EL MUNDO › MILES DE PERSONAS LLEVARON FLORES AL VELATORIO PúBLICO

Despiden al opositor ruso

La muerte de Nemtsov, acérrimo opositor al presidente ruso Vladimir Putin y un cruzado contra la corrupción, provocó una ola de agitación en Rusia y recibió la condena internacional. En el velatorio la cola se extendió por casi un kilómetro y medio.

Una cola de casi un kilómetro y medio de largo se formó ayer mientras la gente con ramos de flores en las manos esperaba pacientemente para rendirle homenaje al líder de la oposición, Boris Nemtsov, quien fue baleado la semana pasada en la puerta del Kremlin.

El velatorio público, de cuatro horas, comenzó a las 10 de la mañana en el centro de Moscú. Posteriormente, entre vítores y aplausos de los reunidos, el ataúd del líder opositor fue trasladado por un cortejo que lo llevó hasta el cementerio de Troekurovskoye, donde fue enterrado en una ceremonia íntima a la que asistieron sólo los familiares y otras personalidades, rusas y extranjeras.

“Mi padre está en el paraíso”, había dicho poco antes Anton, hijo de Nemtsov, al final de la capilla ardiente que se celebró en el Museo Sajarov de la capital rusa. Poco después de que se abriera la capilla ardiente, una montaña de coronas florales ya cubría el féretro y una hilera de varios cientos de metros en la calle esperaba para despedir al líder opositor. El viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkovich, acudió a primera hora de la mañana para ofrecer sus condolencias y rendir homenaje a la memoria del dirigente liberal asesinado.

Ilya Farber, de 40 años, vestía una chaqueta de cuero grueso levantada hasta el cuello para protegerse del frío. “Cualquier persona honesta y noble estaba de acuerdo con lo que Nemtsov dijo e hizo. Cualquier persona que no lo hiciera, es indiferente a la suerte de su país y de sus hijos”, dijo, sosteniendo un ramo de rosas rojas. “Era alguien del cual me sentía cercana. Quería decirle adiós. Era un hombre que tenía principios (...) no importa quien lo haya matado, es una pérdida irreparable”, dijo Maria Koniakova, una psicóloga de Moscú.

Otra persona, que dijo llamarse Mijail, dijo que conocía a Nemtsov desde que trabajaba como asistente del ex presidente Boris Yeltsin. Nemtsov fue primer ministro bajo Yeltsin, el primer líder democráticamente electo de Rusia. “No sé qué pensar de todo esto, es muy desagradable. Por cierto no esperábamos que Rusia volviera a la década de 1990”, dijo Mijail, refiriéndose a los años post-soviéticos, cuando los asesinatos de la mafia rusa eran comunes.

La muerte de Nemtsov, acérrimo opositor al presidente ruso Vladimir Putin y un cruzado contra la corrupción, provocó una ola de agitación en Rusia y recibió la condena internacional. Además de los cientos de moscovitas que ofrecían su respeto, vehículos polarizados traían a personal diplomático al Centro Sajarov de Moscú, donde tenía lugar el funeral. El ex primer ministro británico John Major y el embajador de Estados Unidos en Rusia, John Tefft, estuvieron presentes. También llegaron personalidades rusas como Mijail Kasianov, ex primer ministro de Putin, y la viuda de Yeltsin. Putin no concurrió, pero envió a una persona en su representación, mientras que el primer ministro Dimitri Medvedev hizo llegar una corona de flores.

Al presidente del Senado de Polonia, Bogdan Borusewicz, y a la eurodiputada letona Sandra Kalniete, en una medida polémica, se les negó la entrada a Rusia para asistir al funeral. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, dijo que la prohibición de viajar era “una gran afrenta” y dijo que buscaría una explicación oficial de las autoridades rusas. Tampoco pudo asistir la principal figura de la oposición en Rusia, Alexei Navalny, quien fue castigado con quince días de prisión por distribuir folletos en el metro.

Anna Duritskaya, la ucraniana que estaba con Nemtsov en la noche de su asesinato –y testigo clave en el caso–, no asistió a la ceremonia, después de haber volado de vuelta a Kiev el lunes.

El Comité de Investigaciones de Rusia está llevando a cabo varias líneas de investigación en relación con el asesinato. Nemtsov recibió varios disparos el viernes cuando caminaba cerca del Kremlin, junto a su compañera, la modelo ucraniana Anna Duritskaya. El crimen se produjo en una zona bien vigilada, debido a su proximidad del Kremlin.

Como lo indica la tradición ortodoxa, la madre del político asesinado y sus hijos permanecieron sentados delante del féretro abierto durante todo el velatorio. Familiares y amigos de Nemtsov señalaron que éste estaba preparando un informe sobre la presencia de soldados rusos en el este de Ucrania. El opositor había confesado hace poco tiempo que temía ser asesinado en Rusia.

“Hemos venido porque nos sentimos avergonzados de nuestro país, de nuestra gente, de haber permitido que ocurra algo así”, afirmó Dimitri Afanasiev, tras asistir al homenaje. “Es culpa de Putin, pero también nuestra.” “Es el sistema el que lo mató”, añadió otro moscovita, Vladimir Shlamin. El activista por los derechos humanos Sergei Kovalev dijo que es obvio quién inspiró el asesinato de uno de los críticos más acérrimos de la supuesta intromisión de Moscú en Ucrania.

Putin dijo que la muerte de Nemtsov había sido un “asesinato por encargo”, asegurando que se trataba de una “provocación”, y prometió hacer todos los esfuerzos para encontrar a los responsables.

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Después del velatorio, el cadáver de Boris Nemtsov es subido a un coche fúnebre.
Imagen: AFP
 
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