EL MUNDO › LOS REBELDES CONTRA ARISTIDE VAN POR CABO HAITIANO HACIA LA CAPITAL

Liberté, égalité, intervención de paz

Ante la agravada situación en Haití, Francia enviaría una fuerza de paz internacional a su ex colonia. La oposición controla más ciudades.

Al día siguiente de que los rebeldes haitianos tomaran la ciudad de Hinche (centro), el ministro francés de Relaciones Exteriores, Dominique de Villepin, anunció que su país evalúa el envío de una fuerza internacional de paz para apagar la rebelión que sacude desde hace dos semanas a esa ex colonia francesa. También ofreció garantizar ayuda humanitaria para ese país, el más pobre de América: “Estamos hablando con nuestros socios en la ONU, que enviaron una misión humanitaria”, dijo De Villepin. Además declaró que el gobierno francés formó un comité de crisis para analizar una respuesta para la situación haitiana. Para De Villepin, el presidente Jean Bertrand Aristide “dejó a su país a la deriva”. Mientras, desesperado, el primer ministro haitiano Yvon Neptune volvió a pedir ayuda extranjera: “Nuestra policía no es un ejército y cuando se enfrenta a narcotraficantes armados que argumentan pretextos políticos es deber de la comunidad internacional ver cuál es la mejor aproximación”, declaró ayer.
“Queremos reflexionar sobre lo que se puede hacer”, dijo De Villepin en declaraciones para la radio pública France-Inter. Y estimó que “muchos países están dispuestos a actuar en Haití y tienen los medios para hacerlo”. Según el ministro francés, su país quiere “movilizarse”: tenemos una plataforma y elementos muy importantes cerca de Haití con nuestros departamentos de ultramar en Antillas y Guyana”, dijo al pedir a la comunidad internacional que evalúe el envío de tropas. Pero el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dijo que en la comunidad internacional “no hay entusiasmo para enviar fuerzas militares o de policía para controlar la violencia”. También indicó que Aristide sigue siendo el “presidente electo libremente” y rechazó cualquier solución que consista en hacerlo “salir por la fuerza”.
Por su parte, el embajador estadounidense en Puerto Príncipe, James Foley, aprobó ayer el traspaso de un millón de dólares a la misión especial de la Organización de Estados Americanos (OEA) para ayudar a aplicar el plan de paz de la Comunidad Caribeña (Caricom). “Pedimos a la oposición que condene la insurrección y colabore con Caricom”, dijo Foley en una conferencia de prensa en Puerto Príncipe. El plan de Caricom para Haití incluye reformas políticas, el desarme de las bandas armadas y la liberación de los presos políticos. “Este país no puede continuar sin un estado de derecho, con bandas armadas y una fuerza policial política”, dijo. Y agregó que Washington “no reconocerá a un gobierno que tome el poder por la fuerza”. Por último llamó a “un gran compromiso histórico” entre el presidente Aristide y la oposición.
Mientras, en Haití, el socialista Michael Gaillard, uno de los líderes de la oposición civil, recibió “con satisfacción la posición de Francia de mostrar un interés real por nuestro país”. Paralelamente, el Grupo de Reflexión sobre Haití, coordinado por el ex coronel opositor Hinge Rébu, pidió ayer un diálogo nacional para negociar la salida de Aristide con el aval de las Naciones Unidas. El grupo considera que ésta es la única forma de evitar una guerra civil. Sin embargo, en declaraciones para el diario New York Times, Aristide repitió que está decidido a completar su mandato, que termina el 7 de febrero del 2006. Desde hace unos meses, además de los insurgentes armados, una oposición civil pacífica protesta en Puerto Príncipe reclamando la renuncia del presidente.
Luego de dos semanas de alzamiento armado, el lunes a la noche unos 50 insurgentes tomaron el control de Hinche, una ciudad de 87.000 habitantes, y mataron al jefe de la policía y a sus dos guardaespaldas. Enseguida, la población salió a las calles para liberar a los presos de la comisaría local, incendiarla y luego saquear las casas de los funcionarios del régimen de Aristide. Pese a todo, ayer Hinche amaneció tranquila. Con ésta ya son dos las ciudades tomadas por los rebeldes, que además controlan varios pueblitos del norte. La otra es Gonaives, ocupada desde hace 10 días, y donde murieron 52 personas en los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales. Pero los rebeldes van por más: ayer anunciaron que su próximo objetivo es tomar la ciudad de Cabo Haitiano, la segunda en importancia de ese país, y luego avanzar hasta la capital, Puerto Príncipe, para aislarla.

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Los enfrentamientos entre la policía y los opositores no cesan en Puerto Príncipe.
 
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