[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Por Juan Arias
Desde Río de Janeiro

Los coleccionistas y apasionados de la obra del cantante y compositor Caetano Veloso (Bahía, 1942) están de parabienes en estas navidades con el lanzamiento de una preciosa caja de discos compactos con su obra completa, compuesta de 37 discos. Esta verdadera obra discográfica de tributo a un genio, ideada y realizada por Charles Gavin, saldrá al mercado europeo al precio de 300 euros, es decir unos 300 dólares. Los fans argentinos, con su economía devaluada, no deben dejar de saber que existe la posibilidad de que, dentro de unos meses, la compañía discográfica comience a venderlos individualmente.
Polémico y frontal como siempre dentro del territorio brasileño, Caetano recibió ese nuevo homenaje a su obra con sentimientos mezclados de satisfacción e indiferencia, un tono que no es ajeno a su personalísimo estilo musical. Dice Veloso que, cuando escuchó, pasados los años, las primeras canciones que grabó en su vida, tardó en reconocerse en ellas. “Las cosas que uno escucha dentro de la cabeza y las que después escucha fuera son muy diferentes”, puntualizó el compositor. Y añadió: “Nunca lo que aparece grabado es lo que escucho cuando estoy cantando”, haciendo una distinción clarísima entre la entrega del directo y los sofisticados mecanismos de pulido en los estudios de grabación.
Lo que más le gustó a Veloso del resultado artístico del proyecto fue la sonoridad de las bandas sonoras reelaboradas, que le parecen, a veces, mejor que en los LP originales. “Escuchándolas, a veces, me ha parecido sentir la presencia de las personas, el clima de la grabación”, contó. En esta voluminosa caja monográfica, dos discos son novedad absoluta. Un CD lanzado sólo en Japón y Bicho baile scho, una grabación recuperada por Gavin de un show que reunió, excepcionalmente, a Caetano Veloso y la Banda Black Rio, en el Teatro Gomes, en 1978. Aquella actuación fue muy polémica en aquel momento, en que Caetano peleaba contra la moral media con todas las armas a su alcance. El show era la presentación en vivo de algunos de los temas de su disco Bicho (que, traducido al castellano se hubiese llamado Puto).
Según los críticos, el resultado final de estos CD a partir de las cintas originales, de algunos de los LP antiguos y de otros hallazgos recuperados, mejora el nivel general de la calidad de una obra impresionante. La canción “Muito” (1978) es una de las que renacen con mayor peso y nitidez instrumental, realzando su propia belleza. Los cuatro números instrumentales (“Na baixa do sapateiro”, “Leblon via Vaz Lobo”, “Maria Fumaça” y “Caminho da roça”) demuestran que la Banda Black Rio daba cabida tanto al samba-jazz de los años ‘60 como a la fusión con el funk que el pianista Dom Salvador iniciara en los años ‘70, antes de establecerse en Nueva York.
Sin duda, esta nueva obra completa y revisada de Veloso es más bien un regalo para los coleccionistas, y lo que muchos esperan es que, por los lógicos mecanismos del mercado discográfico, los CD acaben lanzándose individualmente, ya que algunas cosas de la caja interesan sólo a los coleccionistas, mientras que muchas otras deberían poder ser disfrutadas por un público más amplio. Caetano afirmó que le da mucha pena que no se haya podido salvar su obra de las mutilaciones impuestas por la censura militar en algunas de sus canciones. Dice el artista que los censores eran unos “burros” y que mientras la canción “Enquanto seu lobo no vem”, del disco Tropicalia, tenía una referencia a la Internacional Socialista que había colocado Rogério Duprat, los censores se preocupaban más bien de retirar del mercado los ejemplares de O vermelho e negro de Stendhal, cuyo título nada tenía que ver con referencias o guiños a la actualidad política de entonces.