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El gobierno de Jean Bertrand Aristide se queda cada vez más solo en el mundo. Francia, ex potencia colonial y principal referente en el proceso de negociación, manifestó su deseo de que Aristide abandone el poder e insistió en la necesidad de enviar una fuerza de paz a Haití para evitar que el caos se apodere del país, víctima de una sangrienta revuelta. El canciller francés, Dominique de Villepin, tenía previsto reunirse en París con representantes de la oposición legal y del gobierno. Sin embargo, el vocero opositor haitiano Micha Gaillard aseguró que no es posible desplazarse a París en este momento por la situación que reina en el país e indicó que no quiere reunirse con ningún representante del gobierno de Aristide. Mientras tanto, el presidente estadounidense, George W. Bush, dijo que se debe establecer una “presencia de seguridad” internacional en Haití solamente después de que se alcance una solución política a la violencia imperante en ese país.