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Por C.Z. y D.C.

El Gobierno restringirá al máximo la utilización de los plazos fijos reprogramados para la adquisición de autos y casas. Para ponerle límites a la emisión de dinero, Roberto Lavagna asignará cupos para la compra de esos bienes. Los equipos técnicos de Economía y del Banco Central analizaron ayer cuáles serían los límites. Pero todavía no hay acuerdo. La definición debería llegar en las próximas horas porque hoy se lanza el canje de depósitos por los nuevos bonos.
El objetivo inicial de Lavagna fue que los ahorros retenidos en el “corralón” sirvieran para darle impulso a la economía. Entre las alternativas de compra figuraron las de bienes del Estado; autos cero kilómetro; maquinaria nueva y la construcción de viviendas. Sin embargo, la presión ejercida desde el Central y del Fondo Monetario hizo efecto, y el ministro aceptó limitar el poder de compra de los bonos estatales. Tanto el FMI como Blejer se mostraron a favor de un plan que canjee los depósitos por los bonos de manera compulsiva, como fue el Plan Bonex. De esa forma, argumentaron, se evitaría la fuga de depósitos y se alejaría el peligro de una hiperinflación. “Lavagna se dio cuenta de que no hay espacio para la generosidad, que se encuentra maniatado por la grave situación del sistema financiero y que un mal movimiento profundizaría la crisis”, dijo un colaborador del ministro a este diario.
El problema es que todavía no hubo acuerdo entre Economía y el Banco Central para definir el poder de compra de los depósitos reprogramados. La posición de Blejer es muy precisa: el cupo debería ajustarse a la cantidad de dinero que el Estado pueda ahorrarse en concepto de amparos. Dicho de otro modo, en el plan monetario del Central se presupuestó un total de 3500 millones de pesos en redescuentos a los bancos para que éstos devuelvan depósitos en concepto de amparos judiciales para lo que resta del año. Según la propuesta de Blejer, sólo en el caso de que aquel monto fuera inferior se permitiría la compra de bienes con los plazos fijos reprogramados. La condición es que se liberarían fondos por la diferencia entre lo que efectivamente se reintegró por los amparos y lo que figuraba escrito en el plan monetario.
La estrategia de Economía es diferente. Según comentó a Página/12 un colaborador del ministro, la idea es establecer cupos mensuales entre los distintos bancos. En la city creen que la distribución de cupos será discrecional, y que los menos favorecidos serían aquellos bancos que ya recibieron auxilio financiero del Banco Central. En cambio, se beneficiaría a las entidades más solventes, que podrían responder con liquidez propia. Los bancos tienen depositados en el BCRA alrededor de 6200 millones de pesos.
La opción de cambiar el depósito reprogramado por los nuevos bonos estatales comienza hoy y se extenderá hasta el próximo 16 de julio. Los ahorros originalmente pactados en dólares podrán canjearse por títulos públicos en dólares a 10 años y 6 meses de plazo. Las colocaciones en pesos podrán cambiarse por un bono en esa moneda a 5 años con un rendimiento anual del 2 por ciento. Finalmente, los mayores de 75 años y quienes tengan ahorros provenientes de una indemnización o estén enfermos de gravedad tendrán la chance de canjear esa colocación por un bono en dólares a 3 años y 3 meses. Quienes mantengan los depósitos reprogramados recibirán un certificado (Cedro) que podrán negociar en la Bolsa (lo mismo que los nuevos bonos), cancelar deudas en el mismo banco en el que poseía el depósito o comprar acciones nuevas de empresas y títulos de deuda de compañías.
Junto con estas alternativas, Economía había dispuesto que los bancos podrán devolver los depósitos en forma anticipada con recursos propios, comprarles los certificados a sus clientes o mejorar las condiciones de la reprogramación original. Roberto Feletti, titular del Banco Ciudad, confirmó ayer un adelanto de este diario: realizará un relevamiento entre12 mil de sus clientes con el objetivo de devolver los depósitos reprogramados de hasta 5 mil pesos de aquellas personas mayores de 60 años. “La idea es acreditar el dinero en una caja de ahorro de libre disponibilidad”, señaló Feletti.