EL MUNDO › CAE EL APOYO A BUSH EN MEDIO DE LA CRISIS POR LAS VERSIONES FALSAS SOBRE IRAK

Una luz roja en la campaña de las mentiras

Un 52 por ciento de los estadounidenses considera “inaceptable” el nivel de bajas norteamericanas en Irak, y más del 50 por ciento cree que el presidente exageró intencionalmente las pruebas sobre las armas de destrucción masiva. El apoyo a Bush es el más bajo en siete meses.

Favor con favor se paga. Después de que George Tenet, director de la CIA, asumiera la culpa de incluir en el discurso sobre el Estado de la Unión la falsa información de que Irak trató de comprar uranio en Africa para fabricar bombas atómicas, el presidente estadounidense George W. Bush ratificó ayer su “confianza” en el funcionario. Pero es improbable que el escándalo se detenga allí: por un lado, legisladores de ambos partidos están presionando para que se amplíen las investigaciones sobre las falacias con que el gobierno argumentó la invasión de Irak; por otro lado, una encuesta divulgada ayer muestra que el apoyo popular al presidente ha caído a su nivel más bajo en siete meses, y que un 52 por ciento considera “inaceptables” las bajas que sufren a diario las fuerzas estadounidenses en Irak.
“Tengo confianza en George Tenet. Tengo confianza en los hombres y mujeres que trabajan en la CIA y deseo trabajar con ellos”, dijo Bush en Nigeria, última escala de su gira africana de esta semana. George Tenet, sobreviviente de la administración demócrata de Bill Clinton, quedó en el centro de la polémica generada por la falsa tesis sobre el programa nuclear iraquí, sostenida en un discurso de Bush a los ciudadanos estadounidenses, el 28 de enero, que fue una declaración de guerra en todo salvo el nombre. El impacto político de la primera visita de Bush al Africa se vio opacado por el escándalo sobre la falsa acusación de que los iraquíes habían tratado de adquirir uranio de Niger, atribuido por el presidente estadounidense a fuentes británicas. La cadena estadounidense CNN sostuvo que la información a la que tuvo acceso el medio televisivo indicaba que los primeros informes de compra de uranio citaban fuentes de la inteligencia norteamericana, y no de la británica. “La CIA recomendó”, sin embargo, eliminar la referencia a Niger del discurso por considerar la información poco confiable, pero finalmente el gobierno de Bush decidió mantenerla, aunque reemplazándola por la referencia más genérica al Africa, dijo CNN. Esta versión cuadra bastante bien con lo que dijo ayer el canciller británico Jack Straw, quien dijo que los norteamericanos habían devuelto un informe británico sobre esas compras con observaciones críticas de la CIA, pero que Gran Bretaña no modificó sus estimaciones porque la CIA no fundamentaba sus dudas.
La oposición demócrata y algunos republicanos, como los senadores John McCain y Chuck Hagel, siguen exigiendo que se investigue el accionar del gobierno para justificar la guerra, mientras que sondeos de opinión revelaron una abrupta caída en la aprobación de la gestión de Bush, que ya comenzó con su campaña para la reelección en los comicios presidenciales de 2004. Hagel, miembro de los comités de Inteligencia y Relaciones Exteriores, dijo que el asunto “es grave y debe atenderse seriamente: lo que está en juego es la credibilidad de Estados Unidos ante el mundo”. Cuando el presidente de EE.UU. habla, y más en un mensaje ante el Congreso y la Nación, lo que el presidente dice lleva todo el peso de nuestros principios y nuestra política”.
El apoyo popular a la gestión de Bush cayó a su nivel más bajo en siete meses, según un estudio del The Washington Post-ABC. Al deterioro alarmante de la economía y de la salud pública se suma la caótica situación en Irak, donde casi a diario son muertos o heridos soldados norteamericanos en ataques de la resistencia. El jueves pasado, el gobierno estadounidense reconoció que existe un nivel de inseguridad no previsto en Irak, que necesita más soldados para la ocupación que lo esperado y un presupuesto de 3.900 millones de dólares mensuales, el doble de lo estimado. La encuesta realizada por el diario señala que la mayoría de los estadounidenses considera “inaceptable” el número de bajas en Irak y que el mandatario mintió para justificar la guerra. Más del 50 por ciento declara que la administración Bush “exageró intencionalmente las pruebas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak”. Sin embargo, el apoyo a la presencia militar en Irak continúa siendo alto,cercano al 74 por ciento, y un 72 por ciento afirma que ésta debe prolongarse “hasta que se restaure el orden”.
La aprobación del trabajo de Bush como presidente descendió a un 59 por ciento, colocándolo en el nivel de enero, y nueve puntos menos que el 68 por ciento que lograba el 22 de junio, según la encuesta. Es decir, ya perdió todo lo que había ganado en popularidad con el triunfo en Irak en abril.

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George W. Bush con su esposa; el presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, con la suya.
 
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