EL MUNDO › CRECE EL FUEGO EN EL TRIANGULO SUNNITA DEL PAIS

Los okupas bajo la guerrilla

Estados Unidos enfrenta una “guerra de guerrillas” en Irak, reconoció ayer por primera vez el general John Abizaid, el nuevo jefe del Comando Central norteamericano (Centcom). Esto marca un cambio dramático respecto a declaraciones recientes de su jefe, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien negó recientemente una guerra de guerrillas. Y los esfuerzos de las tropas estadounidenses por aplastar a los elementos leales a Saddam Hussein que siguen activos en Irak sufrieron ayer, en el 24 aniversario del ascenso de Saddam Hussein al poder, un nuevo revés, con el asesinato del alcalde proestadounidense de Haditha, una ciudad de mayoría sunnita situada en la zona más conflictiva del país, y la muerte de un soldado en una emboscada cerca de Bagdad. Y un ataque inédito con un misil tierra-aire no logró alcanzar a un avión militar estadounidense cuando estaba aterrizando en el aeropuerto de Bagdad.
“Fuimos tomados un poco desprevenidos por la destrucción completa del ejército iraquí y la desaparición casi total de los servicios de seguridad iraquíes, sobre todo de la policía”, declaró Abizaid durante su primera conferencia de prensa en el Pentágono, desde que asumió este mes el reemplazo del general Tommy Franks al frente del Centcom. Los hechos en el terreno le daban la razón. Mohamed Nayil al Jurayfi, alcalde de Haditha, fue acribillado a balazos junto a uno de sus hijos cuando viajaba en coche por la ciudad, a unos 250 kilómetros al noroeste de la capital. Algunos habitantes de Haditha lo acusaban de colaborar con los norteamericanos. Junto a Faluja, Ramadi y Tikrit, la ciudad forma parte de la zona que más problemas está creando a los estadounidenses desde que el presidente George W. Bush decretase el fin de las operaciones de combate en Irak, el pasado 1º de mayo. En el llamado triángulo sunnita al noroeste de Bagdad han tenido lugar la mayoría de los ataques contra las tropas de ocupación, que han sufrido 33 bajas en los últimos dos meses y medio.
El soldado estadounidense murió tras el lanzamiento de una granada al paso del convoy de vehículos militares en el que viajaba por las afueras de Bagdad, muy cerca de la prisión de Abu Greib. El sargento Diego Báez, que resultó ileso, lloraba la muerte de su compañero. “Dormimos uno al lado del otro anoche. Era mi mejor amigo”, declaró Báez a la agencia Associated Press. Con la muerte del soldado son ya 147 los militares estadounidenses muertos en combate desde el comienzo de la guerra en Irak, los mismos que los fallecidos durante la guerra del Golfo, en 1991.
El misil disparado contra el avión Hércules C-130 no dio en el blanco, declaró la sargento Amy Abbott, según la cual se trata del primer ataque de este tipo en Irak desde la guerra. “No hubo ningún ataque de ese tipo antes”, dijo Abbott, que trabaja desde hace un mes en el centro de prensa militar estadounidense en Bagdad. En otro incidente, un niño iraquí de 8 años perdió la vida cuando alguien lanzó una granada contra un vehículo militar que vigilaba la entrada de un banco de la capital. Un soldado y cuatro civiles iraquíes resultaron heridos en el ataque.

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