EL MUNDO › PREOCUPACION DE LOS GOBERNADORES ALIANCISTAS

Una Lecop por amor de Dios

Como sus pares justicialistas, los gobernadores de la Alianza están muy preocupados por la brutal caída de la recaudación y su incidencia sobre la coparticipación federal de impuestos. Ayer, la mayoría prefirió quedarse en sus provincias pero siguió de cerca el tema a través de algunos de sus ministros de Economía que estaban en Buenos Aires. Los gobernadores de Chubut, José Luis Lizurume, de San Juan, Alfredo Avelín, y de Mendoza, Roberto Iglesias, fueron los únicos que estuvieron en la Casa de Gobierno. Mientras los radicales pugnaban por sus distritos, el cordobés José Manuel de la Sota firmó un convenio con “Chiche” Duhalde, criticó el “corralito” y aseguró que de la crisis “no se sale con una medida aislada”.
“Chubut tiene un presupuesto muy acotado, el gasto político ya ha sido llevado al mínimo y no hay margen para que sufra las consecuencias de la baja de la recaudación”, señaló el gobernador de Chubut luego de reunirse con el Presidente en la Casa Rosada. En el encuentro con Duhalde, Lizurume pidió que la Nación compense a través de los bonos Lecop la reducción de las transferencias por coparticipación. Además, el mandatario chubutense le pidió a Duhalde una rápida definición sobre el tema de las empresas petroleras, a las cuales el Gobierno quiere crearle un nuevo impuesto para que colaboraren ante la crisis.
Como era de esperar, luego de que intercediera por las compañías petrolíferas, Lizurume negó haber actuado como un “lobbista” en favor de esas empresas. “Si hago algún lobby es para mantener las fuentes de trabajo en mi provincia y no para defender los intereses de ese sector”, argumentó. De la reunión con Duhalde participó además el jefe del bloque de senadores del radicalismo, el también chubutense Carlos Maestro.
El mendocino Roberto Iglesias, por su parte, se entrevistó con su comprovinciano, el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, con quien analizó la situación de las empresas vitivinícolas. Un asesor del ministro le contó a Página/12 que en la entrevista se decidió que la Nación envíe a Mendoza los fondos de un paquete de “planes sociales productivos” que permita adelantar la cosecha de la uva.
De la Sota, por su parte, reconoció que es una víctima del “corralito” bancario: “A mí no me gusta nada, yo estoy dentro del corralito como muchos argentinos”, contó, y luego hizo un descarnado análisis de la crisis económica argentina: “Si analizamos la caída de la economía argentina en noviembre, diciembre y enero, en la historia económica no debe haber un desmoronamiento tan abrupto como el que hemos tenido en 90 días”. Después del diagnóstico, se permitió aconsejar al Ejecutivo: “Es fundamental que en los próximos días, el Ministerio de Economía anuncie la política de pesificación de toda la economía, las características que va a tener y la reformulación del sistema financiero”, dijo.

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