EL MUNDO

Un dinosaurio sigue vivo en el estado de México

En los comicios de ayer, en el estado mexicano más poblado ganaba el tradicional PRI (derecha); el PRD (izquierda) amenazaba con impugnar el resultado y le daba pelea en otro estado, Nayarit.

En el estado de México, la tradición fue más fuerte y, con más de 70 años de gobierno ininterrumpido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) continuará al frente del estado más poblado y el segundo más rico del país. Dos cadenas televisivas y los datos oficiales daban anoche a Enrique Peña Nieto como el favorito, obteniendo entre 47 y 50 por ciento. El partido gubernamental PAN y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), del precandidato presidencial –y favorito– Andrés López Obrador, peleaban el segundo lugar con alrededor de un 25 por ciento. El PRD amenazó con impugnar el resultado por el supuesto abuso en los gastos de campaña del PRI. También hubo elecciones en el pequeño estado de Nayarit en el que, hasta anoche, había un empate técnico entre el PRD y el PRI.
“Con los elementos que tenemos, vamos a sentar un precedente porque es indispensable que lo que pasó en el estado de México no pase en la elección federal”, señaló el presidente del PRD, Leonel Cota Montaño. Este partido acusó al actual gobernador del estado y mentor político de Peña Nieto, Arturo Montiel, de influir en las elecciones a favor del candidato priísta y calificó como una “mafia” a todo el aparato político del PRI. Este reclamo se suma al que la oposición –el PRD y el PRI– le hizo durante la semana pasada al presidente Vicente Fox que, a pesar de las advertencias de la Justicia Electoral, apoyó abiertamente y participó de los actos del candidato de su partido, el Partido Acción Nacional (PAN).
Las críticas a los gastos de la campaña del PRI llevaron al PRD a anunciar que impugnaría el resultado de la elección, sea cual sea. De concretarse esta denuncia, los resultados de los comicios –que se desarrollaron en calma y tranquilidad a pesar de algunos incidentes menores, según reportes de las autoridades electorales– podrían definirse en tribunales. Sin embargo, luego de votar, la candidata perredista Yeidckol Polevnsky aseguró que ni ella ni su partido querían que la elección de ayer se resolviera en la Justicia sino que debía terminar en las urnas.
Durante la jornada de ayer, el pequeño estado de Nayarit –ubicado en la costa del Pacífico, entre Jalisco y Sinaloa, y con apenas 654.248 electores– también votó para elegir gobernador, 20 alcaldes y el Congreso local. La gobernación era disputada por los candidatos del PRI, Ney González; de la alianza de izquierda entre PRD, el Partido del Trabajo y el Partido de la Revolución Socialista, Miguel Angel Navarro; y del PAN, Manuel Pérez Cárdenas.
Según los bocas de urna, podría haber un empate entre el candidato del PRI y el PRD. La cadena de televisión TV Azteca, con el respaldo de la consultora Mendoza Blanco y Asociados, señalaba anoche que tanto el PRI como el PRD obtenían el 45 por ciento de los sufragios, muy por delante del candidato del PAN, que sólo consiguió el 8 por ciento y no podrá conservar la gobernación. El director de la Policía Judicial de este estado, Javier Sandoval Blasco, dejó su cargo durante la tarde de ayer –al principio se dijo que lo habían echado, luego trascendió que renunció– luego de versiones que aseguraban que estaba apoyando activamente al PRI.
A pesar de que la elección en el estado de México es vista por muchos como una prueba previa a los comicios presidenciales del año que viene, como ya lo demostró la votación del 2000, nada es seguro. En aquellos comicios, el actual presidente, Vicente Fox, ganó, aunque su partido no había conseguido anteriormente imponerse en el estado de México.

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Enrique Peñas, candidato a gobernador del estado de México.
 
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