EL PAíS › DEBATE EN EL SENO DEL CATOLICISMO POR LA MOVILIZACIóN DEL 18 DE FEBRERO

Una marcha que divide a la Iglesia

El Episcopado guarda silencio, pero la Comisión de Justicia y Paz que sigue sus directivas apoyó la marcha. Los Sacerdotes en la Opción por los Pobres la criticaron.

 Por Washington Uranga

La marcha organizada para el próximo 18 de febrero por un grupo de fiscales y a la que se sumaron dirigentes políticos de la oposición, también abrió el debate interno en la Iglesia Católica. Mientras la Comisión Nacional de Justicia y Paz, un organismo integrado mayoritariamente por laicos pero que sigue las directivas de la cúpula eclesiástica, salió a respaldar la movilización, los Sacerdotes en la Opción por los Pobres manifestaron su oposición al acto y criticaron que “un grupo de poder eclesiástico” le haga “llegar su bendición”. Formalmente la cúpula del Episcopado guarda silencio hasta el momento sobre la iniciativa, pero desde el punto de vista político institucional se puede concluir que lo dicho por Justicia y Paz expresa la opinión de los obispos. El comunicado de esta comisión fue publicado en la página oficial del Episcopado.

Después de expresar sus sentimientos “de cercanía a la familia (de Nisman), estupor, consternación, dolor y su reclamo de un completo esclarecimiento del hecho”, la comisión que preside Gabriel Castelli y asesora el obispo de Gualeguaychú y presidente de Pastoral Social, Jorge Lozano, pidió “serenidad a la población” y reclamó “verdad y justicia respecto de esa muerte (de Nisman), de las denuncias realizadas por el fiscal fallecido y del atentado terrorista contra la AMIA”. A renglón seguido, la comisión entre cuyos objetivos se cuenta “llevar adelante los encargos que le asigne la Conferencia Episcopal Argentina”, expresó su adhesión pública a la marcha e invitó a la oración pidiendo “paz, justicia y verdad” para la patria.

Por su parte, los curas coordinados por el sacerdote Eduardo de la Serna denunciaron que “la trágica muerte del fiscal Nisman no sólo ha conmovido al país”, sino que “también ha servido para que salgan a la luz oscuras operaciones contra la Justicia y la democracia como ya hemos denunciado oportunamente desde el grupo”. Y ante la marcha organizada por un grupo de fiscales para el miércoles que viene, los curas plantearon su “estupor” frente a la adhesión expresada por Justicia y Paz.

El comunicado de los curas agrega que “lamentablemente, algunas actitudes de ciertos sectores eclesiales ya no nos sorprenden, pero así como hace años ante la actitud del obispo (Héctor) Aguer (arzobispo de La Plata), garante de delincuentes, dijimos ‘no es la Iglesia”, hoy queremos repetir que estos sectores ‘no son la Iglesia’, es decir, que no representan a toda la Iglesia, que mayoritariamente es el pueblo creyente al que acompañamos como pastores”.

Dicen también los sacerdotes que “esperamos que el testimonio del papa Francisco, que quiere ‘una Iglesia pobre y para los pobres’, impulse a toda la Iglesia a convertirse al pobre y buscar justicia”, señalando que tal justicia “sólo será legítima si empieza por los de abajo, si beneficia, en primer lugar, a las víctimas de la injusticia y no es cómplice de los victimarios”.

El debate sobre la marcha del 18 de febrero, día en que se cumplirá un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, está planteado también en el seno del catolicismo.

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El sacerdote De la Serna, uno de los críticos de la marcha.
Imagen: TELAM
 
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