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Duhalde le pidió a Solá que “no lo involucre en la interna” (sic)

Desde Uruguay, el ex presidente se quejó porque el gobernador lo empuja “hacia temas que son absolutamente menores”. La relación está cruzada por el veto al presupuesto y la interna del PJ.

 Por Martín Piqué

Si no se supiera quiénes son los protagonistas se podría pensar en un paso de comedia. O de un diálogo de sordos, condimentado con una buena dosis de cinismo. Eduardo Duhalde reclamó ayer al gobernador Felipe Solá que “no lo involucre” en la pelea con los legisladores duhaldistas. Desde Montevideo, donde encabezó un encuentro anual del Mercosur, se quejó de que Solá lo quiere llevar “hacia temas que son absolutamente menores”. Se refería a la discusión del presupuesto provincial, que está inconclusa, tras la eliminación de facultades para reasignar partidas –impulsada por el duhaldismo– y el posterior veto de Solá. Unas horas antes, el gobernador había cuestionado a “los legisladores duhaldistas” por “hacer las cosas que le dicen en otro lado y no las que pide el gobernador”. Era una clara alusión al ex presidente.
Duhalde no sorprendió demasiado con su reclamo de que no lo incluyeran en las peleas de la Legislatura. No es la primera vez que se despega del tema, minimizándolos. “No son verdaderos problemas, son artificiales”, chicaneó en un comunicado difundido desde Uruguay. “La dirigencia en la provincia, que hoy está dividida, lo debe resolver de la mejor manera. Que sepan que hay un pueblo que los está mirando”, instó. A pesar de su exhortación a la mesura, Duhalde no fue ajeno a los tironeos por el presupuesto. Tampoco se mantuvo al margen en la pelea con el felipismo. Fue él quien ordenó la creación de la agrupación Lealtad, nombre que sus muchachos ya salieron a pintar por todo el conurbano. Un ejemplo es el intendente Juan José Mussi, quien hizo pintar “Kirchner-Duhalde. Lealtad” en las calles más transitadas de Berazategui.
Esos antecedentes despertaron críticas en el entorno de Solá. “Nosotros aspiramos a un Duhalde que esté por encima de estas cuestiones internas, vinculadas a la gobernabilidad de la provincia. Duhalde debería poner distancia, cumplir con su palabra empeñada cuando dijo ‘renuncio al partido porque quiero que me sucedan otros hombres’”, cargó el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo. Ayer al mediodía, en Baradero, el gobernador dijo algo parecido, aunque sin nombrar en forma explícita a Duhalde. Allí se quejó porque el Senado bonaerense, que preside la vice Graciela Giannettasio, no había aprobado el Programa de Financiamiento Ordenado. Se trata de una refinanciación de la deuda con la Nación. Pero los duhaldistas ni lo trataron, a pesar de que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, había pedido su aprobación.
La indolencia de los duhaldistas molestó otra vez a Solá. “Una mayoría de legisladores que fueron votados conmigo y en un partido que es el mío, me da la espalda y consulta a otro lado. Hacen las cosas que le dicen en otro lado y no las que pide el gobernador”, protestó ante 17 intendentes de la segunda y cuarta sección electoral de la provincia. El gobernador, además, aprovechó el escenario para hacer una afirmación sustancial, clave para los tiempos que se vienen en la interna bonaerense: dijo que “las elecciones internas no son moneda de cambio del presupuesto”. Esa afirmación es importante porque revela las causas profundas de la renuencia a votar –sea el presupuesto, sea la refinanciación– que muestran los duhaldistas.
Sucede que el duhaldismo quiere modificar el régimen de internas abiertas vigente en la provincia. Hasta ahora, la elección de candidatos del PJ se hará con la participación de los independientes, utilizando los padrones nacionales. Los hombres de Duhalde pretenden modificar eso, y buscan que cada fuerza pueda convocar a su interna en forma autónoma. De esa forma lograrían que la votación sea monitoreada por la junta electoral del partido. Para avanzar en ese rumbo es que –con toda la sutileza que pueden– están limitando el tratamiento de las leyes que necesita el gobernador. “Ahora la pelota está en el campo de ellos”, reconoció Solá en el encuentro con los intendentes, la mayoría afines a su proyecto.Si los duhaldistas presionan, y al mismo tiempo tratan de disimular la carga, Solá tampoco muestra todas las cartas. Quienes estuvieron con él en los últimos días –como los piqueteros transversales y un funcionario de la Rosada– saben que el gobernador está avanzando hacia una estrategia de “no retorno” con el duhaldismo. Está pensando en repetir la estrategia de los “neo-lemas” que tanto resultado le diera a Duhalde en 2003.

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Duhalde y Solá en los buenos viejos tiempos.
 
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