EL MUNDO › MáS DE 147 MUERTOS EN UN ATAQUE TERRORISTA EN KENIA

Universidad bajo fuego

Los terroristas islámicos, del grupo Al Shebab, ingresaron en una universidad y dispararon en forma indiscriminada a los estudiantes. Fueron desalojados tras 16 horas.

Un grupo de islamistas somalíes del grupo terrorista Al Shebab, afiliado a Al Qaida, asaltó este jueves una residencia universitaria en la localidad de Garissa, Kenia, y masacró al menos a 147 estudiantes y hay más de 79 heridos, algunos de ellos en situación crítica, tras una larga toma de rehenes, en lo que se convirtió en el ataque más grave en el país desde 1998. Hay “147 víctimas fatales confirmadas en el ataque de Gari-ssa” dijo la universidad en un comunicado, en el que especificó que la toma de rehenes y los combates entre los insurgentes y las fuerzas del orden ya habían concluido también con la muerte de cuatro de los atacantes.

El ataque fue perpetrado por hombres enmascarados que lograron atravesar el portón de entrada a la universidad tras asesinar a dos de los guardias, para después lanzar granadas y disparar sus rifles semiautomáticos en esta localidad situada a 150 kilómetros de la frontera con Somalia.

El ministro del Interior informó que en el ataque, que derivó en una feroz toma de rehenes en el recinto universitario, que se extendió durante más de 16 horas, fueron abatidos cuatro asaltantes. Los atacantes irrumpieron a las cinco y media de la mañana en el campus de la Universidad de Garissa, donde estudian cientos de jóvenes, disparando contra dos guardias en la entrada principal.

Una vez en el interior abrieron fuego indiscriminadamente y luego entraron en la residencia universitaria, donde tomaron varios edificios. “Nos despertamos por los sonidos de las balas (...) nadie sabía lo que estaba pasando, las mujeres gritaban y la gente corría para salvar su vida”, dijo Ungama John, un estudiante de la residencia.

La Cruz Roja dio parte de 30 heridos ingresados en el hospital, cuatro de ellos en estado crítico, que fueron evacuados en avión a Nairobi, a unos 350 km. Según precisó, la mayoría de las víctimas presenta heridas de bala. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; condenó el ataque y exigió que los responsables sean llevados ante la Justicia. La Casa Blanca también condenó el ataque. A su vez, el gobierno de Kenia difundió la imagen del supuesto cerebro del ataque, Mohamed Kuno o Mohamed Dulyadin, por el que ofrecen una recompensa de 200 mil dólares. No se sabe si Dulyadin es el nombre verdadero del jefe shebab, ya que quiere decir “ambidiestro” en somalí. Tampoco se sabe con exactitud su edad, aunque las autoridades estiman que ronda los treinta años. Según los carteles de captura, Kuno o Dulyadin fue director de una madrasa o escuela islámica en Garissa hasta 2007 hasta que se incorporó a la Unión de Tribunales Islámicos que habían tomado el control de gran parte de Somalia.

La universidad ubicada en Gari-ssa, una zona del noreste del país, está cerca de la porosa frontera con Somalia, un país devastado por la guerra.

Un portavoz de los shebab, Sheij Ali Mohamud Rage, reivindicó la autoría del asalto en una conversación telefónica con los periodistas, alegando que “Kenia está en guerra con Somalia” por haber intervenido militarmente en este país contra bases islamistas. El portavoz shebab explicó que al llegar los asaltantes “soltaron a algunos, los musulmanes, y ellos alertaron al gobierno”. “A los otros los tenemos de rehenes”, añadió, precisando que los retenidos eran cristianos.

Las regiones de Kenia situadas en la frontera con Somalia (de unos 700 kilómetros), y en particular las zonas de Mandera y Wajir (noreste), así como la de Garissa, se han convertido en escenario habitual de ataques islamistas. En 2014, al menos 200 personas murieron y otras tantas resultaron heridas en Kenia en ataques reivindicados por los shebab o atribuidos a éstos.

El ataque más espectacular reivindicado por los shebab somalíes fue el asalto en septiembre de 2013 al centro comercial Westgate en Nairobi, donde murieron 67 personas. También lanzaron una serie de ataques sangrientos en pueblos de la costa keniana en junio y julio de 2014, donde al menos 96 personas fueron ejecutadas a sangre fría.

El ataque de ayer en la Universidad de Garissa es el más grave en el país africano desde el atentado con bomba contra la embajada de Estados Unidos en 1998.

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La mayoría de las víctimas en la Universidad de Garissa fueron estudiantes católicos.
Imagen: EFE
 
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