EL MUNDO

Muertes que anuncian más muertes en Medio Oriente

Un atentado suicida mató a una mujer y una niña en un shopping cerca de Tel Aviv. Hay además 30 heridos. Israel hizo incursiones puntuales en ciudades de Cisjordania, mientras figuras del gobierno piden una nueva invasión.

Por Suzanne Goldenberg *
Desde Jerusalén

Un terrorista suicida anoche provocó una masacre en una heladería llena de madres e hijos, matando a una mujer y a una niña e hiriendo a otros 30, incluyendo dos bebés que estaban es condición crítica. El ataque ocurrió en la hora pico en el pequeño centro comercial de Petah Tikva, cerca de Tel Aviv, a sólo 10 kilómetros de la línea verde que separa Israel de los territorios palestinos. Este fue el quinto ataque fatal en una semana, desafiando los esfuerzos de Israel para asegurar el corazón del territorio israelí con incursiones militares diarias en las ciudades de Cisjordania y los campos de refugiados. “Escuché una explosión, y la gente corría y gritaba”, dijo por televisión israelí Shir Cohen, una chica herida. “Había una mujer embarazada tirada en el piso.” Las imágenes de la explosión por televisión mostraban sillas retorcidas y vidrios rotos, y un cochecito azul de bebé empapado en sangre.
El ataque fue la confirmación de que la era de los atentados casi diarios había regresado, a pesar de las declaraciones del primer ministro Ariel Sharon acerca de que la “infraestructura terroristas “ palestina estaba totalmente aplastada por la arrolladora invasión a Cisjordania que terminó formalmente el 10 de mayo. También expuso la debilidad o la falta de voluntad del líder palestino, Yasser Arafat, para detener a los terroristas. Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, una rama armada de Al Fatah, el movimiento de Arafat, reivindicaron el ataque de anoche con una llamada telefónica a la cadena de televisión Al Manar de Beirut.
El ataque fue el tercero que se adjudica el grupo, a pesar de las fuertes condenas públicas de Arafat de las misiones suicidas. Muestra los límites de la intensa presión para frenar a los terroristas impuesta sobre el líder palestino por Arabia Saudita, Israel y Estados Unidos. Los últimos terroristas están descubriendo nuevos terrenos, atacando ciudades israelíes que nunca antes habían sido blanco y adoptando nuevos métodos, como el intento de la semana pasada de bombardear el principal depósito de petróleo del país. Hubo una creciente presión sobre Sharon para que ordenara al ejército regresar a Cisjordania, y reocupara las ciudades palestinas. Las fuentes cercanas a él dijeron que había descartado por ahora una invasión en gran escala, pero que el ejército intensificaría sus incursiones diarias a los territorios palestinos.
En días recientes, altos funcionarios militares israelíes declararon que el ejército no dejará de intervenir en territorios considerados como áreas A, esto es, bajo total control palestino según los acuerdos de Oslo. En efecto, eso borra el logro primario del acuerdo: exclusivo control palestino de los principales centros de población en Cisjordania y Gaza. “Nunca declaramos que nos estábamos retirando de los acuerdos de Oslo, pero si debemos operar para evitar el terror, lo haremos,” le dijo ayer a los reporteros un alto oficial militar israelí. “El hecho de que sigamos respetando Areas A no cuenta más mientras el aparato de seguridad palestino no esté cooperando”.
Ayer, los blindados israelíes reocuparon Belén por segundo día consecutivo, sellando los caminos a la Plaza Manger para bloquear cualquier intento de militantes palestinos de buscar asilo en la Iglesia de la Natividad, al escena de un reciente sitio de cinco semanas. Los fuerzas israelíes ocuparon cinco localidades vecinas a Belén, donde fueron detenidos al menos 15 palestinos. Entre ellos figuran el jefe de las brigadas Al Aqsa en Belén, y otros dos miembros de este grupo. Entre las localidades se cuenta el campo de refugiados de Deheishe, el suburbio de Beit Sahour donde clausuraron una radio local. Las fuerzas israelíes también entraron a los suburbios de Ramalá para atacar varios edificios, pero el ejército retiró sus tanques a los bordes de Kalkilia después de una incursión que duró 24 horas. Un vocero militar dijo que el propósito de los ataques era preservar los logros conseguidos gracias a la operación Muro Defensivo, llevada a cabo e Cisjordania desde el 29 de marzo al 10 de mayo. “El creciente número de alertas de terroristas suicidas es una gran preocupación”, dijo el brigadier Ron Kitrey, vocero del ejército. “Nos obliga a estar tensos como un elástico en cada lugar, desde Jenín en el norte a Hebrón en el sur”. Eso no era suficiente para las figuras de la derecha en el partido Likud de Sharon, que hicieron renovados llamados para destruir la administración de Arafat y volver a la ocupación total. “Tenemos un problema estratégico con la Autoridad Palestina,” dijo en la televisión israelí el ministro de seguridad pública, Uzi Landau. “Tenemos que ir a todas las áreas de las que salimos y quedarnos ahí”.
También el frente con el Líbano se está poniendo cada vez más caliente. Ayer la guerrilla pro iraní Hezbolá disparó misiles contra aviones israelíes que habían entrado en territorio libanés. No alcan-zó a ninguno.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

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Un cochecito de bebé rodeado de sangre en Petah Tikva, lugar del último atentado suicida palestino.
 
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