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Detuvieron a uno de los torturadores de La Cueva

Se trata de Gregorio Molina, quien había estado preso 48 horas en 2002 luego de declarar en los Juicios por la Verdad en Mar del Plata. Los testigos lo reconocieron como torturador y violador.

El represor Gregorio Molina deberá volver a recorrer los 1120 kilómetros que separan a Córdoba de Mar del Plata. Sólo que esta vez deberá hacerlo esposado. En mayo de 2002, Molina había dejado la tranquilidad de Alta Gracia para declarar en las audiencias marplatenses del Juicio por la Verdad. Aunque en ese momento se negó a dar testimonio, varios testigos lo reconocieron como uno de los torturadores del centro clandestino La Cueva, que funcionó en la Base Aérea de la ciudad durante la dictadura, y quedó preso. Pero algunas demoras en los trámites judiciales lo dejaron libre en 48 horas. Ayer, dos años después de ese hecho, el suboficial mayor retirado fue detenido en su domicilio cordobés, para ser trasladado a la ciudad de los lobos marinos a pedido de la Justicia. Molina está acusado por violaciones reiteradas y torturas a detenidos, y por ser partícipe necesario en los asesinatos de Jorge Candeloro y Norberto Centeno, desaparecidos durante la llamada La Noche de las Corbatas.
Molina fue detenido por Gendarmería luego de una orden librada el jueves por el juez subrogante de la Cámara Federal marplatense, Rafael Julián. Luego de permanecer alojado en la Alcaldía cordobesa, el represor será traslado hoy a última hora hacia los tribunales de Mar del Plata, donde mañana Julián le tomará declaración.
El pasado oscuro de Molina salió a la superficie en mayo de 2002, cuando fue reconocido por varios testigos apenas se sentó ante el Tribunal Oral Federal marplatense, para declarar en los Juicios por la Verdad. No fue difícil identificarlo. El represor guardaba las mismas señas, el mismo modo de caminar, y llevaba puestos los mismos anillos que durante los años en los que coordinaba la tortura en La Cueva bajo el alias de Charly. Cuando los miembros del tribunal solicitaron su detención, la sala se inundó con los gritos de “asesino” y “violador”. Como los tribunales de estos juicios sólo están autorizados a actuar en base al derecho a la verdad, denunciaron el caso y lo remitieron a un juez de primera instancia. La investigación quedó bajo la órbita del juez federal Daniel Vázquez, y el torturador fue alojado en dependencias policiales. Pero las demoras del fiscal Jorge Gutiérrez en tramitar el requerimiento de instrucción necesario, le permitieron salir en libertad a las 48 horas.
La causa sobre la responsabilidad de Molina en los crímenes durante la dictadura es uno de los pilares en las investigaciones que surgieron con los Juicios marplatenses. Por eso este nuevo arresto del represor tiene doble importancia. “Además de lo positivo de que este sujeto pague por lo que hizo, esta detención tiene un valor muy importante para los Juicios en la ciudad”, explicó a Página/12 César Sivo, abogado de la Universidad Nacional de esa ciudad, una de las entidades que impulsan el proceso. Sucede que las audiencias en la ciudad feliz fueron suspendidas pocos días después de la primera detención de Molina.
“Apenas quedó preso Molina en mayo de 2002, los abogados de la Fuerza Aérea advirtieron al Tribunal Oral que los juicios se iban de la ciudad”, relató Sivo. Esa predicción se cumplió al poco tiempo, con un complejo enredo judicial que logró suspender las audiencias desde ese momento. Luego de la detención del represor, una apelación de la Armada remitió el expediente a la Cámara de Casación Penal. Lo llamativo fue que la presentación hacía referencia sólo a la situación del predio de la ex Esim ubicada junto al Faro de Punta Mogotes –donde funcionó otro de los centros clandestinos de la ciudad–, y sin embargo la Sala IV de Casación tomó todo el expediente y le quitó al tribunal oral marplatense su competencia en la continuidad del proceso.
Ante esta situación, se presentó un recurso extraordinario para que los Juicios siguieran en manos del Tribunal Oral. El caso terminó en la Corte Suprema, que hace pocos meses hizo al reclamo, y por eso las audiencias de los Juicios por la Verdad volverán a retomarse en septiembre.
La detención de Molina se suma a la del coronel Pedro Barda, quien manejó los hilos de la represión en Mar del Plata y en la zona sudeste de la provincia, desde su cargo al frente del GADA 601, el Grupo de Artilleríade Defensa Aérea ubicado en Camet. Durante los Juicios en esta ciudad, también fueron detenidos –aunque luego quedaron libres– el brigadier Ernesto Agustoni y el general Alfredo Arrillaga, quien dirigió el operativo en el que desaparecieron ocho abogados laboralistas de la ciudad, conocido como La Noche de las Corbatas.
La Federación Argentina de Abogados realizará mañana un acto en Mar del Plata para conmemorar los 27 años de ese hecho oscuro. El azar y el calendario determinaron que a esa misma hora Molina deba declarar ante la Justicia de esa ciudad.

Informe: Alfredo Ves Losada y Martina Noailles.

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El represor Pedro Barda declaró en los Juicios.
Fue jefe de Gregorio Molina en Mar del Plata.
 
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