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El contrato moral de Elisa Carrió

El 9 de noviembre, el ARI presentará en sociedad el documento base para un nuevo contrato social, económico e institucional.

 Por José Natanson

La líder del ARI, Elisa Carrió, concluyó el “contrato moral” que –junto a un “contrato social y económico” y un “compromiso institucional”– será la base para elaborar el plan de gobierno de su partido. El documento, que la legisladora terminó de redactar el viernes en la computadora de su casa, será presentado el 9 de noviembre en Ciudad Universitaria. Será la primera gran apuesta de Carrió desde que decidió retomar la campaña y darle un empujón fuerte para superar el bajón de los últimos meses.
El contrato
El punto de partida, el “contrato moral” escrito por la chaqueña, se basa en una tesis: las sociedades sólo superan crisis gigantescas, similares a la que atraviesa la Argentina, y se convierten en naciones desarrolladas, en base a una refundación moral.
Como ejemplos, la diputada menciona los casos de Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial, el tránsito de la 4ª a la 5ª República Francesa bajo el liderazgo de Charles De Gaulle, o la democratización de la España post Franco.
La idea clave es el contrato moral, que comienza con un compromiso prohibitivo, generado a partir de ciertos arrepentimientos colectivos: no volver a hacer determinadas cosas.
En el documento, Carrió sostiene que la violencia es un componente esencial de la sociedad argentina. “Hay que entender que la violencia no la ejerce sólo determinado grupo, sino que es parte de nuestra sociedad. Lo que se pide es un reconocimiento profundo de quiénes somos, para –a partir de eso– construir un orden nuevo basado en la paz”, escribió Carrió.
La tesis de la chaqueña es que recién luego de aceptar esta premisa la sociedad puede elaborar un nuevo contrato moral y, a partir de ahí, una serie de acuerdos propositivos.
Por eso, además del documento, el ARI distribuirá el “contrato social y económico” elaborado por los equipos técnicos, que incluye capítulos sobre reforma impositiva, generación de empleo, incentivos a las empresas nacionales y contención social.
El tercer aspecto es el “compromiso institucional”, donde se expondrá la idea de convocar a una Convención Constituyente que encare una serie de desafíos: la renovación de los mandatos legislativos, la reforma política, la reforma del sistema judicial (incluido, por supuesto, el juicio a la Corte) y la renovación del Consejo de la Magistratura.
A diferencia de las plataformas tradicionales, no se trata de programas ya cerrados, sino de líneas generales a partir de las cuales los equipos técnicos del ARI irán trabajando las propuestas más concretas, de manera de concluir la plataforma electoral hacia fin de año.
Como punto de partida, luego del acto del 9 el ARI dedicará una semana a cada tema –habrá una semana de la educación, de la justicia, de la salud-, de manera tal de extender la discusión sobre cada área de gestión. Los coordinadores serán el economista Rubén Lo Vuolo y la diputada Marcela Rodríguez.
El contexto
En el acto del 9, además de la presentación del “contrato social”, se oficializará la constitución del ARI como partido nacional, para lo cual fueron invitados dirigentes de todo el país y las primeras figuras de los partidos aliados. Finalmente se proclamará la candidatura presidencial de Carrió, que hasta el momento no se había anunciado en forma oficial.
Es, en realidad, la gran apuesta de campaña del ARI, cuya líder máxima se encuentra en un momento complicado. Aunque su figura creció de manera sostenida a partir de la erosión de la Alianza y el desgaste de Carlos “Chacho” Alvarez, en los últimos meses Carrió ingresó en una especie de meseta de la que aún no logra salir. En el ARI muchos lo atribuyen a la decisión de la diputada de suspender la campaña electoral para dedicar sus energías a la lucha por la renovación de los mandatos. Hoy, aunque aún no terminó de digerir el sectarismo que primó en muchos de sus aliados, Carrió asegura que no está arrepentida: en privado, sin embargo, la diputada admite que la decisión desdibujó su candidatura e instaló confusión en la calle. “Todavía me preguntan si voy a ser candidata”, se queja.
Por eso, apenas concluyó el largo trámite del juicio a la Corte Suprema, Carrió dio instrucciones para darle un nuevo empujón a su campaña: ayer, por ejemplo, inauguró el primer plenario del ARI de la Capital (ver aparte), donde ratificó la decisión de no buscar alianzas con otras fuerzas políticas, y cerró la Primera Jornada de Política y Gestión Municipal organizada por jóvenes de su partido en la Universidad de Quilmes. Además, la legisladora retomó los viajes al interior: el viernes que viene viajará a Tucumán para participar junto a José Vitar del acto en el que se presentará el ARI como partido a nivel provincial.
El objetivo es despejar la incertidumbre generada por las últimas movidas. En las últimas semanas, Carrió conversó con algunos dirigentes cercanos sobre la necesidad de repensar el aspecto comunicacional de la campaña, de aprender de los errores recientes y buscar un marketing más efectivo para llegar a aquellos sectores que –a pesar de su protagonismo mediático– no terminan de entender su mensaje.

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En el plenario porteño, Elisa Carrió fue presentada como “la próxima presidenta de los argentinos”.
 
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