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Ribelli suma otro proceso, ahora es por enriquecimiento ilícito

Una jueza lo procesó y ordenó su prisión preventiva. Es que el ex policía, involucrado en el caso AMIA, no puede justificar su fortuna.

 Por Raúl Kollmann

El otrora poderoso comisario Juan José Ribelli, imputado en el caso AMIA, no pudo explicar de dónde sacó los fondos para gastar unos 18.000 pesos/dólares por mes ni cómo hizo para sumar 992.000 pesos/dólares a su fortuna personal en poco más de un año. Por ello, la jueza María Isabel Martiarena decidió procesarlo por enriquecimiento ilícito y decretó su prisión preventiva, que por supuesto no tiene por ahora un efecto concreto ya que está preso en la causa del atentado. En la investigación sobre los dineros de Ribelli, los peritos llegaron a la conclusión que es falsa la supuesta herencia de dos millones y medio de dólares otorgada por el padre, un obrero ferroviario, a Juancito –como le dicen a Ribelli– y sus cuatro hermanos. Por supuesto es imposible saber si la fortuna del ex comisario deviene de sus actos ilícitos –que es lo más probable– o de un pago por sus supuestos servicios en el atentado.
La causa por el enriquecimiento ilícito de Ribelli ya abarca unas cuatro mil páginas y exhibe perfectamente el dinero que manejaba como comisario de la maldita Policía Bonaerense.
- El cálculo de los peritos, tomando en cuenta los resúmenes de tarjeta de crédito y otras erogaciones, es que Ribelli gastaba entre 18 y 20.000 pesos por mes. El lujo, los pagos de pasajes al exterior, un aporte de 3000 pesos mensuales a cada una de sus dos parejas, las siderales cuentas de celulares pintan el increíble poder y el manejo de sumas astronómicas por parte del policía.
- Su sueldo como comisario llegaba a unos 2500 pesos, lo que demuestra el desfase. Ribelli argumentó que hacía otros negocios, especialmente con dos concesionarias de venta de automóviles, pero los testimonios y las contabilidades de esos emprendimientos demostraron que de allí no salió la fortuna.
- Las conclusiones surgieron de las propias declaraciones de Ribelli ante la AFIP. En su declaración jurada Ribelli dijo que manejaba unos 800.000 dólares en efectivo, un monto absolutamente inusual hasta para el más acaudalado de los empresarios argentinos.
- En el año ‘94, el del atentado, Ribelli argumentó que su padre otorgó un adelanto de herencia de 2.500.000 pesos a sus cinco hijos. De ellos, en verdad solo dos –Juancito y otro hermano policía– lo declararon en la AFIP, los otros tres ni siquiera aparecen inscriptos, lo cual indica que la herencia fue una falsedad. El fallo de la doctora Martiarena da la impresión de asentarse en un reciente peritaje en el que se ratifica que “no se da por acreditado” que los hermanos Ribelli hayan recibido adelanto de herencia alguno.
Desde el punto de vista de la causa del atentado, el procesamiento y prisión de Ribelli agregan algún elemento, pero no determinante. El juez Galeano siempre vinculó la herencia trucha con un pago recibido por el ex comisario por su colaboración con el atentado. Es que el acta de esa herencia se hizo exactamente en la época del ataque contra la mutual judía. En rigor, resulta imposible determinar si ese fue el origen de aquel dinero o si al hacer el acta de la herencia Ribelli estaba simplemente blanqueando parte de la inmensa fortuna que obtuvo con decenas y decenas de maniobras ilegales que hacía todos los días en su función de comisario. En Lomas de Zamora, la jueza Silvia González procesó a Ribelli sobre la base de los delitos que percibió en 21 días de escuchas telefónicas que el juez Galeano le hizo al ex comisario. En apenas tres semanas, se comprobaron cuatro extorsiones, dos tentativas de extorsión, una defraudación, asociación ilícita y falsedad ideológica. El cálculo es que el ex comisario se llevaba ilegalmente unos 100.000 pesos por mes, lo que bien puede explicar la inmensa fortuna que amasó. La pena por enriquecimiento ilícito va de dos a seis años, pero si Ribelli resulta condenado se le sumará a las condenas por las extorsiones y los negocios turbios que se investigaron en Lomas de Zamora. Amén, claro de la condena que le impongan en el juicio de la AMIA.

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Juan José Ribelli, esposado, yendo a declarar en la causa AMIA.
 
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