Como parte de los reacomodamientos en el Gobierno, el ministro de Justicia, Julio Alak, le pidió la renuncia a la viceministra Marcela Losardo, quien había llegado de la mano del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández y era la representante del Poder Ejecutivo en el cuestionado Consejo de la Magistratura. La ex funcionaria será reemplazada por Héctor Masquelet, hombre de confianza de Aníbal Fernández, quien desde fines de 2007 estaba al frente de la Secretaría de Seguridad Interior.

Losardo había trabajado más de una década cerca de Alberto Fernández, ya desde los tiempos del gobierno de Carlos Menem. Con el kirchnerismo fue su jefa de asesores en el gabinete de ministros, desde donde saltó luego, en 2005, a la cartera judicial. Con el ex jefe de Gabinete su vínculo trascendió la función pública, ya que hace siete años fundaron juntos una consultora especializada en cuestiones financieras e inmobiliarias.

En el Ministerio de Justicia los rumores atribuyen el cambiazo a la “falta de iniciativas en política judicial” por parte de la ahora ex viceministra y a una representación evaluada como deficiente en el Consejo de la Magistratura, un organismo con grandes problemas de arrastre en la selección y sanción de jueces que la oposición puso en el ojo de la tormenta después de la derrota electoral del kirchnerismo. Hacía tiempo que algunos funcionarios de la cartera venían advirtiendo cierto alineamiento de Losardo en algunos temas con la corporación de jueces en general y la Asociación de Magistrados en particular. Esta entidad es la que viene pidiendo a gritos que se derogue la reforma de la Magistratura de 2006 que redujo la composición del organismo, con lo que quitó poder a los jueces y le dio capacidad de bloqueo al kirchnerismo a la hora de acusar a un juez o proponer nombramientos.

Masquelet, el nuevo secretario de Justicia, es un abogado de 55 años, graduado en la UBA, profesor en Derecho y en Ciencia Política, que tuvo militancia en el Frepaso en los noventa. Integró una subcomisión de seguimiento de Código Contravencional hasta 1998, fue secretario en la Defensoría del Pueblo y entró al círculo K cuando en 2003 Néstor Kirchner lo nombró subsecretario de Culto. En 2005 llegó al Consejo de Seguridad Interior y dos años más tarde fue nombrado secretario de Seguridad en el Ministerio de Justicia, desde donde supervisó a la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería. Se lo conoce, además, por su buena relación con organismos de derechos humanos, como el CELS, y por tener buen diálogo con el Poder Judicial.

Es probable que, además, con su incorporación al Consejo de la Magistratura el Gobierno intente marcar la cancha dentro del organismo, donde promovería reformas internas mientras pueda esquivar una reforma legal desde el Congreso.