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Lejos de las animaciones sofisticadas, las imágenes hiperverosímiles y el abuso de chilenas y vértigo que caracterizan a los videojuegos de fútbol, el nuevo furor digital podría estremecer por su... lentitud. Es que en el Manager Zone no hay elipsis ni oportunidad de jugar mil partidos en un día, ya que se trata de un campeonato online en tiempo real, donde los partidos se juegan únicamente los domingos, y durante los otros días sólo se puede preparar, diseñar y entrenar al equipo. Es el famoso “trabajo en la semana” –latiguillo de los deportistas utilizado para ganar tiempo y extender el plazo para presentar los resultados obtenidos– adaptado al formato digital y planetario, ya que el juego es internacional y, por tanto, está lleno de suecos (país fundador del MZ), ingleses, húngaros, polacos, españoles, yanquis, portugueses y... ¡yes, argentinos!
De hecho, sobre los 140 mil jugadores registrados en todo el mundo, los participantes argentinos ya son más de 10 mil (nuestra colectividad de entrenadores virtuales está séptima en el ranking mundial por países). Y generaron cierto boom que derivó, la semana pasada, en un encuentro-vida-real en el Obelisco, fuera de la dictadura del monitor. La reunión y el auge de los managers albicelestes –únicos latinoamericanos con liga propia, aunque se viene en cualquier momento la brasileña– fueron consignados por la revista oficial del MZ en el sobrio artículo “¡Argentina manda!”, uno de cuyos fragmentos es bien ilustrativo: “Tal vez fue la ansiedad, pero media hora antes de la hora señalada ya había más de quince usuarios, viéndose las caras por primera vez y tratando de relacionar un rostro con un nickname; una voz, con un equipo de MZ”. Conmovedor.
El “efecto tango” tiene unos pocos meses, ya que la liga argentina recién se inauguró en febrero. Uno de los pioneros locales es Sebastián, quien conoció el juego poco después del infausto Corea-Japón 2002, cuando sólo participaban equipos de Suecia, Estados Unidos e Inglaterra. Entrenador de Queens Park Racing, actualmente en la primera división argentina, cuenta su experiencia al No: “Me contacté con los suecos para participar en su campeonato, con la condición de que cuando se abriera la liga argentina, me iba a poder pasar. Ahora soy el traductor del sitio al castellano”. Lo de la traducción no es detalle, ya que cada partido, sea oficial o amistoso, cuenta con una crónica propia, que explica –con una curiosa riqueza adjetival y sin mezquinar metáforas propias del periodismo deportivo estándar– los detalles del partido, incluyendo pérdidas de goles e intervenciones defensivas providenciales.
El MZ es gratuito, la inscripción se hace en www.3.managerzone.com, y la gran aclaración es que no tiene “acción” futbolística sino un complejo entramado de estadísticas, planificación y estrategia (por ejemplo, y a diferencia de otros productos similares, resulta más redituable el entrenamiento pormenorizado de los jugadores y la promoción de juveniles que salir a gastar fortunas en el mercado de pases). Una vez inscripto, el participante asume como manager de un equipo que ya está compitiendo, en una liga “de ascenso”, y sólo sabrá si es buen jugador o no con el correr de las semanas, y de los meses. Cuando las presiones exijan resultados después de un proyecto largo y metódico.
Ariel, DT de zona sur a cargo de Los 7 Locos (también de la primera división argentina) revela al No que dedica a su equipo no menos de tres horas de “trabajo” a la semana, y que adoptó un riguroso esquema 4-4-2. ¿A lo Bianchi? Responde: “No, en realidad es el esquema que usan los suecos, que son los mejores. De los diez mejores del mundo, siete son suecos. En realidad nunca supe mucho de fútbol, pero me súper enganché”.
Otro entrenador criollo (pero de sexta división), Camilo –bochinista militante, responsable de Buena Bocha Fóbal Clú y rival clásico de equipos como Goa FC, Momias Totales y Mapaches–, explica su pasión inexplicable:”Yo siempre fui un perro jugando a los simuladores de fútbol, como el FIFA. Me resultaba estresante la cantidad de comandos y me frustraba mi ineptitud para ese tipo de juegos. En cambio en el MZ, lo que manda es la estrategia. Y además, también hay margen para sorpresa, como en el fútbol de verdad. Mi equipo está primero en el campeonato, y la fecha pasada jugué contra el último. Tuve veinte situaciones de gol a favor y sólo cuatro en contra; pero el partido terminó 1 a 1. Inmerecido, sí, pero también apasionante”.