EL MUNDO › PARTIDOS Y SINDICATOS DAN UN APOYO CONDICIONADO AL NUEVO PRESIDENTE CARLOS MESA EN BOLIVIA

La Paz que llegó, pero debe sustentarse

Carlos Mesa, el nuevo presidente boliviano, recibió ayer un apoyo condicionado de las principales fuerzas del país. Hoy anunciará su gabinete, y los líderes de las protestas decidirán si seguir o no con ellas. Pero en la capital la revuelta se desmovilizaba en un clima de triunfo popular.

Está todo bien, pero por ahora. Los partidos políticos bolivianos con representación parlamentaria anunciaron un “respaldo condicionado” a la gestión del presidente boliviano Carlos Mesa, quien asumió en la medianoche del viernes tras la renuncia de su ex aliado, Gonzalo Sánchez de Lozada. Mesa dejó para hoy el anuncio de su gabinete independiente. Evo Morales, líder de la principal fuerza de oposición, pidió abrir un compás de espera durante el cual se levantarán los bloqueos de rutas y otras medidas de fuerza. Pero los otros dos opositores, el líder de los indígenas aymaras, Felipe Quispe, y de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares –quien se entrevistó ayer con Mesa–, afirmaron que continuarán con las medidas de protesta hasta ver la conformación del nuevo gobierno. Según las agencias, en medio de fuertes detonaciones de fulminantes de dinamita, miles de mineros dejaban triunfantes ayer las ciudades de La Paz y El Alto rumbo a sus distritos andinos.
Morales aseguró que se dedicará a “consolidar la unidad nacional y regional de los movimientos sociales que derribaron al gobierno de Sánchez de Lozada”, en particular con la organización indígena del Altiplano que preside Quispe y la Central Obrera que encabeza Solares. Los tres principales sectores de la oposición boliviana coincidieron en este punto: continuarán con las medidas de presión que provocaron la caída del ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada si no se escuchan sus reclamos. Una de las reivindicaciones es que se extradite “a los asesinos” y se los “castigue por crímenes de lesa humanidad”. Las otras exigencias son que Mesa cumpla sus promesas de un referéndum “vinculante” sobre la exportación del gas; la modificación de la ley de Hidrocarburos y la revisión de las privatizaciones; así como una Asamblea Constituyente para decidir qué país quieren hoy refundar los bolivianos. Morales advirtió que la viabilidad del nuevo gobierno “depende de que entienda al pueblo” y no acepte las imposiciones del FMI, del Banco Mundial ni de Estados Unidos. El diputado del Movimiento al Socialismo (MAS) agregó que “tiene que pararse la erradicación forzosa de la hoja de coca” iniciada por el gobierno boliviano por presión de Estados Unidos.
Mesa reconoció que la formación de un gobierno independiente sin la presencia de los partidos es una fórmula “sin antecedentes”, pero la “única apuesta” que tiene Bolivia para salir de la crisis. En una rueda de prensa, el nuevo presidente admitió que su mandato corre el riesgo “de un naufragio total”, pero insistió en que los partidos, el Parlamento y la sociedad deben entender que es la única salida para superar la actual situación. En paralelo, miles de mineros dejaron la ciudad de La Paz con la misma disciplina y convicción con las que habían arribado: en cuatro columnas, con cartuchos de dinamita en mano y con cánticos alusivos al ex presidente dimitente.
Pero el dirigente Solares anunció que continuará con las medidas de protesta hasta que Mesa derogue la ley de Hidrocarburos y decrete que no habrá exportación de gas. “Nosotros continuaremos con las huelgas de hambre, bloqueo de caminos y el paro por tiempo indefinido si Mesa no deroga la ley de Hidrocarburos y firma un decreto en el que se comprometa a no exportar el gas ni por Chile ni por Perú”. A su vez Quispe, jefe de los campesinos aymaras y también diputado, dijo que Mesa “ha hablado mucho, pero no ha dicho nada” y afirmó que quiere entrevistarse con el mandatario mañana. Agregó que su Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, “no va a levantar el bloqueo de caminos” que mantiene hace más de un mes en el altiplano andino, pero que no afectan rutas cruciales del país. Mesa “tiene que anular la ley Tributaria, la ley de Capitalización, la ley de Seguridad Ciudadana”, afirmó al mencionar 70 reivindicaciones sociales y económicas del campesinado. Y auguró que el nuevo presidente “va a tener problemas igual que (el dimitente) Sánchez de Lozada, porque no es un buen político y nova a poder solucionar” la crisis boliviana. Lozada huyó de Bolivia el viernes y llegó ayer a Miami tras renunciar en medio de una crisis política y social que causó al menos 80 muertos y unos 400 heridos.
Al ser investido, Mesa dijo al Congreso que instalará un gobierno sin partidos políticos e hizo suya buena parte del discurso de la oposición. Admitió llamar a un referendo vinculante para definir el futuro de la explotación de gas, cuya industrialización y no exportación en términos lesivos piden los sindicatos. El Departamento de Estado norteamericano declaró a través de un comunicado que lamenta “las circunstancias (...) que llevaron a la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada”. Y los gobiernos latinoamericanos se congratularon de la salida constitucional a la crisis.

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El nuevo presidente Carlos Mesa, con una guirnalda de flores, saluda en una reunión con residentes de El Alto, foco de la revuelta.
 
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