EL PAíS › ALFONSIN SE MOSTRO COMO ARTIFICE DE LA CANDIDATURA DE LAVAGNA

Una nueva renovación y cambio

El ex presidente habló de la candidatura de Lavagna al frente de “una concertación en serio”. Y criticó a los gobernadores radicales que se acercan al Gobierno. Al mismo tiempo, desde el duhaldismo residual, Sarghini y De Narváez salieron a apoyar la postulación del ex ministro.

 Por Diego Schurman

Raúl Alfonsín se erigió ayer como el padrino de la candidatura presidencial de Roberto Lavagna. Fue al convocar a radicales, peronistas y socialistas para transformarlo en el sucesor de Néstor Kirchner. Alejado últimamente de los espacios de toma de decisiones, el ex mandatario encontró así un atajo para cumplir con su viejo anhelo de mostrarse artífice de un frente de “centro progresista”. Pero no estuvo solo. Un referente del duhaldismo residual como Jorge Sarghini posicionó abiertamente la candidatura del ex ministro de Economía. “Estoy convencido de que tiene muchísimo para aportarle al país.”

Semanas atrás, Alfonsín y Lavagna se reunieron en secreto. Son viejos conocidos. El ex presidente lo tuvo en su gobierno como secretario de Industria y Comercio Exterior.

Alfonsín ve en Lavagna una posibilidad cierta de “equilibrar” el poder “hegemónico” acumulado por Kirchner. Y también como un dique de contención para el radicalismo. “No es saludable que en estos momentos haya dirigentes importantes del partido que pretendan aliarse con el Presidente”, se preocupó en declaraciones radiales.

El partido centenario ya tiene referentes dispersos detrás de Elisa Carrió y Ricardo López Murphy. Y hay numerosos gobernadores seducidos con la idea de participar del proyecto presidencial. Es el caso de Ricardo Colombi (Corrientes), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Julio Cobos (Mendoza) y Miguel Saiz (Río Negro) (ver página 5).

Alfonsín sueña con hacerlos volver a todos a las fuentes. Y además sumar a dirigentes de origen socialista. De hecho ya hubo contactos con el candidato a gobernador de Santa Fe Hermes Binner y el titular del Partido Socialista, Rubén Giustiniani. “Si lo quieren llamar alianza pueden llamarla, pero es una concertación en serio, no como la que dice el Gobierno, que cuando hay una disidencia, como en el caso de Lavagna, lanzan todas las espadas en contra”, pegó el ex mandatario.

Aunque no quiso marcar los tiempos de Lavagna, a Alfonsín le resultó inevitable hablar una y otra vez de su candidatura. “No quiero insistir mucho en eso, ya lo he dicho, tengo un gran respeto por el doctor Lavagna, es un hombre que se considera de centro progresista, nosotros (desde la UCR) estamos vinculados con la socialdemocracia”, afirmó a Radio Mitre.

Junto a Alfonsín, el que admitió las intenciones de posicionar a Lavagna como el gran candidato opositor fue Federico Storani. De todos modos, el diputado radical fue cauto y, lejos de atacar a Kirchner, lo terminó ponderando. “Igual será prácticamente imposible competir con un oficialismo con evidentes logros económicos”, dijo.

Sin dudas, la candidatura de Lavagna será parte del debate del Primer Encuentro Regional del Comité Nacional de la UCR, que hoy se llevará a cabo en San Juan. La movida obligaría a Kirchner a volver a las fuentes partidarias. El Presidente ya dio un elocuente paso en ese sentido, como quedó demostrado el último 25 en la Plaza de Mayo.

Dicen que en el afán de instalar su candidatura, Lavagna también mantuvo un encuentro a solas con Eduardo Duhalde. Nunca fue confirmado. Duhalde ahora está en San Pablo. Viajó a Brasil para participar de una reunión de ex presidentes. Mañana estará de regreso. Nadie sabe cuál será su agenda. La incidencia de Duhalde entre los capitostes de El General es una incógnita. Pero su curiosidad por lo que está sucediendo por estos lares lo ha llevado a preguntar insistentemente por los encuentros de Lavagna con el cuarteto de esa agrupación del PJ bonaerense: Juan José Alvarez, Francisco De Narváez, Eduardo Camaño y Sarghini. Este último volvió a reunirse ayer con el ex ministro con la excusa del lanzamiento de un libro (ver página 4).

Ninguno de ellos se anima a transformar públicamente a Lavagna en candidato. Pero ya es un secreto a voces y el entusiasmo de este sectordel duhaldismo residual se nota a la legua. Se puede decir que es proporcional al enojo que la noticia provoca en la Casa Rosada.

La ofensiva oficial, que salió en bloque a cuestionar al ex ministro, tuvo ayer en boca de De Narváez su contraofensiva. “Aunque el Gobierno busque reetiquetar a Lavagna para convertirlo en un hombre de derecha, el ex ministro tiene fuertes lazos con el peronismo y el socialismo”, dijo el diputado duhaldista.

¿Y los muchachos?

La entente que pretende armar Lavagna incluye una pata sindical. El Gobierno ha logrado embelesar a los “gordos” y eso quedó demostrado el último 25 en la Plaza de Mayo. Hubo una reunión donde este sector gremial que muchos imaginan como nutriente del frente lavagnista le manifestó su amor al Presidente.

Sucedió poco antes del viaje de Kirchner a Viena en la sede del gremio mercantil. Allí, el anfitrión, Armando Cavalieri, y otros jerarcas de la CGT le hicieron una cena con todas las pompas a Carlos Zannini. Muchos de los participantes quedaron sorprendidos por la “sólida formación” del secretario de Legal y Técnica de la Nación. En un ámbito donde los elogios no sobran, aquella recepción fue tomada como un triunfo por la Rosada. Nadie mencionó la palabra reelección. Aunque se habló del 2007. Entre los comensales estuvieron “gordos” full time, como Carlos West Ocampo (Sanidad), Oscar Lescano (Luz y Fuerza), José Pedraza (Unión Ferroviaria) y Rodolfo Daer (Alimentación).

Aparentemente, Zannini los convenció de cesar con los reclamos de una reforma tributaria y la eliminación del IVA, explicándoles la necesidad de contar con ese ingreso en tanto y en cuanto se mantengan los altos niveles de evasión. No se supo mucho más de lo allí conversado. Pero evidentemente hubo claros entendimientos, de lo contrario no se entendería el importante aporte que este sector hizo a la plaza para celebrar el tercer aniversario de Kirchner en el poder.

Un dato no menor del giro de este sector que supo fogonear la candidatura de Lavagna se registró anoche en la Casa Rosada. Daer y dirigentes cegetistas participaron de la puesta en escena en un salón de la Rosada firmando el acuerdo salarial del gremio de alimentación.

Su presencia fue a pedido de la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, y aunque fue acordada la última semana, nadie descarta que la insistencia para realizarlo estuviera relacionada con la irrupción de Lavagna en el escenario electoral.

Con el plan oficial de seducción a los “gordos” puesto en marcha desde hace un tiempo –además de Daer ya se fotografiaron otros dirigentes de su sector, como el propio Cavalieri– y la cúpula de la CGT de Hugo Moyano encolumnada con la Casa Rosada, a Lavagna no le resultará fácil conseguir aliados en el sindicalismo peronista. Aunque, con los muchachos, nunca está dicha la última palabra.

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El ex presidente Raúl Alfonsín de nuevo al frente de una alquimia política electoral.
Imagen: Télam
 
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