EL MUNDO › 23 MUERTOS EN UN ATENTADO SUICIDA EN ISRAEL

Una mano bomba para Sharon

El doble atentado suicida en una zona de inmigrantes en Tel Aviv rompió una calma de seis semanas y le permite al premier centrar la campaña para los comicios del 28 en la seguridad.

Por Chris McGreal *
Desde Tel Aviv

Un doble atentado suicida palestino en el corazón de Tel Aviv mató ayer a por lo menos 23 personas (incluyendo los dos suicidas) y dejó 120 heridos, según el último informe oficial israelí. Se cree que la mayoría de ellas eran inmigrantes africanos, de Europa del Este y de Filipinas. La masacre puso fin a una calma de seis semanas sin ataques en Israel, a sólo 21 días de sus elecciones generales. Las explosiones fueron casi simultáneas, en dos calles llenas de negocios y cafés, en el barrio donde vive la mayoría de los inmigrantes pobres. El premier israelí Ariel Sharon reunió ayer a su gabinete de seguridad. Helicópteros israelíes atacaban en la madrugada de hoy con misiles la franja de Gaza.
“Yo estaba en la mitad de la calle”, dijo John Adu, un empleado de limpieza ghanés que había salido a comprar algo para comer. “Escuché una explosión y corrí hasta que me caí. La gente me pasaba por encima y yo no me podía levantar. Pensé: ‘Dios, voy a morir acá en Israel’.” Sharon escuchó las explosiones que ocurrieron cerca de la vieja terminal de micros de Tel Aviv mientras visitaba el cuartel central del ejército israelí. Los explosivos utilizados fueron lo suficientemente poderosos como para lanzar los restos de docenas de cuerpos humanos a cientos de metros y romper las ventanas de varias cuadras a la redonda.
El canal de televisión satelital Al Jazeera, de Qatar, dijo ayer que el grupo Brigadas de los Mártires de Al Aqsa se atribuyó el atentado. El canal mostró un comunicado firmado por el grupo, una rama militar del movimiento Fatah del presidente palestino Yasser Arafat, y nombró a los atacantes, Boraq Abdel Rahman Halfa y Saber Al Nouri, procedentes de Nablus (Cisjordania). El comunicado afirmó que los hombres perpetraron el ataque para vengar la destrucción de viviendas palestinas, declaró el canal qatarí, que no dio más detalles. Más temprano, el canal de TV libanés Al Manar dijo que la Jihad Islámica se había atribuido la responsabilidad en un llamado telefónico a su corresponsal en Cisjordania. Sin embargo, el líder islámico de Jihad Islámica, Abdulá Shami, mostró sus dudas sobre esta declaración.
Al principio no resultó claro cómo Israel iría a responder el último ataque. Es muy probable que el gobierno realice una fuerte ofensiva, especialmente porque las elecciones serán en tres semanas y la seguridad es el tema principal para la mayoría de los votantes. En Estados Unidos, el presidente George W. Bush fue informado de los atentados por Condoleezza Rice, su asesora en seguridad nacional, que lo acompañó a Washington desde Texas a bordo del avión presidencial. “El presidente condena enérgicamente los ataques”, dijo la vocera de la Casa Blanca, Claire Buchan. “Algunos quieren desviar el proceso de paz, pero el presidente no será disuadido. Los inocentes tienen derecho a vivir en condiciones seguras.”
El barrio de los atentados ya tuvo bombas similares. El primer ataque suicida del 2003 ocurrió a menos de un metro del primer atentado del año pasado, que cobró las vidas de dos mujeres. En agosto, otra bomba mató a siete personas. Pero las explosiones de ayer están entre las peores de la historia de Israel. Mientras las ambulancias luchaban por abrirse paso en las angostas calles y peatonales de la parte vieja de Tel Aviv, los sobrevivientes agarraban carteles y puertas arrancadas de sus marcos por la explosión para trasladar a los heridos.
Los locales de esta zona de la ciudad contrastan notablemente con el resto del país. Carteles en chino e inglés ofrecen cerdos para la venta o garantizan una visa por un precio establecido. Los locutorios tienen tarifas para llamar a Bulgaria, Ghana, Bolivia y Filipinas. Las decoraciones navideñas que estaban fuera del restaurante Bucovina sobrevivieron milagrosamente. En el asfalto, una blusa seguía tirada junto a unos zapatos, una hebilla para el pelo y otras chucherías para vender. “Mataron a la gente equivocada”, dijo un inmigrante nigeriano ilegal. “¿Te preguntaste quién querría matarnos?” “Mirá a ese hombre, es de China o de algún otro lado. No somos judíos. Amamos a Israel, pero no queremos morir por las cosas que los judíos les hacen a los árabes. Eso no tiene nada que ver con nosotros.”
La policía emitió un comunicado diciendo que los inmigrantes ilegales que fueron heridos en los atentados no deben temer ir a los hospitales para tratarse y que ninguno será arrestado o deportado por buscar ayuda. Pero está claro que muchos africanos y europeos del este tienen miedo de esta fuerte presencia policial y algunos de los que recibieron heridas de menor importancia dijeron que no iban a ir al hospital. El vocero de Ariel Sharon, Raanán Gissin, dijo que las bombas volverán el foco de la campaña electoral, que se realizará en tres semanas, hacia la violencia y la seguridad, luego de varias semanas de campaña salpicadas con corrupción y compra de votos en el oficialista Likud. “Israel es un país democrático donde la gente vota a sus líderes y la única forma que los palestinos encuentran para expresarse es matando”, declaró el portavoz. “La calma que recientemente experimentó Israel es ficticia. Este ataque volverá a llevar a la seguridad al primer puesto de la agenda de campaña electoral.”
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.

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Algunos de los 120 heridos que dejó hasta ahora la doble explosión, ayer en Tel Aviv.
 
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