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“Solá trató de poner orden, pero todavía no tuvo logros de gestión”

Francisco “Barba” Gutiérrez, candidato a gobernador, dialogó con Página/12. Explicó sus coincidencias y sus diferencias con Solá. Propuso qué hacer con la Bonaerense. Condenó la salida de Sain del gobierno provincial. Sus propuestas sobre propiedad social.

 Por Martín Piqué

La oficina en el Anexo del Congreso está repleta de detalles que prueban su procedencia sindical. Bajo el escritorio de vidrio se ven recortes de diario de los ‘80 con noticias de la Unión Obrera Metalúrgica. A un costado se observa una caña de azúcar, que se ha traído de recuerdo de una reciente visita a Tucumán. Si quedaba alguna duda sobre su trayectoria, en la pared hay una foto que lo muestra en Cuba, al lado de Fidel Castro y Lorenzo Miguel. En otra parte del despacho, otra foto testimonia el turbio pasado –más actual que nunca– de las fuerzas de seguridad. Se ve el rostro de su hermano, el comisario Jorge Gutiérrez, asesinado en el tren Roca por investigar la aduana paralela, y al comisario Jorge Piazza, asesinado por investigar la muerte de su hermano. En medio de recuerdos y papeles con proyectos para recuperar empresas en quiebra, el diputado Francisco Gutiérrez (Polo Social), más conocido como “el Barba”, adelanta a Página/12 algunas de las propuestas que propondrá en su (peliaguda) empresa de llegar a la gobernación bonaerense.
En la entrevista, Gutiérrez sólo critica a Felipe Solá por “acompañar la gestión” de Carlos Ruckauf y por aceptar el retiro del ex secretario de Seguridad bonaerense Marcelo Sain. También derrocha elogios para Néstor Kirchner y sorprende con dos ideas poco escuchadas en estos tiempos: la creación de una nueva entidad financiera que financie a las empresas recuperadas por los trabajadores y la elección por voto directo del secretario general de la CGT.
–¿Cómo se controla el vínculo entre la policía y el poder político?
–Poniendo en primer lugar voluntad política. Decisión de ir a fondo en la investigación, el esclarecimiento y poniendo los responsables en la Justicia y presos. Hay que poner en disponibilidad a toda la fuerza policial, revisar los sumarios.
–¿A todos los agentes o sólo a los oficiales?
–A la oficialidad. Lo que yo propongo no es la tolerancia cero hacia la delincuencia; la primera tolerancia cero debe ser hacia las instituciones. Mostrar que pueden ser confiables y transparentes y para lo cual los funcionarios tienen que tener ese principio fundamental. Por eso es importante la disponibilidad. Por otro lado, se deben terminar las famosas cajas que se conocen de la droga, la prostitución, juego clandestino. Porque ha habido denuncias periodísticas de programas televisivos donde se probó que hay intendencias donde existen prostíbulos clandestinos. En San Miguel, el territorio de Rico, que ahora quiere ser gobernador y ya fue ministro de Seguridad y no pudo resolver ninguno de los problemas que han recrudecido en la provincia de Buenos Aires.
–¿La Bonaerense ha utilizado algunos delitos recientes en el Conurbano para desestabilizar al gobierno de Solá?
–Es evidente que ha utilizado el secuestro como forma de extorsión y otros crímenes impunes. Y no solamente el secuestro. Hay otras formas muy sutiles de hacer entender que si no frenan determinadas políticas va a ir aumentando la violencia...
–¿Cuáles serían esas formas sutiles?
–Mensajes, mensajes. Digamos, asesinatos que no se pueden probar, que todos sabemos que tienen vínculos pero los mecanismos jurídicos no son fáciles. Por eso hay que tratar de asegurar la profundidad en las leyes para facilitar la investigación. Nosotros, en ese sentido, creemos que habría que generar una fuerza de investigación especial. Por un lado, la descentralización y por otro la investigación.
–¿Dentro de la policía?
–Un cuerpo especial, separado, que hoy no existe. Que se encargaría de los pequeños delitos y de aquellos temas que generan inestabilidad política y social que tengan que ver con organizaciones políticas de carácter mafioso y aquellos crímenes que por su alto contenido público repercuten y generan un proceso de inestabilidad e ingobernabilidad. Caso Kosteki y Santillán: ahí hay que profundizar quiénes fueron los responsables materiales, pero también hay que averiguar si detrás de eso hubo algún móvil político. Porque todos tenemos sospechas de que detrás de esos asesinatos hubo móviles políticos, internos o externos.
–¿Externos a la policía o externos al país?
–Externos a la fuerza y externos al país. No nos olvidemos que eso aceleró la salida de Duhalde del gobierno. El anuncio de Duhalde de anticipar las elecciones fue después del asesinato de Kosteki y Santillán.
–¿Qué opina de la gestión de Solá en la provincia?
–Solá tiene poco tiempo, para decir verdad, como gobernador. Sí acompañó la gestión de Ruckauf. Si uno tendría que analizar el balance de Ruckauf creo que es lamentable. Y él de alguna manera acompañó esa gestión. Esa es la crítica que le podemos hacer a Solá. Quizá como gobernador él trató de encarrilar el desastre que dejó Ruckauf en la provincia. Solá trató de poner orden, trató de acompañar el proceso de estabilidad económica que se dio en el orden nacional con el gobierno de Duhalde. Pero no pudo todavía mostrar éxitos en la gestión. En la cuestión principal, que es el aumento del crimen organizado, no pudo destruir esas organizaciones mafiosas.
–¿Cómo interpreta usted el relevamiento de Marcelo Sain?
–Lo interpreto como un indicio de presiones sutiles. Un funcionario que trata de ir a fondo, de impulsar y analizar los vínculos entre la política y las organizaciones de carácter delictivo se tuvo que ir por la presión fuerte que se vivió en ese momento, por la aparición de secuestros exprés, robos en distintos barrios del Conurbano, que lo hacían notar como ineficaz al viceministro. En realidad, lo que se buscaba era su alejamiento. Esto es lo que yo digo cuando hablo de esas “organizaciones” que en muchos casos son paralelas a las instituciones, porque conocen muchos negocios o negociados que obviamente cuando se amenazan con poner en la opinión pública ante gobiernos débiles provocan este tipo de situaciones: el alejamiento de un buen funcionario.
–La calidad educativa del país cayó mucho en los últimos años. ¿Qué cambios propone para este sector, que fue conflictivo en la provincia?
–Hay que producir una transformación. Y la educación acá tiene que estar vinculada a la producción, tiene que tener una directa vinculación con las posibilidades de salida laboral de todos los estudiantes. En el secundario, sobre todo, se debe volver a las escuelas oficio, o escuelas fábricas, como se decía antes. El neoliberalismo que imperó en el país y que se profundizó en la provincia de Buenos Aires ha hecho que hoy prácticamente en las actividades industriales hayan desaparecido los oficios. Si uno pone un aviso en un diario buscando torneros, fresadores, soldadores, cortadores de carniceros, casi no existen. Los jóvenes de veinte y veinticinco años ninguno sabe ni tiene capacidad para trabajar en estos oficios. ¿Por qué? Porque al ir desapareciendo la capacidad productiva fue desapareciendo la especialidad, y al desaparecer la especialidad y el oficio, también las escuelas dejaron de enseñarlo. Hay que volver a esa industria, a la producción.
–¿Cómo se puede lograr eso, a través de la iniciativa privada?
–No podemos admitir que haya galpones, máquinas oxidándose, trabajadores con capacidad, y que no tengamos trabajo. Hay que ponerlos en función productiva. En este caso, el derecho al trabajo está por encima del derecho a la propiedad. Si la propiedad no tiene una función social y por el contrario impide el desarrollo de la función social, el Estado debe intervenir.

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Francisco “Barba” Gutiérrez, en su despacho. En la pared el retrato de su hermano, el comisario asesinado.
 
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