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“Negocios muy bien aceitados”

Para el juez Liporace, el envío de los 60 kilos de cocaína no es aislado sino resultado de muchas pruebas de ensayo y error.

Por A. D.

El juez Carlos Liporace analiza si pedirá el procesamiento de Walter Beltrame, el hijo del ex jefe militar del Aeropuerto de Ezeiza. El viernes pasado comenzaron a correr los diez días de plazo con los que cuenta para decidir si lo excarcela o no. En este momento estudia sus declaraciones y avanza en la investigación para determinar la existencia de las supuestas “valijas voladoras” enviadas por SW desde 2002. Aunque asegura que aún no sabe si los datos son reales y cuál era el contenido que transportaban, está convencido de que los 60 kilos que llegaron a España eran parte de una ruta bien aceitada: “Fue el producto de un juego de ensayo y error”, dijo el juez a este diario para graficarlo.
La hipótesis de las múltiples valijas aún no está probada. Liporace explica que debe investigar “la cantidad y si el contenido era droga”. “Pero cómo se hace para saber si algo que salió hace seis meses llevaba alguna de esas cosas.” Cree que entre los bultos pudo haber “folletería, no creo que vajilla”, tal como lo mencionó uno de los detenidos.
Lo cierto es que hace una semana, el juez aseguró que una carga de 60 kilos de cocaína con un valor de mercado de entre 2 y 3 millones de dólares sólo se exporta con un mecanismo “aceitado”. En esa ocasión, comparó la carga con una Ferrari. “Esto se basa en un sistema de prueba y error.” Cuando funciona, se envía la carga. “En este tipo de negocios se maneja todo muy aceitado –agregó–: no se paga con cheques, se paga todo al contado, se hacen los contactos, se ve a la gente personalmente, se paga el pasaje, se compra la mercadería con dinero en mano.” A medida que cada uno de esos engranajes mejora, se supone que aumenta el monto de lo enviado.
La única conexión directa de la causa con la multiplicación de los envíos son los antecedentes de los españoles detenidos en Cádiz. Estuvieron en Buenos Aires cuatro días, entre noviembre y diciembre del año pasado. El 16 de diciembre los detuvieron con 16 kilos de cocaína, en el mismo momento en el que Liporace pedía su detención por el caso de SW. Según el juez, existen indicios para suponer que los españoles sacaron la cocaína de Buenos Aires y usaron la misma ruta para trasladarla.
Una de las versiones que circuló durante el fin de semana incluía provisiones de éxtasis en la ruta de contrabando que se investiga. Ante la consulta de este diario, Liporace lo negó: “Ni yo ni la fiscalía investigamos esa hipótesis”.
Durante la semana el juzgado tomará una serie de medidas procesales. Se ordenarán allanamientos pero de momento no avanzará sobre la línea de los ejecutivos de la empresa. Hasta anoche, el juez no lo había decidido: “Estaba analizando los descargos presentados en diciembre y en enero por el presidente de SW, Jorge Maggio, y su vice, Enrique Montero”.
Las responsabilidades de la Policía Aeronáutica, de TAS e incluso de la propia SW están en estudio, consideradas de la misma forma: “Investigo el hecho y el nivel de responsabilidades que pudieron haberse dado por dolo o culpa”, indicó y aclaró: “Estudio el bulto y a las personas que estuvieron vinculadas directa e indirectamente. Un vigilante no tiene propiedad sobre el bulto pero está a cargo de la vigilancia”.

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El juez Carlos Liporace investiga si existieron envíos anteriores.
 
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