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Quizá sea un signo de paz. Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna, el brazo político ilegalizado del grupo guerrillero ETA, aseguró ayer que es “muy positivo” el desarme del IRA y pidió el compromiso de los partidos políticos para “construir” las “vías pacíficas y democráticas” que permitan a ETA adoptar una decisión similar. Sin embargo, el ministro del Interior español, José Antonio Alonso, intentó relativizar las comparaciones entre la decisión de deponer las armas que tomó el IRA ayer y los intentos de acercamiento del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y la ETA: “Cada país tiene sus propios problemas, sus lógicas y sus caminos”. Todo el arco político del país dio la bienvenida a la decisión del grupo irlandés.
Según Otegi, el caso irlandés demuestra que los procesos de pacificación son “largos y no exentos de dificultades”, ya que el IRA decidió abandonar las armas 12 años después de la firma del tratado de Downing Street que, según el líder independentista, reconoce la territorialidad de Irlanda y su derecho de autodeterminación, lo que constituyó un “sólido” punto de partida. En un telegrama de felicitación al primer ministro Tony Blair, Zapatero afirmaba: “Es un auténtico paso de gigante en la lucha contra el terrorismo” que “nos reafirma en nuestra determinación de eliminar la violencia como instrumento para obtener cualquier fin”. Desde la oposición, el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, opinó: “Lo que tenemos que hacer (en España) es recuperar la mejor política antiterrorista, la que nos ha llevado a arrinconarlos y a tener la posibilidad de que ese fin, con el triunfo de la lucha policial, se pudiera conseguir”, e instó al gobierno a “reflexionar”. Comunistas, nacionalistas moderados vascos y catalanes e independentistas instaron a ETA a que “tome nota” de la decisión del IRA.