EL MUNDO › LOS CONSERVADORES CORREN POR IZQUIERDA A SCHROEDER

La keynesiana derecha alemana

Por Ciro Krauthausen *
Desde Berlín

A tres semanas de las elecciones del 22 de setiembre, con los socialdemócratas repuntando en las encuestas, el candidato conservador a la Cancillería alemana, Edmund Stoiber, dejó ayer en claro que se jugará sus restos en esta campaña en el terreno económico. En la presentación de las medidas que su gobierno pondría en práctica de manera inmediata, Stoiber pintó un estado catastrófico del estado de salud de la mayor economía de la zona euro y dio por hecho que el déficit público alemán, “debido al fracaso del gobierno”, superará este año el 3 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). El conservador se negó a hacer una “declaración definitiva” sobre si él podrá garantizar el cumplimiento de este criterio del Pacto de Estabilidad en 2003.
De cumplirse el pronóstico para este año, compartido por muchos expertos y al parecer ya anticipado también por Bruselas, cualquier nuevo gobierno, en principio, tendría que ajustar ulteriormente el gasto público para de esta manera cumplir con los Tratados de Maastricht. Entre las medidas que un eventual canciller Stoiber pondría en marcha inmediatamente después de llegar al poder, sin embargo, no figura ningún recorte de este tipo, y, por el contrario, se prometen diversas nuevas inyecciones de capital en la economía, sobre todo a favor de las pymes (pequeñas y medianas empresas). Stoiber insistió una y otra vez ayer, durante una rueda de prensa en Berlín, que la idea es reactivar de esta manera la economía, primero, para tan sólo en un segundo momento estabilizar las cuentas públicas a través de un crecimiento económico más satisfactorio que el 0,3 por ciento registrado en el segundo trimestre. Qué rápido pueda tener lugar este proceso, sin embargo, es harina de otro costal, y Stoiber admitió ayer que no puede “garantizar” que Alemania vuelva a reducir su déficit por debajo del 3 por ciento en 2003. En caso de presentarse problemas, dijo, “habría que hablar con los socios”. Formalmente, los conservadores sólo admiten el compromiso de equilibrar las cuentas hasta 2006.
La prohibición de un déficit público superior al 3 por ciento había sido impulsada en los años ‘90 por el canciller conservador, Helmut Kohl, y su ministro de Finanzas, Theo Waigel, de la Unión Social Cristiana (CSU), el mismo partido del actual candidato a canciller. Pese a este compromiso histórico, los conservadores desde hace meses han restado importancia al cumplimiento a pie de letra del Pacto de Estabilidad. Su propuesta para financiar los costos de la reconstrucción de las zonas afectadas por las inundaciones con los beneficios del Bundesbank, de hecho, implica contraer nuevas deudas públicas, según han criticado los socialdemócratas, que defienden el saneamiento de las cuentas públicas como uno de los principales logros de su gobierno.
“Lo que sucede es que si al votante se le pregunta de si prefiere contraer nuevas deudas o pagar más impuestos, él opta por el endeudamiento’, dijo en estos días, con notable sinceridad, Günther Beckstein, eventual futuro ministro del Interior de los conservadores, en conversación con este diario. El plan de reactivación económico presentado por Stoiber incluye generosas ayudas fiscales a las pymes, diversas medidas para flexibilizar el mercado laboral y una genérica “reducción de la burocracia”. En el programa figuran además algunas restrictivas políticas de seguridad interna e inmigración y un apartado sobre la protección al medio ambiente, incluido a toda prisa tras las inundaciones de las semanas pasadas. Por el contrario, no aparecen anteriores promesas, como un aumento de los recursos financieros para el Ejército, la reforma de la Seguridad Social y, ni siquiera, una nueva rebaja de impuestos, que debería entrar en vigor el 1º de enero de 2004. Presionado en estos puntospor los periodistas, Stoiber concedió que también la puesta en práctica de estas reformas dependerá de la evolución económica.
Los conservadores creen que la enclenque coyuntura económica volverá al primer plano de la campaña electoral el jueves, cuando se den a conocer nuevas estadísticas sobre el desempleo. Según los últimos sondeos, los socialdemócratas siguen al alza en la intención de voto, situándose ya sólo a uno o dos puntos de los conservadores. En una de las encuestas, incluso, el partido de Schroeder supera a la coalición de Stoiber.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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