EL MUNDO › QUINCE SOLDADOS MUERTOS DE EE.UU.

Días negros en Irak

Catorce militares de Estados Unidos resultaron muertos en dos días en varios ataques en Irak, donde ayer un atentado suicida con camión cisterna dejó quince muertos más al norte de la capital. Por otra parte, al menos cuarenta y un insurgentes perdieron la vida en las posiciones de Al Qaida al nordeste de Bagdad, después de que las fuerzas estadounidenses e iraquíes apoyadas por helicópteros intensificaran una importante ofensiva lanzada el martes.

El atentado suicida perpetrado en Suleiman Beg, localidad a 90 km al norte de la ciudad petrolera de Kirkuk, tuvo como blanco un edificio que alberga el cuartel general de la policía, el consejo local y otros dos centros administrativos. Según el último balance, quince personas fallecieron, dos de ellas policías, y al menos 66 resultaron heridas, entre ellas 18 agentes de seguridad. Entre los estadounidenses, doce de los catorce militares fallecidos fueron atacados en Bagdad, donde las fuerzas de este país y las iraquíes desplegaron hace cuatro meses refuerzos suplementarios para frenar la violencia.

El ataque más mortífero se registró el jueves, dejando cinco militares y cuatro civiles iraquíes muertos, en la explosión de un artefacto artesanal en el oeste de la capital. Estas muertes elevan a 59 el número de militares estadounidenses que perecieron en las primeras tres semanas de junio, mientras que ya son al menos 3536 los militares que perdieron la vida en Irak desde la invasión, en marzo de 2003, según un recuento basado en cifras del Pentágono. Esta nueva tragedia para el ejército estadounidense coincide con una vasta operación en la provincia de Diyala, bastión de Al Qaida al norte de Bagdad.

“Las fuerzas aliadas comenzaron a eliminar agentes de Al Qaida y sus recursos”, declaró el general de brigada estadounidense Mick Bednarek, en el tercer día de la ofensiva, en la que participan unos 7500 soldados norteamericanos y 2500 militares y policías iraquíes.

Cuatro sospechosos que instalaban artefactos explosivos en el borde de una carretera –causa de importantes pérdidas militares estadounidenses en Irak– fueron muertos en un ataque aéreo. “Las fuerzas terrestres descubrieron además una vivienda repleta de explosivos en un distrito cercano a Baaquba, capital de Diyala. El edificio fue destruido con el lanzamiento de un cohete desde un helicóptero”, precisaron las fuerzas castrenses. En un ataque aéreo contra otra casa donde “el enemigo” almacenaba bombas, los militares erraron su disparo e hirieron a once civiles.

“Cinco escondites de armas y veinticinco artefactos explosivos fueron destruidos desde el lanzamiento de la operación Arrowhead Ripper”, afirmó el ejército, que perdió un militar desde el martes en esta ofensiva. Diyala, una especie de Irak en miniatura, en el que conviven sunnitas, chiitas y kurdos, es escenario de enfrentamientos confesionales cotidianos. Numerosos insurgentes se han replegado en esta provincia desde el inicio del plan de seguridad de Bagdad a mediados de febrero.

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