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La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que reúne a la oposición en Venezuela, definirá antes de julio, en el seno de la Asamblea Nacional –donde tendrá mayoría a partir de enero– “una solución constitucional y democrática” para el cambio de gobierno de Nicolás Maduro, anunció Henry Ramos Allup, unos de sus principales dirigentes. Pese a la afirmación de Ramos Allup, diferencias dentro de la coalición se hicieron evidentes en más de una oportunidad, sobre todo a partir de la muerte del presidente Hugo Chávez, a comienzos de 2013.

En la coalición, que reúne a 28 partidos, desde marxistas a neoliberales, coexisten básicamente dos corrientes: una, que es partidaria de procurar el fin del chavismo con apego a las normas constitucionales, y la otra, por momentos más notoria, que postula la salida del gobierno como objetivo prioritario. Esa diferencia quedó de manifiesto a comienzos de 2014, cuando el grupo minoritario liderado por Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado promovió protestas cotidianas que se extendieron entre febrero y junio, y en cuyo contexto se registraron disturbios que dejaron 43 muertos, 873 heridos y cerca de 200 denuncias de violaciones de derechos humanos. Como consecuencia de esos hechos, el gobierno encarceló a López y a Ledezma y destituyó a Machado como diputada.

La última prueba de esas diferencias ocurrió anteayer, cuando el padre de López criticó duramente al gobernador de Miranda y ex candidato presidencial Henrique Capriles, uno de los principales referentes del mayoritario sector legalista de la MUD. “Cuando leo a Capriles declarar que la nueva Asamblea no debe plantearse ‘la salida segunda parte’ porque ‘la salida’ se cuenta entre los grandes fracasos nacionales, le doy gracias a Dios de que él es solo gobernador de estado y no un nuevo y valiente diputado”, dijo Leopoldo López Gil.

No obstante, el mismo Leopoldo López admitió implícitamente el fracaso de la salida al manifestar, en una entrevista publicada el domingo pasado por diarios de 10 países de América latina, que Maduro debe salir antes de 2019 y que para lograrlo existen mecanismos constitucionales, como el referéndum revocatorio.