EL PAíS › JULIANA MARINO, CANDIDATA A DIPUTADA POR FUERZA PORTEÑA

“Aníbal Ibarra hizo más gestión de lo que se ve”

Proviene del peronismo, es una de las primeras kirchneristas de la ciudad y ya había apoyado a Ibarra en la elección anterior. Marino dice que Mauricio Macri hace demagogia pura y que si debiese decir qué artículo cambiar del Código Contravencional no podría porque no los conoce.

 Por Santiago Rodríguez

Tal vez no todo el mundo la conoce, pero Juliana Marino tiene una larga trayectoria en la política porteña. Vinculada siempre a los sectores más progresistas del peronismo, en diciembre terminará su segundo mandato como legisladora y fue de las primeras que se acercó a Néstor Kirchner. Ahora va en busca de una banca en la Cámara de Diputados como segunda candidata de la lista de Fuerza Porteña, la coalición que encabeza Aníbal Ibarra. “La gestión tiene cosas ponderables y ha hecho más de lo que se ve”, dice Marino en defensa del actual jefe de Gobierno, y no sólo advierte que su principal adversario, Mauricio Macri, no es “una persona respetuosa del bien público y el Estado”, sino que también le critica que asocie la delincuencia al Código Contravencional: “Decir que la culpa de la inseguridad es el Código –sostiene– es mala fe, deshonestidad intelectual; es demagogia pura”.
–Usted respaldó a Ibarra en la anterior elección y esta vez le brindó su apoyo antes que el resto de los kirchneristas. ¿Por qué?
–Nosotros nos habíamos ido del PJ después de la interna vergonzosa con fraude que hubo entonces y Aníbal me ofreció que lo lleváramos como candidato. La elección era polarizada entre Ibarra y (Domingo) Cavallo y fue una oportunidad muy importante que Ibarra nos invitara. Mantuvimos nuestra identidad y con mucho respeto a nuestra independencia pudimos tener una opción electoral que nuestro propio partido no nos ofrecía. Durante estos años de gestión de Aníbal fui respetada y traté también de mantener coherencia y lealtad al jefe de Gobierno que había llevado en la boleta, aunque en más de una ocasión mantuve mi posición en contra del oficialismo.
–¿Realmente está conforme con la gestión de Ibarra? ¿Le parece suficiente el argumento de que en medio de la peor crisis de la historia se priorizaron las áreas centrales de la administración?
–Aunque no lo enmarcáramos en la crisis, la gestión tiene cosas ponderables y ha hecho más de lo que se ve. Tengo muy claro el déficit, pero también que no hubiera podido resolverse en ese momento. La deuda pendiente es la reforma del Estado para adecuarlo a la demanda de participación, de eficiencia y de exigencia que estamos teniendo. Cuando hablo de participación, me refiero a que creció después del 19 y 20 de diciembre y en el momento en que se quiere aprovechar el impulso de la ciudadanía se choca con un Estado muy lerdo, que no acompaña la potenciación de este protagonismo de la gente.
–Como legisladora usted participó del debate y aprobó el Código de Convivencia al que Macri y Patricia Bullrich atribuyen la inseguridad en la ciudad. ¿Aún lo sigue defendiendo?
–No se puede confundir a la sociedad porque no hay que asociar el Código Contravencional con el delito; la contravención no es un delito. Decir que la culpa de la inseguridad es el Código es mala fe, deshonestidad intelectual; es demagogia pura. Si se le pregunta a Macri qué artículo habría que modificar, estoy segura de que no sabría qué decir; la suya es una consigna muy poco responsable para alguien que pretende dirigir una ciudad tan grande como esta. Sí es cierto que adeudamos mejorar el Código de Procedimientos y poner a pleno el funcionamiento de la Justicia contravencional. Aunque Macri no se atreve a plantearlo, lo que piensan sus legisladores es introducir el merodeo, una figura que ya fue muy discutida y desechada porque es inconstitucional y remite al viejo edicto policial por el cual levantaban gente por vagancia.
–¿No le parece que Ibarra y Macri están llevando la campaña al terreno negativo en lugar de mostrar sus respectivas propuestas?
–Por ahí hubo bastante de chicana negativa. Si hay poca propuesta es porque hay mucha coincidencia con lo que hay que hacer en términos generales y nadie entra a la letra fina acerca de qué hacemos, porejemplo, con el puerto o con Retiro. Por otro lado, hace años que están bastante claras algunas consignas generales, como la importancia de la educación, del esquema productivo y de reequilibrar el sur con el norte, sólo que Aníbal puede exhibir algunas decisiones tomadas en ese sentido y otros candidatos inventan.
–Usted habla de coincidencias pero Ibarra no se cansa de repetir que se enfrentan dos proyectos absolutamente distintos...
–Obviamente que hay dos modelos distintos. Desde que Macri empezó su campaña ha ido cambiando y no se sabe qué piensa; Macri decía que la educación pública era poco menos que la peor del país y ahora está cambiando el discurso porque ha visto que no era verdad y también porque ve que la ciudad en términos generales acompaña un proyecto que plantea los servicios de salud y educación en manos del Estado, así como una presencia del Estado en la promoción de determinadas políticas. La actividad y el protagonismo que Macri venía teniendo en la Argentina no lo demuestra como una persona respetuosa del bien público y el Estado.
–Usted era primera candidata a diputada para la anterior convocatoria a elecciones. ¿Cómo tomó su desplazamiento al segundo lugar de la lista?
–Lo tomé bien. En todo momento señalamos que esto era una coalición difícil de llevar adelante, con muchos sectores y que todos debíamos adecuar nuestra expectativas a un esquema que pudiera funcionar para todos. El segundo lugar es importante también y la coalición intentaba con Claudio Lozano, que es un economista reconocido y con mucha presencia pública, poder dar un debate económico con la fuerza política que representa Macri y me pareció oportuno. Yo, en cambio, represento un trabajo muy importante en la ciudad, estar ligada a Kirchner desde el primer momento, el trabajo con las mujeres, la militancia peronista y no peronista.
–¿Hasta qué punto Fuerza Porteña no es otra coalición armada con fines únicamente electorales?
–Desde ya es una coalición armada con fines electorales, pero con gente en términos generales afín en su intención de iniciar nueva etapa en la Argentina; tenemos la idea en común de que se abre una etapa diferente de reapropiación de la decisión nacional, de transparencia y que hay que revertir determinadas políticas que se llevaron adelante.

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