EL PAíS › EL DOLAR CAYO A 3,14 PESOS Y SIGUE LA CORRIENTE VENDEDORA.
PREOCUPACION EN EL GOBIERNO

El peso es un rival demasiado duro para el dólar

El nuevo dolor de cabeza del equipo económico no es el FMI ni la inflación, sino el dólar pinchado.
Insólitamente, la divisa se derrite en su valor sin que el Gobierno acierte en cómo sostenerla. Prolongadas reuniones del equipo económico sin resultados. La tendencia a la baja se mantendría.

 Por Claudio Zlotnik

En la Argentina dada vuelta por la crisis, las máximas autoridades del Ministerio de Economía y del Banco Central se reúnen de urgencia para apuntalar al dólar. Ocurrió ayer entre las seis de la tarde y las nueve de la noche en el Palacio de Hacienda, cuando Roberto Lavagna y Alfonso Prat Gay encabezaron una reunión para levantar el tipo de cambio, que cerró en su nivel más bajo en nueve meses. En los bancos y casas de cambio, la moneda estadounidense terminó en 3,09 pesos para la compra y 3,14 para la venta, aunque en algunas agencias se consiguió a 3,12 a última hora de las operaciones. En el mercado mayorista, el dólar finalizó en 3,09 pesos. La cumbre de expertos finalizó sin una decisión final, pero tanto en el equipo económico como en el directorio del Banco Central especulaban con el lanzamiento de medidas hoy mismo en caso de que el dólar siga cayendo.
La dupla Lavagna-Prat Gay está preocupada por el derrape de la moneda estadounidense, pero hasta ahora no consiguió revertir la situación y estabilizar la paridad. En el último mes, el Banco Central ya lanzó dos paquetes de medidas liberalizando el mercado cambiario pero, contra lo esperado, eso no alcanzó para cambiar las cosas. Esta realidad confundió a los funcionarios. En pocos meses, el Central pasó de una estrategia defensiva –tratando de estabilizar a un dólar que no paraba de subir– a otra ofensiva, tomando medidas para impedir la baja. De hecho, no para de ganar dólares en el mercado: ayer se quedó con 35,8 millones y acumula 474 millones en el mes, al filo de convertirse en un récord.
En la reunión de ayer, Lavagna y Prat Gay pasaron lista a las últimas restricciones que quedan en el mercado cambiario. El menú del Central incluye la suba de 150.000 a 1 millón de dólares el límite mensual de compras para empresas y particulares; la posibilidad de que los bancos acumulen más divisas (sólo pueden retener hasta 6 por ciento de sus activos) y dar más libertad a los exportadores para que puedan liquidar sus dólares directamente en el mercado, sin tener que vendérselos al Central. Otra de las medidas en estudio refiere a que las empresas endeudadas puedan pagar sus cuentas con el exterior. Hasta ahora sólo pueden girar los vencimientos de intereses y existen restricciones al pago de capital. Una última posibilidad se relaciona con que el BC compre dólares en el mercado al precio que quiera, sin avalar una baja. Pero el Fondo ya expresó su oposición a esta alternativa ya que la emisión de pesos para adquirir divisas podría desembocar en un shock inflacionario. La pregunta del millón que anoche desvelaba a los funcionarios era si el lanzamiento de medidas serviría, esta vez, para crear una demanda genuina de divisas o se convertiría en un nuevo bluff.
Hasta ahora, Lavagna se mostró cauteloso al momento de evaluar los próximos pasos. El ministro tiene sobre su escritorio un informe preparado por sus colaboradores en el que se establece un dólar de equilibrio en 2,80 pesos. Es decir, todavía le quedaría un trecho para caer. Con este trabajo en sus manos, Lavagna aceptó en público que el tipo de cambio continuaría a la baja. En todo caso, lo que objeta es la velocidad con que se produce la caída. En su análisis, compartido por analistas consultados por Página/12, la volatilidad del tipo de cambio tiñe de incertidumbre a la marcha de la economía. “Ante una cotización inestable, los empresarios no saben si les resulta más rentable invertir productivamente o financieramente. En ese escenario, la economía no crece porque nadie piensa ni en el mediano ni en el largo plazo. Todo se reduce al día a día”, comentó a este diario un miembro del equipo económico.
“Nadie puede asegurarnos que si profundizamos la liberalización, esta vez tendremos éxito”, se sinceraba anoche un director del BC. Esta duda era compartida por Lavagna y Prat Gay. Y ninguno de los dos quiere quedarse sin instrumentos de política monetaria para hacer frente a una eventual corrida contra el peso más adelante. Frente a esta disyuntiva, la consigna “qué hacer con el dólar” quedó abierta anoche tras el encuentro cumbre. Además de los efectos negativos por la volatilidad, los funcionarios creen que existen otras razones para ponerle freno a la caída del dólar:
u Competitividad de la economía. Un tipo de cambio real alto incentiva la sustitución de importaciones y la posibilidad de colocar más productos “hechos en la Argentina” en el exterior. En especial, la lupa está colocada en Brasil, donde la moneda local continuó ayer devaluándose contra el dólar (el efecto opuesto al argentino), que ya está en 3,49 reales.
u Efecto rebote nocivo. El temor del Gobierno es que a la actual tendencia bajista le suceda un rally alcista. Si bien el Central posee 9750 millones de dólares de reservas para defender el tipo de cambio, una suba fuerte en un corto período podría dar lugar a (injustificadas) alzas de precios.
En el trabajo que prepararon los colaboradores de Lavagna se echó por tierra con la teoría de que una baja del dólar perjudicaba la ecuación fiscal. En la investigación se menciona que si bien el Estado pierde de recaudar 300 millones de pesos anuales por cada 10 centavos que cae el dólar, se ahorra otros 260 millones por los menores pagos de intereses de la deuda que no está en default.
En el marco de la depresión del dólar, los grandes inversores se vuelcan a las más redituables Letras del Banco Central (Lebac). Sobre vencimientos por 215 millones de pesos, el BC colocó Letras por 283 millones. Este buen resultado se dio aun con una baja de las tasas de interés de hasta 3 puntos. Fue el caso de las Lebac a un año, que rinden 41 por ciento.

Compartir: 

Twitter

Sólo faltaría un poco de chauvinismo para convertir al peso en el Orgullo Nacional. El dólar se desploma y se desconoce cuál será el piso.
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.