EL MUNDO › EL PAPA HA GENERADO UN FUERTE AUMENTO EN EL TURISMO ROMANO, SOBRE TODO DESDE ARGENTINA

Francisco es un imán para los turistas

En los últimos nueve meses el turismo en la capital italiana ha tenido un crecimiento general del 5,22 por ciento. El aumento es del 20 por ciento de turistas latinoamericanos y el 66 por ciento de turistas argentinos. Auge del turismo religioso.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

El papa Francisco no sólo ha desencadenado una ola de simpatía en todo el mundo, con su sencillez y su defensa de los pobres, con los besos y abrazos a los niños, minusválidos y enfermos que reparte a diestra y siniestra en las audiencias generales de los miércoles, con las reformas que está haciendo dentro del Vaticano y dentro de la Iglesia en general, con la apertura que ha demostrado hacia los divorciados y los homosexuales, sino que además funciona como un imán, como un polo de atracción para los turistas de todo el mundo. Y sobre esto, los comerciantes de Roma, los restaurantes, los hoteles y toda la gente que de ellos dependen, le deben estar muy agradecidos dado que el turismo parece ser uno de los pocos sectores donde las cosas están mejorando en Italia últimamente.

Según datos difundidos por el Ente Bilateral del Turismo del Lazio, la región a la que pertenece Roma, en los últimos nueve meses ha tenido un crecimiento general del 5,22 por ciento del turismo en la capital italiana. Pero atención, los que más han aumentado son los turistas latinoamericanos y sobre todo los argentinos. Las cifras hablan claro: los latinoamericanos han aumentado casi el 20 por ciento en comparación con el mismo período del año precedente. Pero los argentinos los superan ampliamente: crecieron más del 66 por ciento en estos nueves meses, una cifra que no tiene precedentes. Para no hablar de los autobuses que también se han multiplicado varias veces porque transportan a los turistas desde los hoteles al Vaticano, especialmente los latinoamericanos que eligen hoteles más alejados del centro porque son más baratos. Si bien desde el año 2000 el Vaticano cuenta con una cómoda playa de estacionamiento de varios pisos excavada en una colina, que incluye estacionamiento para los autobuses, ciertos días el lugar está a punto de colapsar por la cantidad de buses que entran y los que deben esperar afuera. “En efecto ha habido un aumento consistente de los flujos turísticos hacia Roma, en particular de gente que viene de países latinoamericanos. Una de las razones es la elección del papa Francisco”, explicó a la prensa italiana la asesora del turismo del Lacio, Marta Leonori.

Basta caminar –si se puede, claro, porque a veces la multitud lo hace difícil– por las cercanías de la Plaza San Pedro, los miércoles por la mañana, día de la audiencia general, o los domingos a mediodía, momento de la bendición desde la ventana del Palacio Apostólico, para darse una idea de cuánto la gente sigue al Papa argentino. Y ahora, como antes no sucedía, los niños y los enfermos son bienvenidos en la plaza, tienen lugares especiales y pueden recibir el abrazo del pontífice. Es tanta la demanda de entradas para las audiencias que hace pocos días el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, insistió ante los periodistas en que las entradas para todos los eventos públicos del Papa en la Plaza San Pedro son absolutamente gratis. Evidentemente debe haber habido algún avivado que las solicitaba al Vaticano y luego las vendía.

Y lo que estimulará todavía más el turismo religioso latinoamericano a Roma, según algunos expertos, es el anuncio que el papa Francisco hizo ayer al recibir en una audiencia privada a un grupo de ex alumnos de una escuela jesuita de Uruguay, cuando le preguntaron cuándo iba a volver a su tierra. “No sé cuándo está planeado ir allá, antes del ’16 no, seguro. Pero lo que sí es seguro es que si visito Argentina, tengo que visitar Chile y Uruguay, los tres juntos. Así que estaremos allí”, dijo el papa Francisco. Acto seguido les pidió a los jóvenes, como siempre hace, que rezaran por él porque “acá la gente es muy buena, son buenos compañeros y todos trabajan juntos, pero el trabajo es mucho, y no se da abasto”.

Si Francisco no piensa ir hasta 2016 a América latina, quiere decir que hasta esa fecha los latinoamericanos seguirán llegando al Vaticano. Pero lo que han subrayado los expertos en turismo es que, gracias a Francisco, también se ha incentivado el turismo hacia lugares históricos y tradicionales del culto católico, como Lourdes en Francia, Asís en el centro de Italia, donde está enterrado San Francisco y que recientemente visitó el Papa, y San Giovanni Rotondo, al este de la península, casi sobre el mar Adriático, dedicado a la veneración de Padre Pío. Otros incluyen en esta lista además a Fátima en Portugal y Santiago de Compostela en España.

No se conocen todavía las cifras del flujo turístico a Roma de este fin de semana que el Papa destinó a la Jornada de las Familias. Ayer, ante la presencia de varios miles de personas, se hizo un encuentro en la Plaza San Pedro donde el pontífice conversó con ancianos, niños y parejas de varios países, incluida una familia de Siria. El domingo está prevista una misa, siempre en San Pedro.

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En las audiencias de los miércoles en la Plaza San Pedro el Papa atrae multitudes.
Imagen: EFE
 
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