EL MUNDO

Si hubo desamor, ahora la Unión Europea busca acercarse a la isla

Europa suspendió temporalmente las sanciones políticas contra el gobierno de Castro, adoptadas desde junio del 2003.

Por Ricardo De Rituerto y Mauricio Vicent *
Desde Bruselas y La Habana

La Unión Europea suspendió ayer temporalmente todas las sanciones adoptadas contra Cuba en junio del 2003, y se propone ahora “mantener un diálogo constructivo con las autoridades” y también “desarrollar relaciones más intensas con la oposición pacífica”, según el acuerdo alcanzado ayer por los ministros de Exteriores comunitarios. Estados Unidos expresó su descontento.
El gobierno checo, el que más se resistió a la flexibilización, insistió en que se revise la nueva postura en junio próximo en función de la democratización y el respeto a los derechos humanos en la isla. Por su parte, la mayor parte de los disidentes cubanos criticó con dureza la decisión. Los gobiernos de la Unión ratificaron la posición común vigente desde 1996, que busca alentar una transición hacia el pluralismo, el respeto a los derechos del hombre y las libertades fundamentales, y una mejora de las condiciones de vida del pueblo cubano. Pero renunciaron al castigo impuesto en el 2003 tras una oleada de detenciones y tres fusilamientos. Entonces se decidió invitar a disidentes a las fiestas nacionales en las embajadas de la Unión, suspender las visitas de alto nivel y reducir el nivel de participación en actos culturales. La Habana reaccionó de inmediato y congeló las relaciones con los Veinticinco.
“Han sido medidas contraproducentes y faltas de eficacia”, dijo ayer Miguel Angel Moratinos, jefe de la diplomacia española, al presentar el cambio de estrategia. El punto más crítico, las invitaciones a los disidentes a las fiestas en las embajadas, no queda explícitamente recogido en las nuevas conclusiones, que sí se refieren a los otros dos. Es un asunto que queda abierto, aparentemente, al criterio de cada gobierno. Europa va a insistir en la democratización, los derechos humanos y el estado de derecho “a través del diálogo con las autoridades”, dijo Moratinos, quien se mostró convencido de que el régimen cubano dará pasos concretos en esos campos. A su juicio, la flexibilidad en la relación buscada por España ha dado frutos incluso antes de entrar en vigor, con la liberación de 12 de los 75 presos y el diálogo del gobierno de La Habana con los embajadores europeos. “Yo miro al futuro con optimismo”, señaló.
Algunos disidentes cubanos calificaron la decisión de los ministros europeos de “error”, otros de “política de apaciguamiento a una tiranía”, mientras que los más conciliadores consideraron inteligente la estrategia de sustituir la confrontación por el diálogo. El líder de Cambio Cubano, Eloy Gutiérrez Menoyo, saludó lo sucedido. “Es una política inteligente que permite establecer las bases de un diálogo constructivo. Pero la UE ahora debe definir lo que es el apoyo a la oposición pacífica, pues algunos lo que están haciendo es alentar la confrontación.”

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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El canciller luxemburgués (izq.), junto a Javier Solana.
 
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