EL PAíS › RADICALES A FAVOR, ARI EN CONTRA, FREPASO PARTIDO

La oposición no se opone demasiado

Lilita Carrió encabeza la posición más dura contra Duhalde. La UCR lo respalda. El Frepaso duda y se divide.

 Por José Natanson

Aunque les cueste admitirlo, los referentes del nuevo arco opositor no logran disimular que el paquete económico de Eduardo Duhalde los ha puesto en una disyuntiva incómoda: un equilibrio confuso entre la voluntad de oponerse a un adversario de siempre y la tentación de respaldar aunque sea en parte un programa en el que encuentran “costados razonables y positivo”. “La verdad es que estamos pedaleando en el aire”, admitió ayer un conocido dirigente radical.
No son muchos, pero algunos quedan. La más potente, hoy por hoy, es Elisa Carrió, cuyo bloque de diputados ayer se opuso al proyecto de ley. En la sesión, la diputada Graciela Ocaña, una de las lugartenientes de Carrió, aseguró que el paquete diseñado por el equipo de Duhalde “no toca los intereses del sistema financiero” y que, aunque tiene aspectos positivos, “deja tranquilos a los bancos”. El rechazo sintoniza con la postura de la semana pasada, cuando la bancada del ARI rechazó la designación de Duhalde.
Sea cual fuere el motivo, el ARI se mantuvo siempre en un lugar de nítida oposición, aunque en riguroso off the record también plantean que el nuevo paquete económico tiene aspectos positivos. “Duhalde representa una forma de hacer política que no compartimos, y creemos que su nombramiento fue un error. Igual, tomó algunos medidas valientes”, reconocía un legislador cercano a Carrió.
En el otro extremo de la oposición, el radicalismo, golpeado y sin fuerzas, respaldó la designación de Duhalde por dos años y anoche votó a favor del proyecto. De hecho, la justificación más sólida a la iniciativa no la formuló ningún peronista sino el radical Leopoldo Moreau que, a partir de su fundamentado discurso, fue bautizado por sus compañeros de bancada como el líder de la enésima corriente interna de su partido, la del “radicalismo duhaldista”.
Como sucede últimamente, el Frepaso quedó a medio camino entre la UCR y el ARI, y ni siquiera logró encontrar una postura común. El sector que responde a Darío Alessandro y que integra el bloque de la Alianza (o “el Frepaso radical”, como los definen con sorna en el otro bando) apoyó la designación de Duhalde y el nuevo esquema económico. “Sería absurdo oponerse a algo que venimos pidiendo desde hace tiempo”, se justifican.
En este grupo milita el ahora miembro del gabinete Juan Pablo Cafiero. Aunque en un principio iba a asumir en Desarrollo Social (un área importante, con margen para hacer política y diferenciarse por la positiva del resto de los funcionarios), finalmente tuvo que conformarse con la vicejefatura de Gabinete, un cargo de segunda línea y sin funciones concretas.
La decisión de “Juampi” generó resistencias en su partido, empezando por el titular, Aníbal Ibarra. También en la bancada de ocho diputados que responde a José Vitar, cuyas posiciones en el Congreso son un tanto extrañas: tanto en la Asamblea de la semana pasada como ayer, la UCR y el resto del Frepaso votaron a favor, mientras que el ARI se mantuvo en contra. El lunes pasado el grupo de Vitar decidió abstenerse; ayer votaron en contra en general, pero a favor de varios artículos. Carlos Raimundi, uno de los referentes del bloque, explicó que su bancada rechaza los superpoderes a Duhalde pero que el paquete económico “va en el sentido correcto”.
Más allá de los matices, es innegable que el plan de Duhalde incluye una serie de medidas difíciles de rechazar para los opositores: la devaluación, la ratificación del no pago de la deuda, la pesificación de las tarifas de servicios públicos, contratos, créditos y alquileres, el paulatino levantamiento del corralito, y la suspensión de los despidos sin causa.
Sin embargo, el paquete no implica lo mismo para todos:
- A los referentes del radicalismo con alguna ambición –Angel Rozas, Rodolfo Terragno, Federico Storani– la permanencia de Duhalde hasta el 2003 les da tiempo para reconstruir una opción razonable, ante la segura derrota a la que se exponían si tenían que enfrentar al peronismo en marzo. Sin embargo, el programa económico los deja, por el momento, huérfanos de discurso. “Ahora tenemos que mantener un bajo perfil, replegarnos, impulsar una fuerte autocrítica. No es momento para hacer circo”, reconocía uno de ellos.
- El Frepaso también salió ganando: hasta hace poco una alternativa al bipartidismo, la fuerza de Carlos “Chacho” Alvarez se encuentra a la deriva, sin rumbo y sin estrategia y como a la UCR, por tanto la llegada de Duhalde les da tiempo para reordenar el partido. Su único referente es Ibarra, cuyas ambiciones se limitan a buscar la reelección en la Capital en el 2003.
- Para el ARI, en cambio, fue un golpe duro. Carrió –la única capaz de pelearle una elección al PJ con ciertas chances– planeaba presentarse en marzo. Ahora deberá aguardar hasta el 2003.

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Carrió es la voz más potente de la oposición y, si bien rescata aspectos del plan, votó en contra.
El radicalismo y el Frepaso, en cambio, guardan un bajo perfil ganando tiempo para recuperar espacios.
 
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