La campaña electoral abrió el libro de pases en la estructura sindical, donde varios ya empezaron a reacomodarse. El secretario de Luz y Fuerza, Oscar Lescano, anunció que se va de la CGT oficial y Hugo Moyano le abrió las puertas de su propia central para volver a cobijarlo. El dirigente lucifuercista se molestó por la decisión de la CGT de aislar a otro de los Gordos, el secretario del gremio de Sanidad Héctor Daer, por su candidatura a disputado en la lista de Sergio Massa, y pegó el portazo de la central que encabeza el metalúrgico Antonio Caló. Desde la vereda de enfrente, el camionero lanzó su propia invitación a Lescano y los futuros díscolos: “Las puertas de la CGT están abiertas para todos los dirigentes más allá de circunstanciales alejamientos”.

“Hay compañeros que no entienden que la CGT no está para hacer política, sino que está bien claro que tiene que ser pluralista, ya que su estatuto establece que puede estar integrada por cualquier miembro de un partido político. No hay que sacar un carnet de oficialista para poder estar en la CGT, de ninguna manera”, remarcó Lescano para explicar los motivos de su alejamiento de la CGT oficial. El lucifuercista se molestó porque el taxista Omar Viviani afirmó que le retiró “la confianza” a Daer por su encolumnamiento con Massa y anunció que el dirigente de Sanidad ya no formará parte de la mesa chica de la central que dirige Caló. Pero sobre todo, el enojo de Lescano obedece a que el Gobierno tampoco les abrió lugares a los Gordos en las listas del oficialismo.

Lescano no cerró la puerta a un reencuentro con Moyano, ahora que el camionero tiene partido propio y una alianza política con el empresario Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires. “No tengo la menor duda, todos tienen que estar adentro en una sola CGT”, respondió el lucifuercista cuando lo consultaron si volvería a la vereda moyanista y abogó por la reunificación del sindicalismo peronista: “Vamos a la unidad, hagámosla. Tiene que haber una CGT que tenga participación activa, particularmente teniendo en cuenta que el movimiento obrero tiene que estar en las grandes decisiones que se hacen en el país”.

Además, el representante del sector sindical que aglutina a los llamados Gordos envió su propio mensaje hacia la Casa Rosada: “Yo apoyaba a este gobierno, pero también lo voy a criticar. Cuidado, no me voy a callar la boca”. “Lamentablemente –insistió Lescano–, el poder político no nos da pelota. No nos da bola a ninguno.” “Esto pasa por tener tres CGT”, se lamentó Lescano en referencia a las centrales que dirigen Caló, Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo.

Rápido de reflejos, Moyano no ocultó su satisfacción por las declaraciones del lucifuercista y tampoco dejó pasar la oportunidad para hacerle una invitación de regreso a la central que dirige. El camionero consideró “acertadas las expresiones de Lescano” y lanzó el mensaje: “Las puertas de la CGT están abiertas para todos los dirigentes, más allá de circunstanciales alejamientos, porque la experiencia nos muestra que el objetivo común de toda la dirigencia es la unidad del movimiento obrero”.

“Todos somos parte de la CGT y tenemos que sentarnos a discutir los motivos de las circunstanciales divisiones”, insistió Moyano.