EL PAíS › IMPULSAN A ALBERTO FERNANDEZ
PARA PRESIDIR AL PERONISMO PORTEÑO

El “albertismo” va por su sello de goma

De no haber un imprevisto, Alberto Fernández será consagrado este mes como presidente del justicialismo porteño. El jefe de Gabinete lanzó ayer su candidatura –sin competencia a la vista– a través de una lista de consenso que contiene a la mayoría de los sectores del PJ y con la que buscará revertir el triste derrotero del partido en la Capital.
Con Fernández a la cabeza, la nueva conducción del PJ agrupada en la Lista K –un nombre con el que se reafirma la referencia nacional– será consagrada formalmente el 17 de abril. Ese día únicamente habría internas para los cargos circunscripcionales.
En la actualidad el PJ porteño está intervenido. La apuesta de Fernández es reorganizarlo para poder dar batalla en las legislativas de octubre. No será nada sencillo: la titular del ARI, Elisa Carrió, ya anunció su decisión de competir y el líder de Compromiso para el Cambio, Mauricio Macri, haría lo propio en poco tiempo más.
El jefe de Gabinete quiere armar una lista con nombres que, imagina, seducirán a la clase media. Al del canciller Rafael Bielsa, suma los del ex interventor de Santiago del Estero Pablo Lanusse y el de la subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja.
Aníbal Ibarra ve con buenos ojos a la nueva conducción y no descarta acuerdos para la pelea por las 30 bancas que la Legislatura renovará en octubre. El jefe de Gobierno recuerda que Fernández lo apoyó abiertamente para lograr su reelección. Y lo mismo muchísimos de los integrantes de la Lista K que ayer se presentó en el teatro ND Ateneo.
A Fernández lo secundará Alberto Iribarne, como vicepresidente. Vaca Narvaja será vicepresidenta primera. El ministro de Educación, Daniel Filmus, vicepresidente segundo. Y el sindicalista Víctor Santa María, secretario general. La conducción se completará con otros 24 cargos.
También se consolidó una Mesa Ejecutiva de la que participarán, además de las principales cabezas de la conducción, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada (por el sector de los profesionales), el sindicalista del personal civil de la Nación, Andrés Rodríguez (por el gremialismo), el joven K Sebastián Pilatti (por la juventud) y la esposa del diputado Eduardo Rollano, Lucrecia Monti (por las mujeres).
En el reparto de cargos, Daniel Scioli –con buena imagen en el distrito y viejo aspirante a suceder a Ibarra– logró imponer algunos nombres, en cambio el vicejefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman –de áspera relación con Fernández–, se quedó con las manos vacías. Lo mismo sucedió con algunos hombres que jugaron con Mauricio Macri, como Diego Santilli y Cristian Ritondo. Y también con el sindicalista Daniel Amoroso, pese a que otros hombres de la CGT, como el taxista Omar Viviani y el líder de los municipales Patricio Datarmini, lograron cerrar trato.

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