en reuniones de Duhalde con el ministro de Economía y demás colaboradores.
¿Por qué tantos cambios? se preguntará cualquier sufrido morador del corralito. Una explicación es que desde que se desmadró la crisis nadie tiene la más mínima idea de qué hacer. Otra, de carácter político, es que los cacerolazos del jueves forzaron a corregir el rumbo. Y una tercera, es que cada versión del corralito servía para objetivos particulares. El de Domingo Cavallo, para que no comenzaran a quebrar bancos por la huida de depósitos. El de Jorge Remes Lenicov para dar con pie de plomo el primer paso de salida de la Convertibilidad. Cruzar ese umbral causaba terror y había que hacerlo con extremo cuidado, restringiendo al máximo la entrega de pesos para que la gente no corriera a comprar dólares, argumentan desde la Casa Rosada. Ahí también admiten que el corralito hunde a la economía en un pozo recesivo todavía más profundo. Y por tanto hay que cambiarlo.
El plan de flexibilización del corralito consiste en lo siguiente:
u Se autorizará la pesificación voluntaria de plazos fijos, a la paridad de 1,40 peso por dólar. Por lo tanto, se abre una puerta para recuperar el dinero sin tener que esperar hasta 2003 e incluso más.
u Los ahorristas que no quieran recibir pesos a esa cotización, deberán someterse al cronograma de reintegros de dólares que empieza en un año.
u Se habilitarán las transferencias entre cuentas de un mismo banco y las electrónicas entre las de distintos bancos, pero previo paso a pesos.
u De este modo, se reactivará la operatoria de compra de bienes pagando con giros bancarios y el uso de instrumentos como el cheque cancelatorio.
Hasta aquí llegan los puntos que resolvió el Gobierno. Cada uno presenta dificultades y merece precisiones. En eso trabaja el equipo económico, y lo seguirá haciendo hasta el minuto previo que se decida dar a conocer las nuevas medidas. Algunos de los ítems en estudio son los siguientes:
u Todavía no se sabe si se autorizará la pesificación total de las cuentas en dólares de una sola vez o se manejará un esquema gradual. Lo más probable es esto último. Es decir, se autorizaría pesificar hasta determinado monto de los plazos fijos y, de acuerdo a cómo evolucione el mercado cambiario, se iría aumentando el límite.
u El Gobierno sabe que debe flexibilizar el corralito para que la economía no se asfixie, pero también comprende que mientras más pesos tenga la gente a su alcance, mayor es el riesgo de una disparada del dólar, con su consecuente impacto inflacionario. Los cambios al corralito se harán teniendo en cuenta ambos elementos: se ablandarán las condiciones actuales, pero se controlará la entrega de pesos.
u Una idea que analiza el equipo económico es flexibilizar el corralito para determinadas operaciones, como el pago de sueldos, impuestos y casos excepcionales. La dificultad de implementación haría desecharla.
u Entre las medidas que se anunciaron el último jueves, se dispuso que los montos excedentes a 3000 dólares para los depósitos en caja de ahorro y a 10 mil para las cuentas corrientes serían pasados a plazos fijos en la misma moneda. Ahora se daría marcha atrás con esa resolución, permitiendo que se mantengan totalmente a la vista y con chance de pesificarlos a la paridad de 1,40. Esto es casi un hecho, pero también falta fijar si habrá restricciones de montos y plazos para ir pasando los dólares a pesos.
u En cuanto a las restricciones para extraer efectivo de cuentas en pesos, por ahora no hay decisión tomada. En principio, no habría cambios.
u Tampoco se modificaría la posibilidad de extraer 500 dólares de las cajas de ahorro y cuentas corrientes constituidas en esa moneda.
El plan es inducir a una gradual pesificación de la economía, desandando el camino de dolarización que se transitó por más de una década. Pero la crisis es tan compleja y presenta tantos problemas concatenados que al menor movimiento en falso de cualquier pieza puede estallar todo el sistema. Esta semana se hará la prueba de correr un casillero la ficha del corralito, para sacarlo del lugar en que lo colocó el mismo gobierno, y que por cierto, es más que incómodo para las propias autoridades: fue repudiado por un cacerolazo y comprimió tanto la economía que amenaza con dejarla sin aire.

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El Gobierno dará marcha atrás con el plan de hacer plazos fijos con los montos de más de 3000 dólares.
También se perdonaría las cuentas corrientes con más de 10.000, para permitir que se pesifiquen.
 
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