EL MUNDO › EL ATENTADO DESNUDO LA FRAGILIDAD DEL GOBIERNO DE FOUAD SINIORA

Asesinaron a un ministro libanés

Una semana después del retiro de seis ministros prosirios del gobierno, Pierre Gemayel, sobrino de un ex presidente también asesinado, fue abatido en un suburbio cristiano de Beirut. La noticia dio vuelta al mundo y muchos apuntaron su mirada hacia Siria.

El ministro de Industria del Líbano, Pierre Gemayel, cercano al primer ministro antisirio Fouad Siniora, fue asesinado ayer a balazos en las afueras de Beirut. El asesinato podría elevar la ya tensa situación política que vive el país, donde la mayoría parlamentaria antisiria se encuentra enfrentada con las facciones prosirias, lideradas por el movimiento Hezbolá. El conflicto al interior del gobierno, del que renunciaron seis ministros prosirios la semana pasada, se disparó por la intención de crear un tribunal internacional para juzgar a los sospechosos de la muerte del ex premier libanés Rafik Hariri.

Gemayel, de 34 años, falleció cuando lo trasladaban a un hospital tras haber recibido seis disparos cuando se disponía a subir a su auto en el barrio cristiano de Yaideh, al norte de Beirut. Los asesinos, que dispararon desde otro vehículo y no han sido identificados, lograron huir. En el ataque también murieron dos guardaespaldas del ministro. El jefe de la mayoría antisiria en el Parlamento, Saad Hariri, fue quien hizo público el asesinato de Gemayel y acusó implícitamente a Siria. “Hacen lo que prometieron hacer, quieren asesinar a todos los hombres libres de Líbano”, declaró Hariri, hijo del ex premier asesinado en 2005. “Creemos que las manos de Siria están por todas partes. No podemos rendirnos. Se ha derramado sangre para liberar a nuestro país de las manos del régimen que estaba implicado en la muerte de Rafik Hariri, en la muerte de mucha gente”, afirmó el parlamentario.

Hariri dijo a CNN que cree que el asesinato está vinculado con la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de crear un tribunal internacional para juzgar a los sospechosos de la muerte de su padre. El plan para la creación de este órgano judicial fue elaborado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y aprobado la semana pasada por el gobierno del Líbano. Por la tarde, después del atentado de ayer, el Consejo de Seguridad también dio su visto bueno al proyecto y ahora se requiere que lo ratifique el Parlamento libanés. La creación del tribunal dividió al gobierno de ese país, que está inmerso en una de sus peores crisis desde hace años. Tras la dimisión de los seis ministros prosirios, las fuerzas lideradas por Hezbolá amenazaron con derrocar al gobierno con protestas masivas si éste no crea un gobierno de unidad nacional o convoca elecciones anticipadas.

Para defenderse de cualquier dedo acusador, el gobierno sirio condenó el ataque antes que ningún otro país árabe. “Este crimen terrible tiene el objetivo de atentar contra la estabilidad y la paz del pueblo libanés. El interés de Siria está en la seguridad, la estabilidad y la unidad de Líbano”, afirmó un comunicado. Por su parte, las autoridades libanesas lanzaron un mensaje de unidad. “Los asesinatos no nos intimidarán”, afirmó en una conferencia de prensa el premier Fouad Siniora. “No dejaremos que los criminales controlen nuestro destino. Este es el momento para que todos los libaneses se unan”, agregó. Siniora prometió además que su gobierno “asumirá todas las responsabilidades para proteger los intereses del Líbano”. En tanto, el presidente libanés prosirio, Emile Lahud, también instó a los libaneses a mantenerse unidos. “Estamos en un momento de unidad y todos debemos trabajar para encontrar a los criminales que están llevando a cabo esta conspiración contra todos los libaneses y que comenzó con el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri”, indicó Lahud.

El repudio internacional al atentado no tardó en llegar. Estados Unidos denunció el asesinato como un “acto de terrorismo”. La Unión Europea (UE), además de condenar el atentado, pidió que éste no dañe aún más la estabilidad política del país porque se produce en una situación que “ya es críticamente tensa”. Además, el Consejo de Seguridad condenó el ataque contra Gemayel, a quien describió como “un patriota que fue un símbolo de la libertad y de la independencia política de Líbano”.

El ministro cristiano maronita, casado y padre de dos hijos, pertenecía a una conocida dinastía de políticos. Su abuelo era Pierre Gemayel, fundador del Partido Kataeb Demócrata Social (PKDS) del Líbano, de extracción cristiana e inspirado en la Falange Española que comandó el dictador Francisco Franco. Además, tanto su padre como su tío fueron presidentes del Líbano. Su tío era el ex mandatario Bashir Gemayel, asesinado en 1982, y su padre el ex presidente Amin Gemayel (1982-1988). “Soy incapaz de hablar y pido que mantengan la calma. Mi hijo ha sido el mártir de una causa y quiero que preserven su martirio (...) No quiero venganza”, afirmó Amin Gemayel ayer frente al hospital.

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Seguidores del ministro de Industria baleado ayer expresan su enojo afuera del hospital en Yaideh.
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