EL PAíS › UN EXPERTO HABLA DE LA PERICIA CALIGRAFICA

“En una semana puede estar”

 Por Raúl Kollmann

“La pericia del papel donde figuran los nombres de los senadores, las cifras que supuestamente les pagaron y una especie de breve firma puede estar perfectamente terminada en una semana. Y si la letra pertenece a alguno de los imputados, ese tiempo es suficiente para determinarlo.” La afirmación pertenece al comandante retirado de la Gendarmería, Eduardo Frigerio, experimentado perito y criminalista. “En la escritura de los números ya quedan establecidas las características grafoescriturales de cada persona y es incluso sencillo comparar esas características con cuerpos de escritura que hagan los imputados o, mejor aun, con escritos anteriores de los sospechosos”, concluyó Frigerio.
Según los especialistas es perfectamente posible establecer la antigüedad de la tinta, distinguir si el papel usado era el habitual de tal o cual senador e incluso realizar pruebas que determinen, sin lugar a dudas, qué impresora se usó para imprimir los apodos de los senadores que, a diferencia de las cifras, fueron escritos en computadora. Sin embargo, para Frigerio todo ese trabajo es secundario: con los números y la breve firma alcanza para establecer si alguno de los imputados fue el autor de lo que figura en el papel entregado por el arrepentido Mario Pontaquarto.
“Los números y la firma son parte del patrimonio gráfico que tiene cada uno. Son movimientos altamente automatizados y que el que escribe ni se da cuenta: está concentrado en el contenido y no las formas de lo que escribe. El método consiste en tomar lo escrito en el papel y compararlo. Se les podría pedir a los imputados que hagan cuerpos de escritura, pero la verdad es que, por su nivel de instrucción, alguno de los imputados podría consultar con un especialista y que lo adiestren, lo instruyan para que haga una automodificación. Por eso, el procedimiento mejor es comparar lo que hay en el papel con escritos anteriores de los sospechados que, por el lugar que ocupan de senadores, secretarios o miembros de la SIDE, deben haber escrito muchas cosas en esa época. Por supuesto que también se puede establecer con absoluta seguridad qué impresora se utilizó. Primero, se determina si es de chorro de tinta, láser u otra modalidad. Eso ya limita el espectro. Segundo, entre las máquinas que quedan en la mira, se analizan los trazos: ninguna es perfecta, siempre hay algún desperfecto en los inyectores, por ejemplo. Todo eso se ve con microscopio”, concluyó Frigerio.

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