EL PAíS › LOS DUHALDE MEDITAN; SOLA CONTROLA LOS DAÑOS

Hacia la era post Chiche

Mientras la pareja presidencial guarda silencio en Chapadmalal, en La Plata se barajan nombres y se trata de olvidar.

Mientras el matrimonio Duhalde medita en silencio sus próximos pasos en Chapadmalal, Felipe Solá hace lo imposible por demostrar que el plantón de Chiche no pondrá en peligro su reelección. “El acuerdo es con Duhalde, no necesitamos a Chiche para mantenerlo”, aseguraban ayer cerca del gobernador bonaerense. Y, ansiosos por dar vuelta la página, agregaban que su compañero de fórmula será elegido entre cuatro hombres: el intendente de La Matanza, Alberto Ballestrini; el de La Plata, Julio Alak; el ministro de la Producción, Alberto Fernández, y el diputado hiperduhaldista José María Díaz Bancalari.
El martes, en una jugada sorpresiva, la primera dama se reunió con Solá para informarle que contra todas las especulaciones no estaba dispuesta a aceptar secundarlo en la fórmula bonaerense. En aquel momento, el argumento fue que, igual que su marido, ella quería un retiro “completo” de la política luego del 25 de mayo.
Sin embargo, hubo todo tipo de versiones: que Duhalde le había quitado el apoyo a Solá; que estaba evaluando un acuerdo con Aldo Rico; que Chiche estaba enojada por la famosa frase de Sola: “Las mujeres nunca me dicen que no”; y que el Presidente aspiraba a que el gobernador se convirtiera en candidato a vice de Néstor Kirchner y dejara la provincia libre para la postulación de su esposa.
En cualquier caso, y más allá de cualquier especulación, es innegable que la decisión de Chiche descolocó a Solá y –aunque en menor medida– también golpeó a Kirchner.
Recuperado del plantón, la energía de Solá se enfoca ahora a consolidar su proyecto de reelección. Ayer, cerca del bonaerense recordaban que, cuando sectores del aparato duhaldista se negaban a respaldar al gobernador, el Presidente apareció en una reunión del PJ de la provincia y los convenció. “El acuerdo es entre Felipe y Duhalde”, señalaban en La Plata.
En cuanto a las encuestas, los operadores de Solá ayer difundían tres sondeos que –según aseguraban– muestran al gobernador en primer lugar. Aunque reconocían las dificultades para crecer en el segundo cordón del Conurbano, donde se ubican algunos de los barrios más pobres, explicaban que las encuestas demuestran que Solá tiene una alta popularidad en el primer cordón, en los sectores independientes y en el interior provincial. De acuerdo con estas mediciones, Solá marcharía primero, seguido por Rico y por Chiche. En las oficinas de Solá manejaban una última encuesta, realizada en Avellaneda, Morón y Quilmes, luego del no de la primera dama: ubicaría al gobernador en primer lugar.
Descartada Chiche, Solá debe ahora definir quién lo acompañará en la fórmula. Hasta ahora, según comentaba ayer un funcionario de diálogo cotidiano con el gobernador, hay cuatro candidatos, cada uno con sus ventajas:
- Intendente de La Plata durante tres períodos, Alak es considerado por Solá como un funcionario eficiente y honesto. “Es uno de los políticos más brillantes de su generación”, sostienen cerca del gobernador. Ayer, Alak fue el único que habló públicamente sobre la posibilidad de acompañar a Solá (ver recuadro).
- Además de gestionar el distrito más populoso y complicado del Conurbano, Ballestrini es un viejo amigo de Solá. “Es un gran intendente y el que tiene mejor relación personal con Felipe”, explican en La Plata.
- Díaz Bancalari es un veterano diputado duhaldista. Aunque no tienen una relación especialmente cercana, Solá lo respeta y valora su principal ventaja. “Es el que mejor representa al duhaldismo. Podría ser un buen vice, elegido por consenso”, señalan cerca del gobernador.
- Ex intendente de Quilmes y actual ministro de la Producción, Fernández es último posible candidato. “Es muy activo, muy trabajador y tiene una muy buena llegada a los medios. Sería un gran compañero de campaña”, evalúan los operadores de Solá. Mientras Solá permanecía en La Plata, delineando los próximos pasos de su estrategia, el matrimonio Duhalde descansaba ayer en la residencia de Chapadmalal. Por la mañana, en su programa de Radio Nacional, el Presidente evitó referirse a la situación creada por la renuncia de su esposa, aunque insistió con que las elecciones se realizarán –sí o sí– el 27 de abril, y hasta calificó de “estúpidos” a los que dudan sobre la realización de los comicios (ver nota aparte).
Por la tarde, Duhalde se acercó a la localidad bonaerense de Carhué para encabezar la 9ª Fiesta Provincial del Turismo Termal. Acompañado por el ministro de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, el Presidente se mostró sonriente en la inauguración del encuentro. “Este año ya no se discute: se terminó la recesión. Argentina ha pasado lo peor de la crisis y estamos en un movimiento muy especial, de quiebre, el momento en el que hay consolidar la recuperación. Hay en marcha un nuevo modelo económico”, señaló Duhalde que, sin embargo, no quiso hablar sobre el desaire de su esposa y las eternas idas y vueltas de la interna de su partido.

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Duhalde en la playa, en Chapadmalal, meditando con su esposa.
 
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