EL MUNDO › LULA OFRECIO TECNICOS PETROLEROS A CHAVEZ

Ahora, un gesto bolivariano

Luiz Inácio Lula da Silva tuvo ayer un día agotador. En su primer día entero como presidente de Brasil estuvo de entrevista en entrevista y su agenda estuvo corrida todo el día porque empezó con un “plantón”: su primera cita, el presidente de Venezuela Hugo Chávez, llegó casi una hora tarde. “Es que me quedé hablando hasta tarde con Fidel Castro”, se excusó después Chávez. El mismo Lula tuvo bastante tiempo de hablar con Fidel por la noche, cuando le ofreció una cena especial. En el maratón de encuentros, una certeza: Brasil le dará ayuda técnica, a través de Petrobras, a Venezuela para reemplazar a los 200 gerentes expulsados de Petróleos de Venezuela (PDVSA), corazón de la economía venezolana y del paro sindical-patronal que ya lleva un mes. La ministra de Minas y Energía brasileña, Dilma Roussef, dijo que Petrobras y PDVSA “podrían asociarse”.
Lula llegó al Palacio del Planalto antes de las ocho de la mañana. Los pocos funcionarios que ya habían llegado después de la noche de festejos lo aplaudieron y él marchó hacia su despacho. Allí tuvo que esperar 55 minutos para que llegara Chávez. A la salida de la reunión, el presidente venezolano informó que le pidió explícitamente a Lula ayuda técnica para normalizar la producción de PDVSA, y que Lula le dio el sí. El ahora ex presidente Fernando Henrique Cardoso ya había ordenado el envío de petróleo a Venezuela para ayudar a evitar el desabastecimiento interno y el enviado de Lula a ese país, Marco Aurelio García, había manifestado públicamente su apoyo al gobierno de Chávez. En teoría, técnicos de Petrobras llegarían en los próximos días a Caracas para comenzar a trabajar en PDVSA, cuya producción estaría normalizada, según palabras de Chávez, “en unas semanas”.
Mientras se hablaba de Venezuela, el premier sueco Goran Persson estaba en la sala de espera. Había asuntos concretos a definir: la compra de aviones caza suecos por la Fuerza Aérea Brasileña y la invitación que Persson hizo a Lula para que visite Suecia y que forma parte del grupo de presidentes y jefes de Estado de centroizquierda (donde están, entre otros, el premier británico Tony Blair y el presidente chileno Ricardo Lagos, quienes se reunirán nuevamente en julio). Después vinieron las visitas más propiamente protocolares: el príncipe de Asturias Felipe de Borbón, quien entregó a Lula una carta del rey Juan Carlos de España, el premier de Guinea Bissau, Marco Antonio Reis Pires, y el presidente de Portugal, Jorge Sampaio, quien defendió las negociaciones para la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur.
Lula da Silva se reunió además con el premier de Guyana, Samuel Hinds, con el Alto Comisario de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, el brasileño Sergio Vieira de Melo, con el secretario general del Partido Socialista Portugués, Eduardo Rodrigues, y con el presidente de la Cámara de Diputados de Canadá, Andrew Stewart Milleken.
Todo esto ocurrió solamente a la mañana. Tras el almuerzo, Lula recibió al legislador salvadoreño Jorge Shafic Handal, al ministro de Economía de Alemania, Caio KochWeser, a los ministros de Cooperación Africana y de Relaciones Exteriores de Libia, y al ministro de Transporte de China.
Mientras tanto, fuera del palacio presidencial cientos de personas que participaron anteayer en la ceremonia de investidura se resistían en dejar la ciudad y aún esperaban ver una vez más a Lula.
Hoy se realizará la primera reunión de gabinete del gobierno de Lula.

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