EL MUNDO › LA LíDER DE KADIMA CONVOCó AL LIKUD A FORMAR UN GOBIERNO DE UNIDAD EN ISRAEL, PERO FUE RECHAZADA

Livni recibió un desaire de Netanyahu

Los israelíes dudan sobre quién será el que forme gobierno, debido al estrecho margen que obtuvo la canciller sobre Netanyahu. Este está en mejores condiciones de liderar una coalición. Para ello, su partido ya se reunió con los ultraortodoxos.

Confirmadas las 28 bancas de Kadima frente a las 27 obtenidas por el Likud, la canciller y líder del partido mayoritario, Tzipi Livni, convocó ayer a Benjamin Netanyahu a formar un gobierno de unidad nacional. “El pueblo me ha elegido. Siento gran responsabilidad por trasladar el poder que me han otorgado en acción política para unificar al país. Por eso convoco al Likud a unir fuerzas en un gobierno de unidad nacional de centro”, declaró la canciller. Sin embargo, el Likud no aceptó la oferta. “Las declaraciones de Kadima son patéticas y lo único que demuestran es que sus miembros se equivocan al analizar los resultados. La realidad muestra que la derecha ganó claramente estos comicios”, indicó el partido de Netanyahu.

Y es que si bien la tradición israelí señala que es el líder con la mayoría parlamentaria quien recibe el encargo de formar gobierno, muchos aún dudan quien será el que asuma tal responsabilidad, debido al estrecho margen que obtuvo la canciller sobre Netanyahu. Además de las posibilidades de alianzas que se derivan de los resultados y las declaraciones de los diferentes líderes políticos, el Likud tendría mayores posibilidades de formar gobierno.

Por este motivo, la jornada de ayer fue un diálogo de sordos entre ambos partidos. Aduciendo el primer puesto en los comicios, Kadima respaldó por la mañana un gobierno encabezado por Livni. “Visto que Kadima fue el partido más votado es el deber de Netanyahu acceder al llamado de nuestra líder y aceptar formar parte de un gobierno de unidad nacional”, señaló un comunicado.

No obstante, durante la tarde, altas fuentes de Kadima citadas por el diario israelí Haaretz dieron a entender que podrían aceptar integrar un gobierno liderado por Netanyahu a cambio de las carteras de Exteriores y Defensa, que ocuparían Tzipi Livni y Shaul Mofaz, o bien Exteriores y Educación, a distribuirse a su vez entre Livni y la vocera Dalia Itzik. La única condición que pondrían sería que el Likud no buscara formar una mayoría absoluta de derecha que incluyera a los partidos ultraortodoxos e hipernacionalistas como el Shas e Israel Beiteinu.

Por su parte, la derecha ya expresó su interpretación de los comicios. “Una mayoría absoluta de israelíes quiere a Netanyahu como primer ministro”, aseguró ayer el Likud en un comunicado.

Lo que ya se descartó, según fuentes de ambos partidos, es la formación de un Ejecutivo conjunto en el que el cargo de primer ministro sea rotativo, dando a cada candidato el liderazgo del gobierno durante dos años. “No habrá rotación. Ese método es elegido cuando ambos bloques disponen de 60 diputados cada uno y este no es el caso. Nuestra victoria es clara”, declaró Silvan Shalom, dirigente del Likud. Dicho método fue empleado tras las elecciones de 1984, cuando el jefe del Likud, Isaac Shamir, y su competidor, Shimon Peres, acordaron esa fórmula.

Mientras, los contactos con otros partidos también proliferaron durante la jornada de ayer. Fuentes del Likud admitieron reuniones con dirigentes del Shas. Este partido, de origen religioso y ultraortodoxo que representa a los judíos sefaradíes, nunca obtuvo muchas bancas. Sin embargo, debido a su constante necesidad de fondos y subvenciones, siempre resultó un partido bisagra que se inclinó a favor de uno y otro bando de acuerdo a las proposiciones. Pero en este caso ya explicitaron su inclinación. “Nos comprometimos antes de las elecciones a recomendar al presidente Peres que encargue a Netanyahu la formación del gobierno. El pueblo ha elegido a la derecha”, afirmó Eli Yishai, líder del Shas.

Por su parte, el jefe del ultraderechista y racista Israel Beiteinu, Avigdor Lieberman, ya adelantó que no rechazaría formar parte de una alianza que incluya a los religiosos sefaradíes, a pesar del secularismo de su partido y las declaraciones del Shas durante la campaña. “Quien vote a Lieberman, refuerza a Satanás”, había declarado Ovadia Yosef, rabino y líder espiritual de éstos. En la derecha, el pragmatismo impera.

Mientras tanto, voceros del movimiento islamista Hamas declararon ayer que Egipto anunciará el próximo sábado la conclusión de una propuesta de tregua con Israel por un año y medio. Lo que no se especificó es si Tel Aviv aceptará dicha propuesta.

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“Siento gran responsabilidad por trasladar el poder que me han otorgado en acción política”, dijo ayer Livni.
 
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