EL PAíS › ZAPATERO EXPLICO A PAGINA/12
COMO INFLUYE EN LA CRISIS DE LA DEUDA

“Trabajamos en el Fondo y con Rato”

“Aznar no es toda España”, le dijo ayer el primer ministro español al Presidente. Kirchner le explicó el nuevo marco regulatorio para los servicios públicos y Zapatero informó sobre las reuniones que había mantenido con su asesor económico Sebastián y Rato. El Gobierno atribuye la dureza de ayer a que empezó el último tramo de la negociación.

 Por Martín Granovsky

En un país donde fumar es una costumbre diabólica, la sede de las Naciones Unidas tiene un área para el demonio vestido de humo: la cafetería del primer subsuelo. Allí fue donde el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, explicó a Página/12 su posición sobre la ayuda a la Argentina: “Estamos trabajando mucho, y en muchísimas instancias”.
Eran las cinco de la tarde y Zapatero pasó por allí a fumar un cigarrillo en medio de la cumbre sobre el hambre, que él no había padecido porque justo ayer almorzó con el presidente Néstor Kirchner en Sparks, un restaurante de carne de la calle 46 y la Tercera Avenida. Luego de la comida Zapatero dijo en público que España trabajaría “de manera implícita y explícita ayudando constantemente a la Argentina”.
–¿Qué significa trabajar en muchísimas instancias? –preguntó este diario al primer ministro español.
–En el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo.
–Y con Rato.
–Pues claro, con Rato –dijo Rodríguez Zapatero, que ayer debutó en el club de jefes de Estado o de gobierno que hacen su rueda en las Naciones Unidas justo el día en que Rato pedía más ahorro fiscal, tal como se informa aparte.
Zapatero, que prometió viajar a la Argentina en el primer trimestre del 2005, pesca de trucha incluida, llevó al almuerzo a su equipo de mayor confianza. Estaban Miguel Angel Sebastián, su asesor económico, que pasó hace diez días por Buenos Aires; Bernardino León, encargado de Iberoamérica; su secretario general, Nicolás Martínez Fresno; y el director de Política Internacional y Seguridad, Carles Casajuana.
Kirchner ubicó a Cristina Fernández, Carlos Zannini, Rafael Bielsa, y a los jefes parlamentarios Miguel Piccheto y José María Díaz Bancalari.
Los dos presidentes habían estado juntos cuando Rodríguez Zapatero aún era candidato. Kirchner se ilusionó con el triunfo del socialismo español, al que vio como una llave en Europa, y le gusta quedar asociado como cuando los suecos piden una entrevista con la gracia que usaron ayer: “El primer ministro Goran Person quiere ver al Zapatero de la Argentina”.
En el almuerzo Rodríguez Zapatero evitó ser antinorteamericano pero dijo que para su gobierno América empieza en América latina. José María Aznar antes había intentado colocar a España como un nuevo Reino Unido, un país que disciplinaba a los europeos recién venidos en una alianza férrea con Washington. El PSOE sacó a las tropas de Irak como parte del cumplimiento de una promesa de campaña, basado en que las encuestas daban un rechazo de un 80 por ciento a la decisión de Aznar de meterse en Irak y en que la masacre de Atocha, antes de las elecciones, reforzó la idea negativa de los españoles sobre la guerra.
Rodríguez Zapatero dejó otra frase:
–Aznar no es toda España.
Una buena parte de la comida transcurrió con el relato de las reuniones (“varias”, dijo) que Rodríguez Zapatero tuvo con Rato, una de ellas después de la visita de Sebastián y del canciller Miguel Moratinos a Buenos Aires.
Según el gobierno argentino, Moratinos es el autor de una trilogía de conclusiones sobre el país que a Kirchner le suena bien.
Primero, la Argentina es el país que en los últimos años más disminuyó su exposición directa al Fondo Monetario, al haber cancelado deuda por nueve mil millones de dólares.
Segundo, el país cumplió las metas fiscales.Tercero, avanza lo que los españoles llaman “aceptación de responsabilidad fiscal”, con el pago mayor de los impuestos a las ganancias y a los bienes personales.
Con esta información, más el artículo del Financial Times (ver página 6) anticipando la cercanía del acuerdo, los funcionarios del Gobierno lucían tranquilos. Atribuían la dureza de Rato a una actitud lógica en el tramo final de una negociación. “Nadie se quiere mostrar débil ahora”, fue la explicación.
No hubo un combo entre la deuda y el trato con las empresas españolas de servicios públicos, ni un toma y daca explícito, pero los dos temas formaron parte, juntos o en paralelo, del menú de Sparks.
Rodríguez Zapatero se mostró preocupado por la ley de marco regulatorio de los servicios públicos que el Ejecutivo acaba de enviar a la Cámara de Diputados para su tratamiento.
–Ustedes tienen que escuchar menos a los abogados argentinos de las empresas españolas –recomendó Kirchner.
Luego el Presidente detalló el proyecto, y explicó que no era confiscatorio. Dijo que surgió porque las privatizaciones de 1989 se hicieron sin marco regulatorio legal (sólo hubo ley para el agua y el gas) a pesar de que en el medio la Constitución de 1994 indicó la obligatoriedad de llenar ese vacío. Kirchner resaltó que las tarifas estarán mencionadas en moneda nacional y que las empresas pueden estar obligadas a exhibir su estructura de costos, además de someterse en primer lugar a la legislación y a la jurisdicción locales.
Un documento interno del Gobierno al que tuvo acceso este diario fija como objetivos del nuevo marco regular, controlar y fiscalizar los servicios públicos, resguardar los derechos de los usuarios y considerar a los servicios públcos como “engranaje vital de un proceso general de producción y desarrollo”. El desarrollo y la comunidad serían, en esta línea, actores que juegan junto al interés del Estado, del prestador y del usuario. También establece la responsabilidad de las casas matrices.
Zapatero preguntó por la tarifa social.
–La pagan los usuarios en sus boletas, no las empresas –respondió Kirchner.
Y añadió, volviendo a la ley:
–Es perfectible y tiene estado parlamentario, así que cualquiera puede acercarse y sugerir cómo mejorarla, inclusive un empresario.
El análisis del Gobierno es que en las reuniones ya ni se habla de tarifas, y que en todo caso el problema de las empresas de servicios será el refinanciamiento de su deuda para nuevas inversiones.
Un ejemplo sería el de YPF-Repsol. Kirchner y el cónsul en Nueva York, Héctor Timerman, convinieron en que la reunión del jueves a la mañana con el presidente de la firma, Alfonso Cortina, para anunciar inversiones, será en la sede del consulado.
El almuerzo incluyó un plato caribeño. “Está claro que la estrategia seguida en Venezuela, del referéndum controlado, fue la correcta, y es la única estrategia para que nadie se vaya del sistema”, dijo Rodríguez Zapatero. Kirchner asintió.

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Néstor Kirchner con José Luis Rodríguez Zapatero y Cristina Fernández de Kirchner.
 
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