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Cara y contracara. Hugo Moyano festejó ayer el laudo oficial en el conflicto de Carrefour al considerar que es un “estricto acto de justicia”, mientras que Armando Cavalieri despotricó a los cuatro vientos y descalificó el accionar del ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
“El fallo beneficia a los trabajadores con mejores salarios y mejores condiciones de trabajo. Y demuestra que de nada sirvieron las presiones al gobierno mediante solicitadas y movilizaciones”, disparó Moyano contra la firma multinacional y el dirigente mercantil.
En ese sentido, el abogado de la CGT rebelde, Héctor Recalde, no dudó en utilizar la figura de un partido de fútbol. “Esto no fue Cavalieri vs. Moyano sino empleados de comercio contra el resto del mundo porque la laxitud del estatuto de empleados de comercio ha hecho que Cavalieri avanzara sobre trabajadores del puerto, textiles, de estaciones de servicio, etc. Es el sindicato con más problemas de encuadre sindical”, señaló.
Masticando bronca, Cavalieri consideró por su parte que el laudo “adolece de vacíos” y ahora estudia llevar la pelea a una nueva instancia, ya sea administrativa como judicial. “No se consideró las respectivas personerías de las organizaciones sindicales, que determinan el ámbito real de representación”, dijo.
De todos modos, lo más contundente del líder mercantil fue la crítica personal a Tomada, a quien acusó de haber efectuado en “forma solapada un encuadramiento convencional sin fundamentación ya que conoce su incompetencia para realizarlo y hasta la inconstitucionalidad de la aplicación de decretos sobre los que doctrinariamente y en forma oportuna se explayaron los funcionarios antes de ocupar el cargo”. Tomada fue abogado laboralista antes de asumir en Trabajo.
Claro, a pesar del respaldo que anteayer le brindó a Cavalieri la CGT oficial, los abogados de esa central fueron totalmente condescendientes con el fallo de Tomada. A modo de ejemplo, las palabras de Lucio Garzón Maceda. “Se ajusta a la jurisprudencia respetable.”