EL MUNDO › HABLA JACOB GOLDBERG, EX ASESOR DE EHUD BARAK

“Este es el test de Abbas”

 Por Mercedes López San Miguel

“En tan breve período desde que fue electo, Mahmud Abbas logró un acuerdo de alto el fuego, es una señal positiva”, dijo en entrevista con Página/12 Jacob Goldberg. Y advirtió que el accionar de las milicias palestinas dependerá de la percepción de lo que es capaz el sucesor de Arafat. Goldberg fue asesor en asuntos internacionales del ex primer ministro laborista de Israel Ehud Barak (1999-2001).
–Luego de la declaración de cese de fuego mutuo entre la Autoridad Palestina e Israel, ¿qué se puede esperar?
–En Medio Oriente y mirando el pasado debemos ser cautos. Tenemos la experiencia de 10 años, con los acuerdos de Oslo donde personalmente fui optimista como tantos y todos sabemos cómo terminó. De todas formas, veo serias señales de que nos estamos embarcando en un nuevo proceso.
–¿A qué se refiere?
–Primero, de lo que sabemos de las políticas de Mahmud Abbas. Durante el tiempo en que aún vivía Yasser Arafat, él estuvo explícita y públicamente en contra de la Intifada: las acciones terroristas y los atentados suicidas de los palestinos contra civiles israelíes en el último año y medio. Además, Abbas renunció a ser primer ministro en 2003 porque no tenía libertad de acción para controlar a los organismos militares con la centralización y unión de las fuerzas de seguridad, en contraste con Arafat. Por otra parte, en tan breve período de tiempo desde que fue electo, Abbas fue capaz de acordar este alto el fuego.
–¿Creen que el actual presidente palestino tiene los medios para frenar a las facciones armadas?
–Ese es el gran interrogante. Sí podrá controlar las bases del poder, porque la coalición de Al Fatah está compuesta de distintas facciones (armada, civil, etc.). Abu Mazen (Abbas) parece más poderoso de lo que pensábamos.
–¿Y el rechazo de Hamas?
–Quizás Abbas se enfrente al momento de la verdad, no sólo personalmente sino también para el liderazgo de la gente común. En cada movimiento nacional siempre hay grupos que se oponen a la paz. La pregunta es cómo este líder actúa ante los que se le oponen. En ciertos casos, no hay otra forma que confrontarlos. Entiendo que Abbas busque las vías pacíficas, nadie quiere tener una guerra civil, pero si Hamas continúa boicoteando, tendrá que actuar en consecuencia. Es su test. El modo en que Hamas se porte dependerá de su percepción sobre lo que hará Mazen. Esto es, si ven que es fuerte, vacilarán.
–En futuras mesas de negociaciones, habrá temas difíciles de discutir, por ejemplo el retorno de los refugiados palestinos.
–También el asunto estuvo ante Ehud Barak. Representa dos aspectos: uno, lo que los palestinos llaman “el derecho de retorno” de los refugiados. Desde su perspectiva, hace 50, 60 años hubo gente que se fue y debería regresar. Ahora, sumada toda su familia, hablamos no ya de medio millón, sino de un millón y medio. El otro es la carta que mantiene el conflicto abierto. Con esa cantidad sería Israel un Estado árabe y no judío. Israel ya tiene un millón de árabes como ciudadanos, si le agrega el millón y medio, cambiaría el balance demográfico. Los palestinos lo saben. Entendemos que el derecho de retorno sea un símbolo, pero no es realista. En Camp David, Barak acordó que Israel aceptará 10 mil refugiados por año en 10 años (100.000 en total). Y lo rechazaron.
–¿Y a partir de ahora?
–Yossi Beilin, que era el segundo del entonces premier Shimon Peres –y uno de los arquitectos de Oslo– junto a Mahmud Abbas y antes del asesinato de Yitzhak Rabin (1995) llegaron a un acuerdo que no fue hecho público en el que Abbas –según Beilin– cedía al derecho de retorno. Pero ahora es el líder. Por lo tanto, se mantiene el interrogante.
–¿Con respecto al tema de la soberanía de Jerusalén?
–Clinton, cuatro meses después de Camp David, hizo una propuesta mejor, que Arafat rechazó. Jerusalén sería dividida según líneas demográficas; donde hay barrios judíos, será parte de Israel, donde hay árabes, para los palestinos. Podría haber acuerdo.
–Otra cuestión son los asentamientos. Sharon ha hablado de la retirada de Gaza, pero no de Cisjordania –de 200.000 colonos–.
–Luego de la experiencia de Oslo, la mayoría de los israelíes no quieren los territorios (Gaza y Cisjordania), pero desean que se negocie. Yo creo que habría negociación. El problema no es éste, insisto, es el derecho de retorno de los refugiados. El desafío de Abbas es reeducar a su pueblo. Y tiene la autoridad, es uno de los cinco fundadores de Al Fatah. El plan de Sharon ha sido unilateral, pero ahora, en el contexto del acuerdo, veremos si su plan es parte de una negociación.
–Unilateral como la construcción del muro de seguridad en Cisjordania.
–El muro no existirá si no hay terrorismo. Pero no hay fronteras y tenemos que protegernos de los atentados suicidas. Si se mantiene el cese de fuego, el próximo paso será reavivar la Hoja de Ruta.

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